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Les enseñaré una manera muy fácil: hagan su trabajo pensando que el trabajo también pertenece a Dios. No fijen su mente en la tarea, pensando "es mi trabajo". Piensen que todas las acciones que hacen, las hacen para Dios. Ofrézcanlo todo a Sus Pies. Crean, y díganselo a ustedes mismos, "todo lo que hago lo hago por amor a Dios".

La Torre del Espíritu - Osho

Cuando el Zapato es cómodo 


Capítulo 2


El espíritu cuenta con una torre inexpugnable
que ningún peligro puede perturbar mientras la torre
esté vigilada por el Protector invisible que actúa
inconscientemente.
Y cuyas acciones se extravían cuando son deliberadas,
reflexivas e intencionadas.

La inconsciencia y la total sinceridad del Tao son
perturbadas por cualquier esfuerzo y demostración
autoconsciente.
Todas esas demostraciones son mentiras.

Cuando uno se presenta a sí mismo de manera tan ambiciosa,
el mundo se lanza al asalto y lo apresa.
Deja de estar protegido por la sinceridad del Tao.

Cada nuevo acto es un nuevo fracaso.
Si sus actos son públicos, a plena luz del día,
será castigado por los hombres.

Si son realizados en privado y en secreto, será
castigado por los espíritus.

Que cada uno comprenda el significado de la sinceridad
y se guarde contra la ostentación.
Así estará en paz con hombres y espíritus y actuará
acertadamente, inadvertido,
en su propia soledad, en la torre de su espíritu.


 SOLO EL HOMBRE SUFRE. El sufrimiento no existe en parte alguna excepto en el corazón del hombre. La naturaleza es gozosa; la naturaleza siempre está festejando su existencia sin ningún miedo ni ansiedad. La existencia prosigue existiendo, pero el hombre es un problema. ¿Por qué?  Todo hombre es un problema.  

 Si solo unos pocos fuesen problemas que pudiésemos denominar enfermos, anormales, pero resulta que es al contrario: solo unos pocos no son problemas. Rara vez existe un hombre como el Buda, Jesús o Chuang Tzu: alguien que esté como en casa, cuya vida sea un éxtasis y no sufrimiento ni ansiedad.  Pero todo el mundo vive sufriendo y en el infierno.

 El hombre se ha extraviado; no me refiero a un hombre en particular, sino a la sociedad humana como tal, desde la raíz. Nada más nace un niño, la sociedad empieza a iniciarlo en la pauta anormal, en la pauta antinatural por la que todo el resto está sufriendo.  Los psicólogos han intentado profundizar en el misterio de ver a partir de qué momento el niño empieza a extraviarse y han dado con que es a la edad de cuatro año.  

 Sobre esa edad, el niño pasa a formar parte de la sociedad; alrededor de esa edad deja de ser natural.  Antes de cumplir cuatro años sigue formando parte del gran mundo de árboles, flores, aves y animales; es salvaje.  A partir de entonces se le domestica y la sociedad se hace cargo.  Entonces empieza a vivir según las normas, la moralidad, lo que es correcto y lo que no es; deja de ser una totalidad.  

Todo queda dividido.  Antes de iniciar un movimiento tiene que decidir de forma deliberada cómo moverse, qué hacer y qué no hacer.  La “obligación” ha penetrado en él y esa “obligación” es la enfermedad.  Ha  llegado la discriminación.  Ahora el niño ya no forma parte de lo divino, deja de estar en gracia.

 Intenta comprenderlo: ese es el significado de la historia bíblica de la pérdida de la inocencia de Adán.  Antes de comer del árbol del conocimiento era natural, vivía en el Jardín del Edén.  Ese Jardín del Edén está aquí; esos árboles siguen viviendo en su interior; esos animales continúan formando parte de él; el sol, la luna y las estrellas siguen recorriendo su firmamento.

El Jardín del Edén es aquí y ahora, pero tú estás fuera.  ¿Por qué fue expulsado Adán?  Porque comió del fruto del conocimiento.  Y a los cuatro años todos los Adanes y las Evas vuelven a ser expulsados.

 No es algo que haya sucedido en el pasado; tiene lugar cada vez que nace un niño: Adán nace a la vida, Eva nace a la vida.  Hasta los cuatro años no hay conocimiento.  A los cuatro años el niño empieza a comprender qué es cada cosa.  Entonces se extravía, pierde el camino, y deja de ser natural, perdiendo la espontaneidad.  A partir de ahora vivirá según las reglas.

 Una vez que se comienza a vivir según las reglas se empieza a sufrir.  Sufrirás porque no puedes amar de manera espontánea, no puedes disfrutar, no puedes bailar, no puedes cantar.  Una vez que empiezas a vivir según las reglas hay que moverse de una manera determinada, y la vida nunca es de una manera determinada.  Es un fluido, es un líquido, un flujo flexible, y nadie sabe adónde se dirige.  Una vez que empiezas a vivir según las reglas empiezas a saber adónde vas.  Pero en lo más profundo el movimiento se ha detenido.  Ahora simplemente vegetas, te mueres porque estás preso.  Esa reclusión  es muy sutil, y a menos que estés totalmente alerta no serás capaz de verla.  Es como si llevases puesta una armadura invisible.

 Uno de los pensadores más grandes y revolucionarios de nuestra era, Wilhelm Reich, fue a dar con esta armadura.  Pero la sociedad consiguió demostrar que  estaba loco y fue encarcelado.  Murió en prisión muy angustiado.  La angustia era a causa de lo siguiente: todo lo que dijo era cierto, pero nadie estaba preparado para escucharlo.  Encontró lo mismo de lo que habla Chuang Tzu en este sutra: la reclusión.  

 Wilhelm Reich descubrió que toda enfermedad mental cuenta con un desarrollo corporal, un paralelismo en el cuerpo; algo que se ha muerto en el cuerpo, que se ha tornado sólido.  Y a menos que esa zona del cuerpo se relaje, que el bloqueo se disperse y que la energía corporal vuelva a ser un flujo, será imposible liberar el espíritu.  Hay que romper con la reclusión; hay que deshacerse de la armadura.

