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Les enseñaré una manera muy fácil: hagan su trabajo pensando que el trabajo también pertenece a Dios. No fijen su mente en la tarea, pensando "es mi trabajo". Piensen que todas las acciones que hacen, las hacen para Dios. Ofrézcanlo todo a Sus Pies. Crean, y díganselo a ustedes mismos, "todo lo que hago lo hago por amor a Dios".

Descubrir la sensibilidad - Osho



La inocencia pertenece a la comprensión del corazón. 



La austeridad no puede ser practicada.

 Si te sintieras como un niño inocente, simplemente abandonarías tus ropas y saldrías al mundo. ¿De qué tienes miedo? ¿De que la gente se ría? ¿Qué hay de malo en su risa? Déjales reír. Tú puedes participar, también puedes reír con ellos. Se burlarán de ti... pues estupendo, porque nada mata tanto al ego como que la gente se ría de uno. Es bueno; te están ayudando. Pero practicándolo durante cinco años, no conseguirás nada. La desnudez ha de ser inocente como la de un niño. La desnudez debería ser fruto de la comprensión, no de una práctica. Mediante la práctica estás tratando de obtener un sustituto para la comprensión. La inocencia no pertenece a la mente, no forma parte de tus cálculos, de tus razonamientos. La inocencia pertenece a la comprensión del corazón”. 

 La austeridad no puede ser practicada. Simplemente has de echar un vistazo a la vida y ver que cuanto más complicado te vuelves, menos sensible eres. Y cuando menos sensibles eres, más te alejas de la Divinidad que eres. Cuanto más sensible te vuelves, más y más y más  te acercas. Y llegará un día en que serás sensible hasta las mismas raíces de tu ser; de repente dejarás de estar ahí. Serás simplemente pura sensibilidad, sensitividad. Ya no estarás ahí; serás simplemente consciencia. Entonces todo es hermoso, todo está vivo; no hay nada muerto. Todo es consciencia; no hay nada vivo, ni nada muerto. Todo es consciencia; nada es inconsciencia. Al aumentar tu sensibilidad, el mundo cambia. En el último momento, cuando la sensibilidad  alcanza su clímax total, supremo, el mundo desaparece; sólo existe Dios. En realidad no se ha de encontrar a Dios; se ha de descubrir la sensibilidad. Se ha de ser sensible tan totalmente que nada quede excluido, apartado... y de repente Dios esta ahí. Dios siempre ha estado ahí; sólo ha ocurrido que no eras sensible. 

 Para mí, austeridad significa una vida sencilla, una vida de comprensión. No es necesario que vayas a vivir a una choza, no necesitas ir desnudo. Puedes vivir de forma sencilla, con comprensión. La pobreza no te ayudará, pero la comprensión lo hará. Puedes obligarte a ser pobre, puedes obligarte a ir sucio, pero eso no te ayudará. 

 Esto es lo que está ocurriendo en Occidente con los hippies y otras gentes. Están cometiendo el mismo error que ha estado cometiendo la India durante mucho tiempo. En el pasado, la India ha conocido toda clases de hippies. Han llevado la vida más mugrienta. Simplemente—en nombre de la austeridad—no se bañaban pues decían, “¿Por qué preocuparse, por qué arreglar el cuerpo?” 
¿Sabías que los monjes jainos no se bañan? No puedes sentarte a su lado; apestan. No se cepillan los dientes. No puedes hablar con ellos; sus bocas exhalan mal olor, mal aliento. Y creen que eso es austeridad porque dicen, “Incluso bañar, o limpiar el cuerpo, es ser materialista. Entonces te relacionas demasiado con el cuerpo. Así que, ¿por qué preocuparte?” Pero esta clase de actitud es simplemente desplazarse al otro extremo, de una estupidez a otra. 


Yoga Meditación
Yoga Meditación 

 Hay gente que se ocupa de su cuerpo durante las veinticuatro horas. Encontrarás mujeres desperdiciando su tiempo delante del espejo. Ésta es una clase de estupidez: limpiar continuamente, sin darte cuenta de que sólo es una parte. Está bien, límpiala, pero no te dediques a ella continuamente durante todo el día, porque si no, se convierte en una obsesión. Un cuerpo limpio es positivo, pero una continua obsesión con la limpieza... eso es locura. Hay gente que continuamente trata de embellecer sus cuerpos. Casi la mitad de las industrias del mundo se dedican al embellecimiento el cuerpo: polvos, jabones, perfumes. 

 La pulcritud es buena, pero no debería convertirse en una obsesión. Se ha convertido en una obsesión en Occidente y ahora viene el otro extremo. La gente que se halla preocupada en exceso por el cuerpo, por su indumentaria y su limpieza y esto y lo otro, son “cabezas cuadradas”. Pero los hippies se han desplazado al otro extremo; no se preocupan para nada de eso. Van sucios y su suciedad se ha convertido en una religión. Es como si por ir sucio fueran a alcanzar algo. Simplemente se están volviendo más y más insensibles a las bellezas de la vida. 