 Por ejemplo, fíjate en cómo se le van prohibiendo cosas al niño desde que tiene dos años.  No se le permite jugar con sus órganos genitales: “No te toques el pene, no te toques la vagina”.  En realidad se trata del disfrute natural de jugar con el propio cuerpo.  Se trata de un éxtasis, de un éxtasis natural.

Observa a una criatura, niño o niña, disfrutando de su propio cuerpo, chupándose el pulgar, jugando con su cuerpo, y verás lo que es el éxtasis.  Todo su cuerpo se ve agitado por temblores de éxtasis.  Incluso podrás ver cómo le recorren el cuerpo oleadas de placer: la criatura está extasiada.  Pero a nosotros eso nos parece un desatino.  Y como  hemos olvidado cómo ser salvajes y naturales, queremos que el niño también deje de serlo.

 Queremos detenerlo por dos razones: una es que en lo más profundo de nosotros mismos nos sentimos celosos.  La segunda razón es que a nosotros también nos pararon en nuestra infancia, y la mente humana es un mecanismo repetitivo.  Cualquier cosa que nos hayan hechos nuestros padres, tendemos a repetirla con nuestros hijos.  Nos sentimos culpables.  Algo es incorrecto.  El niño es feliz y a nosotros nos parece que algo está mal.  Recuerda, cuando un niño sea feliz no tiene que ser asociado con algo erróneo, ya que la felicidad profunda se convertirá en algo incorrecto.

 Eso es justamente lo que ocurre.  Siempre que te sientes feliz te sientes culpable, y siempre que te sientes triste te sientes feliz.  ¡Qué tontería!  “Estoy haciendo algo equivocado”.  Siempre que estás triste todo va bien, así es como debe ser.  Eso se debe a que siempre que un niño se siente feliz, de inmediato aparece la sociedad diciendo que no puede ser.  El niño carece de la concepción de lo que es erróneo o correcto; no tiene moralidad.  Un niño es amoral.  Solo conoce la felicidad o la infelicidad: es salvaje.  Y cuando le dices que se detenga, ¿qué es lo que hace?  Oleadas de felicidad recorrían todo su cuerpo, de la cabeza a la punta de los pies; del primer centro del sexo, al séptimo centro de sahasrar: la kundalini estaba despierta.

 Todo niño llega a este mundo con su kundalini funcionando.  Pero le decimos que pare, ¿qué puede hacer el niño?  Puede aguantar la respiración.  Siempre que hay que parar algo, hay que dejar de respirar.  No respirará y meterá el estómago, porque esa es la única manera de parar esas oleadas.  Su diafragma se endurecerá.  Una y otra vez meterá el estómago y no se permitirá respirar hondo.  Su diafragma se convertirá en una armadura.  La respiración no conseguirá atravesar ese bloqueo.  Si la respiración es honda, alcanza el centro sexual, y cuando llega ahí, te sientes naturalmente feliz en todo el cuerpo; las oleadas empiezan a recorrer el cuerpo, la energía fluye.  Por eso nadie respira con profundidad.


Cuando el Zapato es cómodo - Osho 
 Cuando le digo a la gente que respire de manera caótica, me dicen que es muy peligroso.  Se asustan.  ¿Por qué todo ese miedo?  Es miedo a que si respiran de manera caótica volverán a ser salvajes.  La armadura se resquebrajará y la respiración volverá a alcanzar el centro sexual.  Así es como te reprime la sociedad: crea una fisura entre el centro sexual y la respiración.  Si la respiración no llega al centro sexual, entonces se bloquean todas las fuentes de felicidad.  

 El estómago se convierte en una piedra.  No permite que nada descienda y el cuerpo queda dividido en dos.  Nunca te identificas con la parte inferior del cuerpo.  Para ti, la parte inferior es realmente inferior.  Ha entrado en juego la valoración.  Superior significa elevado, algo bueno; inferior quiere decir algo malo.  Nunca te identificas por la parte inferior de tu cuerpo, es algo malo: el demonio está ahí.

 Adán es expulsado, y todo Adán y toda Eva son expulsados del paraíso.  ¿Por qué?  Porque han comido del fruto del conocimiento, y ese fruto es de lo más venenoso.  Si quieres desechar toda discriminación –la división intencional deliberada-, tienes que desechar el conocimiento; tendrás que volver a ser niño.  Solo entonces se resquebrajará la armadura, porque esa armadura es tu ego.  Te sientes bien con ella porque eres moral; sientes que eres superior a los demás a causa de tu moral.

 Si rompes esta armadura, tendrá lugar el caos.  Primero tienes que enloquecer, luego aparecerá el miedo; si estás asustado, volverás a suprimirlo todo, volverás a colocarte la armadura, incluso más fuerte que antes.  Tu reclusión es muy sutil, y ahora te da miedo salir de ella.  Te da la impresión de que te protege.

He oído que en la escuela primaria, una profesora enseñaba a sus alumnos acerca de la ley de gravedad.  Venía a decir que a causa de la ley de gravedad podíamos estar sobre la tierra.  Un niño se quedó perplejo.  Se puso en pie y dijo que no comprendía cómo nos las habíamos arreglado para permanecer en la tierra antes de que se aprobase dicha ley.

Crees que estás aquí a causa de la sociedad; piensas que estás aquí por moralidad, y por todos esos disparates que la acompañan; crees que estás aquí gracias a tu Biblia, Corán, Gita.  ¡Pues no!  La naturaleza existe sin ninguna ley.  Cuenta con sus propias leyes intrínsecas, pero no son leyes aprobadas por los hombres.  

No necesitan tu autorización; están ahí y la vida se desarrolla siguiéndolas.  Si no interfieres, alcanzarás el objetivo de inmediato; si interfieres, entonces tendrás dificultades.  Así que si estás en dificultades, pasando angustia y sufrimiento, tienes que saber que es porque interfieres con la naturaleza.  No se puede hacer nada a menos que dejes de interferir.

 Ese es todo el mensaje de Chuang Tzu: no interfieras con la naturaleza.  Permítela, muévete con ella, confía en ella.  Tú has salido de ella; es tu madre, es la fuente; y un día volverás a ella; es el destino fundamental.  Mientras tanto,  ¿para qué interferir?,  ¿para qué luchar?  Esa lucha se ha convertido ahora en algo casi innato.

Tendrás que regresar a la infancia, tendrías que retroceder.  Tendrías que revivir esos momentos en los que la sociedad entró en ti y te forzó a interferir.  Así que recuerda algo básico: siempre que sucede algo erróneo en el sendero de la vida, no podrás disolverlo mediante la comprensión intelectual; no es fácil.  Se ha convertido en una pauta normal en tu vida.  Está grabada en tu cuerpo y en tus huesos; tendrías que regresar.  Si realmente quieres ser natural, deberías re-vivir el pasado, regresar poco a poco hacia atrás.

 Todos los métodos meditativos te ayudan a regresar.  Tiéndete en tu cama por la noche y haz un esfuerzo diario de una hora, cada día.  Al principio será un esfuerzo, pero poco después será fácil y  disfrutarás.  Cuanto más retrocedas, más libre y mejor te sentirás.

 La naturaleza es inconmensurable, y todas las leyes humanas son limitadas y estrechas.  Son como túneles: cuanto más penetras en ellos más estrechos se vuelven.  Y en un momento se convierten en un callejón sin salida, y ya no puedes ir a ninguna parte, y el túnel se convierte en tu tumba.  Así es como todo el mundo queda atrapado.

 Si realmente quieres liberarte, cierra los ojos antes de quedarte dormido por la noche y regresa a re-vivir el pasado.  No corras, no hay prisa; no puedes hacerlo en un día; te llevará al menos tres meses.  No corras.  No te limites a recordar, re-vive.  Recordar no te ayudará porque es intelectual, permanecerás ajeno, sin implicarte.  Re-vive.

 ¿Qué quiero decir con re-vive?  Regresar como si volviese a  suceder.  Al principio será “como si”, pero poco después se hará realidad.  Tu ser reprimido, incompleto, está ahí, luchando por liberarse.  Regresa y poco después, en tres semanas, alcanzarás la barrera.  Tras esa barrera sabrás que eras libre, natural, y que esa barrera creó todo el problema.  Desde entonces nunca fuiste natural.  También encontrarás a tu madre, a tu padre, de pie junto a la barrera; por eso lo has olvidado todo tan completamente.

  Si recuerdas, no serás capaz  de hacerlo más allá de cuatro años porque la barrera es demasiado grande.  Lo bloquea todo.  Si no fuese así, ¿por qué no podrías recordar más allá de los cuatro años de edad?  ¿Por qué lo has olvidado por completo?  Tu mente estaba ahí.  Disfrutaste, sufriste, pasaste muchas experiencias… ¿por qué las has olvidado todas?  No has olvidado.  Pero esa barrera ha hecho que reprimas todo en lo profundo del inconsciente.  Por eso la gente dice que su infancia fue hermosa.  Creen que la infancia fue un paraíso.  No lo fue, pero lo parece porque no puedes recordar.  Es un espacio en blanco.

  No corras.  Poco a poco irán surgiendo cosas.  Se removerá el polvo del pasado.  Sudarás, te asustarás: tu mente dirá: “¿Qué estás haciendo?  ¡Vuelve, vuelve al futuro!”  La mente siempre habla de ir al futuro, porque entonces el pasado permanece intacto.

  Si de verdad quieres convertirte en meditador, primero vete al pasado.  Si has tomado el camino equivocado en algún cruce, la única manera de solucionarlo es regresar al cruce y tomar el camino correcto; no hay otro modo.  Desde donde estás ahora no puedes tomar el camino correcto.  No hay camino correcto, debes regresar.

  Y cuando digo re-vive, quiero decir que permitas que también suceda en el cuerpo.  Recuerda el día en que te tocabas el centro sexual y tu padre o tu madre te dijo que apartases la mano.  Recuerda su mirada, su rostro; todo parecía condenarte.  Vuelve a ver a tu padre, de pie, con el mismo rostro, los mismos ojos, el gesto, la condena en la mirada, todo.  Y no solo eso, también debes sentir la sensación de ese día, el encogimiento, el estrechamiento de tu conciencia, la herida que crearon, la condena.

  Un niño está tan indefenso que debe seguir tus órdenes; digas lo que digas, él debe hacerlo.  Aunque vaya contra tu naturaleza deberá hacerlo.  Está tan indefenso que no puede vivir sin ti; depende de ti.

  Observa toda esa indefensión.  Siéntela en tu cuerpo.  Puedes empezar a gritar, a llorar.  Puedes patalear.  Tal vez quieras pegar a tu padre, porque entonces no lo hiciste y eso es lo que quedó incompleto.  No podrás perdonar a tu padre a menos que le pegues en este momento revivido.  Por eso ningún niño puede perdonar, ni olvidar a sus padres.  Siempre están allí porque hay algo erróneo en ellos.  

 Regresa, revive esos momentos, y poco  a poco podrás profundizar más y más.  De repente el túnel desaparece, has pasado la barrera.  Te encuentras bajo un cielo infinitamente amplio; vuelves a ser un niño.  Solo entonces comprenderás a Chuang Tzu.  Wilhelm Reich y su terapia pueden ser de ayuda.  Puedes usar a Wilhelm Reich maravillosamente en el camino de Chuang Tzu:

 Ahora el sutra: La torre del espíritu.

 El espíritu cuenta con una torre inexpugnable
que ningún peligro puede perturbar mientras la torre
esté vigilada por el Protector invisible que actúa
inconscientemente, y cuyas acciones se extravían
cuando son deliberadas, reflexivas e intencionadas.

 Tu espíritu está protegido por la naturaleza misma, no temas.  No temas ni te sientas inseguro porque tu ser está protegido por la existencia entera; todo el cosmos te ayuda.  Pero la ayuda es inconsciente, no es deliberada.  Y tú no puedes manipularla, sino que tienes que estar suelto de manera que la fuerza cósmica pueda trabajar en ti.  Si actúas con premeditación, te pones tenso.  Si te pones tenso, te limitas.  Si te limitas, el infinito no puede trabajar en ti.  Y siempre que te asustas acabas encogiéndote, tiene lugar una contracción física.

 Chuang Tzu dice que en tu interior está lo eterno, lo inmortal.  La muerte no puede destruirlo.  No hay por qué temerlo.  Estás asustado porque no estás en la torre, en la torre invisible del espíritu.  Ahora vives según las leyes y reglas de la sociedad, pero esas leyes y reglas no pueden protegerte, solo te dan la sensación de protección.  Pero no hay nada que proteja.  Las leyes no pueden darte seguridad, solo una cierta sensación de seguridad, que es falsa.

 Al final llega la muerte y hace pedazos todas tus seguridades.  Temblarás, aterrado, a menos que regreses al origen, a la torre interior del espíritu.  ¿Qué es esa torre?  ¿Cómo funciona?  Funciona inconscientemente.

 Cuando nace un niño,   ¿cómo sabe el bebé que han pasado nueve meses y que tiene que abandonar el útero?   ¿Cómo se entera?  No tiene calendario, ni reloj, ni nada por el estilo.  Pero cuando pasan nueve meses está listo para nacer.  En realidad, lucha por nacer.  Por eso la madre siente tanto dolor.  Se trata de una auténtica lucha.  Se inicia el conflicto, y la madre se contrae, temerosa del dolor que sentirá su cuerpo.  Así que se resiste.  Esa resistencia, y el niño tratando de salir del útero, crean el dolor.  Si la madre se dejase, si no ofreciese resistencia, no habría dolor.  En las sociedades primitivas nunca había dolor.  Cuanto más civilizada es una mujer, más dolor siente.  La razón es que ahora según las leyes y reglas; ahora todo se ha convertido en falso y antinatural.

 ¿Cómo sabe el niño cuándo ha llegado la hora?  ¿Cómo sabe una semilla que ha llegado el momento de brotar?  La semilla puede llegar a esperar todo el año hasta que llega el momento adecuado.  La semilla nunca va a consultar astrólogos ni quirománticos; cuando llega el momento la semilla se abre y se abandona a sí misma en la tierra.  Deja caer sus protecciones y brota.  ¿Por qué los árboles  florecen en la estación adecuada?  ¿Cómo se mueven las estrellas?  Observa el cosmos… tan misterioso, complicado y complejo.  Pero, no obstante, se mueve de manera fácil, simple y sin esfuerzo.  Está protegido por el Tao, por la naturaleza, por el espíritu de la propia naturaleza.  El hombre es un insensato porque se cree muy sabio.

 Luego el niño crece.  ¿Alguna vez te has fijado que todos los niños son hermosos?  Es muy difícil encontrar un niño feo.  Todos los niños son hermosos.  ¿De dónde proviene esa gracia?  Más tarde es difícil encontrar una persona hermosa entre cien.  Al principio las cien eran hermosas, ¿qué les pasó a las otra noventa y nueve? ¿Cómo se volvieron feas?  ¿Por qué todos los niños son hermosos?  Son hermosos a causa del movimiento; el flujo es natural.  La naturaleza es hermosa.  Si eres artificial y antinatural, entonces te vuelves feo; si actúas deliberadamente, entonces la fealdad penetra en ti.

 Un niño vive inconsciente.  Cuando tiene hambre, llora; cuando tiene sueño, duerme.  Pero le obligamos a seguir reglas y leyes.

  He oído:

 Un niño pequeño lloraba de pie fuera de su casa.  Una anciana que pasaba el preguntó:

-¿Qué te ocurre?  ¿Por qué lloras?  ¿Qué ha pasado?

 El niño respondió:

-Mi madre ha perdido la guía sobre cómo criar niños y ahora utiliza su propia mente.
Ahora hay guías sobre cómo criar a los niños, cómo ser madre y cómo ser padre.  Se dan todo tipo de instrucciones.  Uno se pregunta cómo nacían los niños antes de la aparición de esas guías.   ¿Cómo nos las arreglábamos para nacer antes de ellas?

Las guías ofrecen reglas específicas y particulares. Cada cuatro horas hay que dar leche al bebé.  Aunque el bebé llore, la madre deberá estar pendiente del reloj, no del niño, y de si han pasado las cuatro horas.  De esa manera destruimos la naturaleza inconsciente.  Dentro de poco el niño seguirá tu ejemplo: también él mirará el reloj y, cuando hayan pasado las cuatro horas, empezará a llorar, tanto si tiene hambre como si no.  Tiene que ir al retrete a primera hora de la mañana.  

 Todo eso es una auténtica molestia.  ¿Cómo se las apañará el niño para mover las tripas cuando no tenga ganas?  Y su madre permanecerá allí en pie, junto a él, con una mirada condenatoria diciéndole que lo haga, pero con orden.  Y el niño llora y grita, y no sabe cómo satisfacer a su madre: ¡está loca!  Pero el niño acabará forzándose a sí mismo.

 Los psicólogos han descubierto que el cincuenta por ciento de las neurosis de la humanidad provienen de ese entrenamiento obligado por el que pasa el niño en cuestiones intestinales.  ¡Cincuenta por ciento!  El niño empieza a forzarse porque tiene que obedecer, y se siente culpable si no puede hacerlo con puntualidad.  Y siempre que lo hace con naturalidad, y se lo hizo en la sala de estar.  

 ¿Y cómo va a saber el niño que la sala de estar no es el lugar apropiado?  Vive inconsciente.  No sabe lo que es el retrete ni la sala de estar.  No sabe cuándo hay invitados y cuándo no, ni cuándo puede ni cuándo no puede.  No vive según las reglas, pero obedecerá porque no tiene más remedio.  Está tan indefenso, y tú eres tan fuerte que acabarás aplastándolo por completo.

 Observa qué ocurre cuando un niño se fuerza a ir al retrete: poco a poco su cuerpo se convierte en un mecanismo artificial que tiene que ser manipulado.  Nada es natural.  Entonces, en un momento dado, se fuerza a sí  mismo para satisfacer a sus padres.  Llora cuando no tiene hambre.  No tienes más que observar un poco y verás que eso es lo que ocurre.

 Vete a cualquier casa: los niños pequeños aparecen sentados a la mesa, comiendo con lágrimas en los ojos.  Ahora mismo no tienen hambre; ellos tienen razón y su madre está equivocada.  Así es como el niño empieza a recorrer un sendero erróneo.  Luego, cuando llega el momento, acabará pidiendo la comida, ¡aunque no tenga hambre!  Cuando la tenga se controlará porque no le está permitido pedirla.  De esa forma irá perdiendo contacto con la naturaleza, y no tener contacto con la naturaleza es ser neurótico.

 Un niño se siente vivo, es activo; quiere correr y bailar.  La madre trata de obligarlo a dormir.  ¿Alguna vez se te ha ocurrido pensar que eso es pedir lo imposible?  ¿Podrías irte tú a dormir?  ¿Podría la madre ir a dormir?  ¿Qué haces si no tienes sueño? El niño lo aparentará, cerrará los ojos y aparentará dormir, volviéndolos a abrir tan pronto como la madre desaparezca. Eso es educarle para aparentar y convertirlo en un hipócrita, todo por tonterías. No se puede forzar a dormir a nadie, no hay forma de hacerlo.  ¿Por qué, si no, tanto insomnio? ¿Por qué se necesitan tantos somníferos?  ¿Por qué la gente se pasa la noche dando vueltas en la cama?  Y esperan que un niño se ponga a dormir ordenadamente, y que se levante con el mismo orden, y en la brahmamuhurta*  debe levantarse a las cinco de la madrugada; todo ello para ser un buen niño, un santurrón; si no, será un niño malvado.

 Todos los que son naturales son malvados, y los artificiales, santurrones.  En la vida de ese ser habrá sufrimiento.  Irá de este sacerdote a ese, de este swami  al otro, de ese maestro a aquel otro, y estos le irán dando cosas que hacer –esto y lo otro-, pero nada le será de ayuda porque todo su modo de vida es erróneo, no hay que añadir porque toda la estructura es errónea. 

 Toda la estructura debería ser echada abajo para poder volver a empezar de nuevo. Pero eso parece demasiado. Ya has vivido cuarenta o cincuenta años y ya has invertido mucho en tu manera de vivir. 

 Y ahora llegas ante mí y te digo que lo dejes todo. A eso me refiero con sannyas: una decisión de abandonar todo ese modo de vida, de cambiar de manera tan completa que el pasado se desplome.

 *Brahmamuhurta. Palabra sánscrita que significa “la hora de Brama”, el momento más propicio del día para practicar meditación, es decir, el crepúsculo matutino o el vespertino.  (N. del T.) 

 Y como ya no podrás identificarte con él, dejarás caer todo lo que has invertido en él y todos los provechos que obtenías de él.  Porque hay provechos, si no, ¿de qué llevarías tal carga?  Vale la pena.  La sociedad te respeta; eres una persona respetable.  La sociedad te honra cuando sigues sus dictados.

Cuando el Zapato es cómodo - Osho
Cuando el Zapato es cómodo - Osho 

 Así que cuando digo que des un salto a sannyas, quiero decir que cambies toda tu manera de vivir.  Es lo mínimo.  No puedo cambiar fragmentos porque estás enfermo.  Aunque intentase cambiar el fragmento no tendría sentido, porque ese fragmento no podría cambiar el todo; la enfermedad está demasiado extendida.    Es más probable que la enfermedad acabase cambiando el fragmento.  No se puede hacer nada a menos que estés dispuesto a abandonar por completo.  Puedes meditar, practicar meditación trascendental, cerrar los ojos y repetir mantras durante diez minutos por la mañana y diez minutos al anochecer, puedes seguir mareándote de muchas maneras, con la esperanza de que suceda algo sin cambiar tu manera de vivir.

  Por eso Mahesh Yogui es tan influyente en Occidente.  Nunca se mete con la manera de vivir.  Nunca te pide que cambies.  Dice que estás bien siendo como eres.  Solo una inyección pequeñita de meditación trascendental y todo irá bien.  Es como tomarse una pastilla; tu manera de vivir no cambia en absoluto.  Quienquiera que seas, justo o equivocado, sólo tienes que añadir este mantra, repetirlo diez minutos por la mañana y al anochecer, y todo irá bien porque las puertas del paraíso están abiertas, esperándote.  Y el tipo es tan estúpido que se cree esos trucos.  

 Solo son trucos.  Pueden ayudar tanto como los somníferos.  Pueden ayudarte a ajustar tu modo de vida erróneo, y ese precisamente es el problema, que pueden ayudar.  Pueden dar un ajuste a tu modo de vida, pero tu modo de vida es básicamente erróneo.  Así que es mejor no ajustarlo.  Puede resultar un consuelo, pero en realidad está envenenado, porque entonces nunca podrá darse un cambio.  Te consolarás con tu modo de vida, pensarás que todo está bien porque haces algo, porque haces meditación trascendental.

 Dormirás un poco mejor; conozco un mantra que puede hacerte dormir bien.  Estarás menos expuesto a la enfermedad; eso también es posible porque estarás más ajustado a un modo de vida erróneo.  Pero eso no te proporcionará gozo.  Puede que enfermes menos, pero eso no te dará acceso al éxtasis.  Puede que te sea posible prolongar el sufrimiento un poco más.  Estarás menos desajustado, pero nunca serás un ser extático, un ser gozoso.

 Sólo puedes convertirte en un ser gozoso cuando estás dispuesto a abandonar todo tu modo de vida.  Sannyas es lo mínimo que puede ayudar.

 El espíritu cuenta con una torre inexpugnable
que ningún peligro puede perturbar mientras la torre
esté vigilada por el Protector invisible que actúa
inconscientemente, y cuyas acciones se extravían
cuando son deliberadas, reflexivas e intencionadas.

 Evita la intencionalidad, la voluntad, las resoluciones; muévete como un niño, confiando en la naturaleza.  Cuando sientas hambre, come.  Cuando no tengas hambre, no comas.  La naturaleza te guía.  Cuando tengas sueño, vete a dormir.  Si no tienes sueño, no es necesario que lo intentes, abandona  la idea.  Muévete sin intención y pronto conseguirás dejar ese modo de vida neurótico y podrás regresar al origen.  Ese origen es el Tao.

 La inconsciencia y la total sinceridad del Tao son  perturbadas por cualquier esfuerzo y demostración autoconsciente.  Todas esas demostraciones son mentiras.

 Vive, pero no conviertas tu vida en una demostración.  Vive, pero no te conviertas en un exhibicionista.  No te permitas la teatralidad, no es necesario.  Lo que los demás digan es fútil, irrelevante, lo único relevante es lo que tú eres.  Lo que piensen los demás es problema suyo, no necesitas preocuparte por ello. No conviertas tu vida en una demostración de teatralidad.  Una vez que empiezas es muy difícil parar; siempre estarás falseando, y si la gente respeta una falsedad, entonces te convertirás en un falso.  Si ellos creen que es algo bueno y respetable, entonces tú harás una cosa aunque no exista razón natural para ello.

 Si quieres convertirte en pintor y se trata de un deseo inconsciente, conviértete en pintor y sigue pobre.  No te hagas médico y seas rico.  Puede que te enriquezcas siendo médico, pero si no estudiaste medicina por causa de un deseo inconsciente, si solo lo hiciste para satisfacer a tus padre, a la sociedad, a los amigos, entones puedes enriquecerte mucho, pero seguirás sin realizarte, y lo fundamental es la realización.

 He oído acerca de un médico que se convirtió en el mejor cirujano de Estados Unidos.  Fue nombrado presidente de la Sociedad Nacional de Cirujanos.  El día de su nombramiento hubo una gran celebración en su honor.  Pero él estaba triste.

 Un amigo le preguntó:

-¿Por qué pareces tan triste?  Deberías ser el hombre más feliz de la tierra.  Te has convertido en el mejor cirujano y nadie puede hacerte la competencia.  El mayor honor para un cirujano es convertirse en presidente de la Sociedad Nacional.  ¿Por qué estás tan triste?

 -Nunca quise ser cirujano.  He triunfado en algo que nunca quise, y ahora no sé cómo escapar de ello.  Si hubiese sido un fracasado, tendría una oportunidad, pero ahora no tengo escapatoria posible –replicó el cirujano.

-Debes estar de broma.  Pero ¿qué estás diciendo?  Tu familia es feliz, tu esposa es feliz, tus hijos son felices: todo el mundo está encantado.  Y todos te respetan –dijo su amigo.

El cirujano respondió:

-Pero yo no puedo respetarme a mí mimo, y eso es lo principal.  Yo quería ser bailarín, pero mis padres no me lo permitieron, y tuve que obedecerlos.  Fui un cobarde.  Y ahora no me hace feliz ser el mejor cirujano.  Soy desgraciado por que soy el peor bailarín del país.  No sé bailar, y ese es el problema.

 La realización viene a través de la naturaleza, no de la sociedad.  Llevas tu destino en tu interior, pero es algo inconsciente.  Síguelo.  Nadie más sabrá que lo has alcanzado, pero tú serás consciente de ello.  Puede que no obtengas el premio Nobel porque nunca se ha concedido a una persona realizada.  Nadie realizado ha recibido nunca el premio Nobel –ningún Buda, ningún Jesús- y tampoco sucederá en el futuro, porque el premio Nobel se otorga a alguien que haya obedecido a la sociedad con sinceridad, y que haya logrado alcanzar los objetivos de la sociedad, no los suyos propios.  Mira a los ganadores del premio Nobel y no hallarás personas más tristes que ellas.  Muchos se han suicidado, y no se trata de una mera coincidencia, sino que tiene un significado.  La mayoría no se sienten realizados.  Los premios no pueden colmarte.

 Permite el fluir de la naturaleza inconsciente; no la fuerces conscientemente.
       
 La inconsciencia y la total sinceridad del Tao son
Perturbadas por cualquier esfuerzo y demostración
Autoconsciente. Todas esas demostraciones
Son mentiras.

 Todos vuestros triunfadores son mentira.  Las personas supuestamente de éxito no son más que mentiras, fíjate bien.

 El mulá Nasrudín estaba enfermo, así que fue al médico.  El médico le dijo:
-Nasrudín, ¿bebe usted alcohol?
-No –respondió Nasrudín, con las manos temblando.

 Estaba borracho, podía olerse en su aliento.  Así que el doctor le dijo:
-Muy bien.  ¿Anda con mujeres?
-No –dijo Nasrudín, que acababa de dejar a una prostituta.
 Llevaba carmín en el rostro.
 -¿Fuma usted, Nasrudín? –preguntó el médico.

 -No, nunca –contestó Nasrudín, con el paquete de tabaco sobresaliéndole el bolsillo y los dedos marrones de nicotina.
-¿Entonces, qué hace? –inquirió el doctor.
-Digo mentiras –dijo el mulá Nasrudín.

 Y así es como son los hombres de éxito; cuando más mentiroso seas, mayor será tu éxito.  Para triunfar en este mundo hay que ser un mentiroso.  Pero entonces te pierdes a ti mismo.  Triunfas en este mundo y te conviertes en un fracaso en el otro.  Y finalmente, el otro es el que cuenta.

 Todas esas demostraciones son mentiras.

 Cuando uno se presenta a sí mismo de manera
tan ambigua, el mundo se lanza al asalto y lo apresa.

 Una vez que muestras una cierta inclinación hacia las demostraciones y la teatralidad, llega el mundo y te apresa de inmediato.  Te convierte en una víctima.

Deja de estar protegido por la sinceridad del Tao.
Cada nuevo acto es un nuevo fracaso.

 Una vez que te interesas en lo que los demás dicen de ti, cada uno de tus actos será un fracaso.  Aquí puede que tengan éxito, pero ese éxito es totalmente inútil porque nunca te realizará, nunca florecerás a partir de él.  Nunca alcanzarás la realización de tu destino; tu simiente seguirá siendo una simiente.  Puedes acumular recortes de periódicos que hablen de ti, pero esos recortes mortecinos, esos certificados que cuelgas de la pared de tu sala de estar, no son la vida.  Los rostros con los que cargas cuando sales, las sonrisas falsas, no son la vida.  Y poco a poco, con cada nuevo acto, más te hundes en la mentira.  ¿Cómo puedes creer que alcanzarás el gozo a través de esas mentiras?  Puedes lograr gran parte de la porquería de este mundo, pero te perderás todo lo que es real.


Cuando el Zapato es cómodo - Osho
Cuando el Zapato es cómodo - Osho
  Dice Chuang Tzu.  Sé en el Tao, de manera auténtica y sincera.  Solo se requiere de un tipo de sinceridad: hacia el Tao, hacia tu naturaleza interior, tu auténtica naturaleza.  No se necesita ningún otro tipo de sinceridad; deja que todo el mundo de tache de insincero.  No te preocupes.

  Eso es lo que le dijo al Buda su padre, porque el Buda abandonó a sus padres.  Eso es lo que le dijo al Buda su esposa, porque él la abandonó.  Eso es lo que le dijo todo el reino, porque él  lo dejo.  Pero era feliz, y fue sincero con su Tao, con su naturaleza.  Y dijo: “No hay otro camino posible.  Si sufrís, lo hacéis a causa de vuestras expectativas, no por mí”.

 Estás aquí para realizarte; los demás tienen que realizarse a sí mismos.  Si esperan algo de ti, ese es su problema; sufrirán, pero tú no tienes por qué ser falso a causa de ello.

 Sé sincero con tu naturaleza interior y ayuda a los demás a ser sinceros con la suya propia.  A eso lo llamo un hombre religioso.  Un hombre así es alguien que es sincero respecto a su naturaleza interior y que ayuda a los demás a ser sinceros respecto a las suyas.  Estás aquí para realizar tu destino, y los demás están aquí para realizar los suyos.  No esperes nada de ellos; si no, los convertirás en exhibicionistas, los convertirás en mentirosos.  No esperes nada de nadie, y no colmes las expectativas que tienen los demás acerca de ti.

 Eso es difícil, pero eso es sannyas;  de eso trata todo.  No dejes que los demás se formen expectativas respecto a ti.  Ni siquiera les des el mínimo indicio de que vas a colmarlas.  Pasa por los sufrimientos que tengas que pasar y estate preparado para hacerlo, pero no permitas que otros se formen expectativas respecto a ti.  De lo contrario, el mundo te atrapará y encerrará.

 Una vez que asientes a algo, estás encerrado.  Ya estás en el túnel, y con cada paso, con cada nueva acción, vas cayendo en una nueva miseria, en una nueva insatisfacción, en nuevas mentiras y nuevos fracasos.  Suelta las expectativas de los demás, y deja de pedirles que colmen las tuyas.  Recuerda: si sufres, sufres por ti; si los demás sufren, sufren por ellos mismos.  Nadie sufre a causa de los demás, recuérdalo.  Solo entonces podrás ser auténticamente sincero con tu ser interior; esa sinceridad es religiosidad.

  Los hinduistas lo han llamado rit.  Jesús lo llamó el Reino de Dios.  Chuang Tzu lo llama el Tao.  Sea cual fuere la palabra que se utiliza, significa permanecer cerca       de la propia inconsciencia y fluir con ella sin condiciones.  Significa fluir incondicionalmente con el inconsciente, lleve donde lleve, y confiar en ello.

  Eso es confiar.  No es creer en un dios, ni en un cielo o infierno, ni en una creencia no en conceptos, teorías o filosofías.  Confiar significa confiar en la naturaleza de la que provienes y a la que, finalmente, regresarás.  Confiando en esa naturaleza, regresarás colmado, y cada momento de tu vida será una nueva y profunda realización.  De no ser así, cada nuevo acto es un nuevo fracaso.

 Sus actos son públicos, a plena luz del día,
será castigado por los hombres.
Si son realizados en privado y en secreto, será
castigado por el espíritus.

 No te manifiestes  Si te manifiestas en público, a plena luz del día serás castigado por el hombre.  Tienes que entenderlo: cuando te conviertes en alguien que manifiesta, en un exhibicionista, en un actor, entonces tu vida se convierte en un circo, en una exhibición, y la gente te apreciará porque estás convirtiéndote en una víctima de sus antojos, de sus expectativas.  Te aplaudirán, pero eso no durará mucho.  Más tarde o más temprano empezarán a notar tus mentiras, porque, ¿durante cuánto tiempo puedes aguantar una mentira?  Acaba sabiéndose, y cuando los demás empiecen a notar tus mentiras te castigarán.

 Fijaos en Richard Nixon: eso le pasa a todo el que se convierte en un actor.  Primero te aplauden.  Luego te conviertes en víctima.  Por conseguir su aplauso deberás mentir cada vez más.  Empezarás a colmar sus expectativas y cada vez serás menos real.  Es un círculo vicioso.  Y cuanto más irreal seas, más se darán cuenta de que mientes.  Y a continuación empezarán a castigarte.

 Cuando te aprecien los demás, ten cuidado, porque estarás recorriendo un sendero peligroso.  Pero tarde o temprano acabarán castigándote.  Cuando la gente empiece a hablar de tu éxito, ten cuidado, porque eso significa que el fracaso se aproxima.  Cuando te coloquen en un trono, escapa, porque tarde o temprano te echarán de ahí.  Pero eres tan tonto y estúpido que nunca te percatas que antes que tú hubo otro que ocupó el trono.  Le colocaron allí, y ahora lo han destronado para ponerte a ti.  Ahora te ponen guirnaldas y te ofrecen la bienvenida, pero tarde o temprano encontrarán a otro actor al que entronizar y entonces te echarán a ti.  Eso le sucede a todo aquel que vive de la opinión pública.  No busques el éxito en el mundo externo y no fracasarás.  No pidas a las personas que te respeten y no te insultarán.

  Chuang Tzu dice: Sé el último y así nadie podrá empujarte más atrás.  No te pongas el primero de la cola porque el mundo se convertirá en tu enemigo y acabarán castigándote.  Todo conlleva su opuesto: si te aprecian, te castigarán, y, si te respetan, acabarán insultándote.

 ¿Cuál es el mecanismo que lo regula?  Cuando alguien te respeta, se siente insultado en lo profundo de su ser, porque se convierte en tu inferior.  ¿Cómo va a poder perdonarte?  No puede.  Algún día habrá que ajustar cuentas.  Cuando se postró y te tocó los pies se abrió una profunda herida en su interior: era inferior a ti.  Ahora tiene que probar que no lo es.  Algún día demostrará que es superior a ti.

  Trata de comprender el mecanismo interior: hay que ajustar cuentas, no se puede ir por ahí con un desequilibrio.  Siempre que aprecias a alguien, en ese mismo instante, si estás atento, podrás darte cuenta de que en tu interior también te gustaría insultarlo.  Solo existe una pequeña diferencia entre una cosa y otra.  Tarde o temprano acabará apareciendo.  Un hombre sabio nunca pide tu aprecio.  Cuando llegas con una guirnalda ante él, dice: “Detente aquí y ahora, porque más tarde lo acabaré pagando”.

 Si sus actos son públicos, a plena luz del día,
será castigado por los hombres.
Si son realizados en privado y en secreto, será
castigado por los espíritus.

  Puede que no lleves a cabo tus representaciones en público, sino en privado.  Las personas se han hecho tan falsas que incluso mienten cuando están a solas, en el baño; son mentirosas.  Ni siquiera ahí son reales o auténticas.  Las mentiras se han convertido en algo tan cotidiano que no se pueden dejar de lado fácilmente, te siguen.  Mientes incluso en sueños, incluso en sueños.  Mentir se ha convertido en algo tan arraigado que también incluso ahí te siguen. 

 Si quieres matar a tu padre, matarás a tu tío en sueños.  Así es como te persigue la mentira.  Tu tío no te ha hecho nada pero es el más cercano, y se parece a tu padre, incluso en sueños te resulta difícil matar a tu padre.  Por eso los sueños se han convertido en algo tan complejo y se necesitan Freuds y Jungs para interpretarlos.  Haces aparecer a un tío, y Freíd leerá que es el padre.  El tío es solo un símbolo, el más cercano al padre.

 Si realizas tus actos en privado, entonces la que te castigará será la propia naturaleza.  La teatralidad es castigada.  Eso es lo que Chuang Tzu quiere decir cuando habla de espíritus: quiere decir que serás castigado por la naturaleza misma.

 Si no quieres que te castiguen, entonces no seas un exhibicionista.  Permanece natural, digan lo que digan los demás.  No van a cambiarte porque digan esto y lo otro.  Aunque digan que eres rebelde, criminal, malo, dañino…déjalos pensarlo.  Deja que te claven en la cruz, pero permanece auténtico.  Cuando crucificaron a Jesús, podría haber escapado.  Poncio Pilato estaba dispuesto a perdonarlo, pero Jesús tenía que pedírselo.  No lo pidió porque se mostró auténtico respecto a su propia naturaleza.

 Cuando Atenas castigó a Sócrates, aquella puso una condición.  Dijeron: “Si prometes al tribunal que no seguirás hablando por  la ciudad, y que no discutirás de cosas y filosofías, que permanecerás en silencio, entonces te perdonaremos”.
Pero Sócrates se rió y dijo: “Eso es imposible porque no puedo ser infiel a mi auténtica naturaleza.  Así es como soy, y continuaré hablando.  Podéis matarme; eso lo habréis de decidir vosotros”.  Aceptó el veneno pero no aceptó el silencio; no aceptó tener que callarse.

 Sé auténtico contigo mismo y no te preocupes por lo que dicen los demás.  Ese es el único camino para alcanzar lo divino, porque es la única manera de ser natural.

 Que cada uno comprenda el significado de la sinceridad
y se guarde contra la ostentación.

 Así estará en paz con hombres y espíritus y
actuará acertadamente, inadvertido,
en su propia soledad, en la torre de su espíritu.

 Estará en paz con hombres y espíritus… Si no estás interesado en demostrar quién eres, estás en paz con la naturaleza y las personas.  Estarás en paz aunque lleguen a matarte.  Jesús estaba en paz cuando fue crucificado.  Sócrates estaba tan tranquilo como siempre cuando le administraron el veneno.  Estarás en paz.  ¿Qué más te da lo que hagan los demás?  Eso no te afecta, te es ajeno y puedes permanecer despegado en tu torre del espíritu.  Estás protegido en tu naturaleza interior…nada te alcanza ni penetra.
       
 Así estará en paz con hombres y espíritus y
actuará acertadamente, inadvertido, en su propia
soledad, en la torre de su espíritu.

 Y cuando Chuang Tzu dice que actuará acertadamente, no está contraponiendo correcto y erróneo.  No.  No se refiere a lo contrario de erróneo; hace referencia a lo natural.  Lo natural es acertado; lo fácil y sencillo es acertado; ser tú mismo es acertado.  Ser tú mismo es todo lo que realmente puedes ser.  Cualquier otra cosa es extraviarse.


 Aqui te dejo unos vídeos sobre Cuando el Zapato es cómodo - Tao Osho en esta entrada a mi blog lo quiero compartir con vos espero que te sirva de algo para un mayor crecimiento espiritual. Namaste!  









Fuente: Texto extraído del libro/Osho/Tao/Cuando el Calzado es Cómodo
Fuente: Video www.youtube.com 
Fuente: Video www.youtube.com