 Y debido a que te has vuelto tan insensible, las drogas han adquirido tanta importancia. Ahora parece que no puedes ser sensible sin drogas químicas. La realidad es lo contrario: un hombre austero es tan sensible que no necesita la ayuda de las drogas. Todo aquello que tú experimentas gracias a las drogas, él lo vive simplemente gracias a su sensibilidad. Tú ingieres la droga y un árbol corriente se convierte en un maravilloso fenómeno; cada hoja se convierte en sí misma en una mundo único... miles de matices de verde en un árbol. Y cada flor emana luz, se convierte en un prisma. Un árbol corriente frente al que has pasado tantas veces y al que nunca has mirado, de repente se transforma en un sueño, en un éxtasis, en un arco iris de colores. Esto es lo que le sucede a un hombre sensible sin ingerir droga alguna. Tomar drogas quiere decir que te irás endurecido y amodorrando y acartonado tanto que necesitarás una agresión química en tu cuerpo. Solamente entonces, durante unos instantes, la ventana se abrirá y verás la poesía de la vida... y luego, otra vez, la ventana se cerrará. Y necesitarás más y más cantidad de esa droga. Y llegará el momento en que incluso las drogas no te servirán. Entonces estarás totalmente petrificado. 


Yoga Meditación
Yoga Meditación 

Vuélvete más sensible, vuélvete más austero. Y cuando digo “vuélvete”, no me refiero a que practiques; quiero decir “comprende”. Trata de ver que siempre que eres sencillo las cosas resultan hermosas. Cuando te vuelves complejo, las cosas se convierten en un problema. Creas más rompecabezas y todo se convierte en un lío, las cosas se embrollan. 

 Vive una vida sencilla, satisface tus necesidades, no tengas deseos absurdos. Necesitas comida, necesitas vestidos, necesitas un cobijo; se acabó. Necesitas alguien a quien amar, necesitas que alguien te ame. Amor, comida, cobijo; es sencillo, pero creas millones de deseos. Si quieres un Rolls Royce entonces surgen las dificultades. Si necesitas un palacio, o no te sientes satisfecha con la mujer que eres, si necesitas ser una Miss Universo—y todas tus Misses Universo están casi muertas—estás deseando algo imposible... y así sigues y sigues. Has de irlo posponiendo, “Algún día, cuando tenga un palacio, entonces me sentaré en silencio”. Pero mientras tanto la vida se escapa de entre tus dedos. Incluso aunque tuvieras un palacio, te olvidarías de cómo sentarte en silencio porque cuidando del palacio te olvidas de cómo sentarte. Esto es lo que le sucede a toda la gente ambiciosa: tiene prisa. Y su apresuramiento se convierte en su modo de vivir. Les llega un momento en que alcanzan lo que persiguen, pero entonces no pueden detenerse. Y lo sé muy bien: si durante todo el día has estado pensando y pensando, entonces no puedes detenerte. 

 Mulla Nasrudin llegó a casa un día después de haber decidido hacer algo y no olvidarlo. Había hecho un nudo en su vestido para así poder recordarlo. Cuando llego a casa estaba muy enfadado porque se le había olvidado. “Aquí está el nudo, pero ¿para qué?” Intentó recordar. Su esposa insistía, “Ahora vete a dormir y mañana por la mañana ya pensarás qué es”. Pero él le decía, “No, es algo muy importante. Es tan importante que había decidido hacerlo esta noche. No puedo olvidarlo bajo ningún concepto, así que vete tú a la cama”. 
A mitad de la noche, cuando el reloj marcaba las dos, se acordó. Había decidido a acostarse temprano. Para eso había hecho el nudo. 

 Esto es lo que le sucede a toda la gente ambiciosa. Desean con tanta intensidad que para cuando alcanzan su meta se han olvidado por completo de qué era lo que buscaban. En primer lugar, ¿para qué deseaban tantas cosas? Ahora que las han alcanzado, se han olvidado. Aunque recuerden que deseaban estar en silencio, relajados, disfrutar de la vida, ahora su pauta de vida y todo su condicionamiento no les permite relajarse, no les permite sentarse en silencio y disfrutar. Cuando has estado corriendo tras tus ambiciones durante toda tu vida, no es fácil detenerte. El correr se convierte en tu ser. Si quieres detenerte, ahora es el momento. El detenerse no tiene futuro, éste es el momento. 
Las necesidades son algo sencillo. Un hombre puede vivir una vida muy sencilla y austera y disfrutarla. No se necesitan comidas especiales para disfrutar de la comida; solamente se necesita una lengua sensible. Para cuando seas capaz de acumular apetitosos comidas, habrás perdido la capacidad de disfrutarlas. Disfrútalas mientras perdura el momento. Disfrútalas mientras estás vivo. No lo dejes de lado y no lo pospongas. 


Yoga Meditación
Yoga Meditación 

 Un hombre austero vive momento a  momento, “Este día es suficiente en sí mismo y el mañana ya cuidará del mañana”. Jesús dice una y otra vez, “Mira los lirios del campo, ¡qué bellos son! No se preocupan por el mañana. Incluso Salomón no era tan hermoso en los instantes de su mayor gloria como lo son los lirios del campo”. Mira esos pájaros, están disfrutando. En este mismo instante toda la Existencia está celebrando, excepto tú. 

 ¿Qué es lo que va mal en el hombre? El problema es que piensa que para disfrutar se han de cumplir primero determinadas condiciones. Ése es el problema. En realidad, para disfrutar de la vida no se necesitan condiciones especiales; es una invitación incondicional. Pero el hombre piensa que primero han de satisfacerse determinadas premisas y que sólo entonces podrá disfrutar de la vida. Ésta es la mente compleja. La mente sencilla siente que uno ha de disfrutar  todo aquello que tiene a mano. ¡Disfrútalo! No hay condiciones que satisfacer. Y cuanto más disfrutas este momento, más te vuelves capaz de disfrutar el siguiente. La capacidad aumenta y cuanto mayor se vuelve, más y más alto asciende; es infinita. Y cuando alcances el disfrute infinito, eso es lo que es Dios. Dios no es una persona sentada en algún lugar esperándote. Para cuando llegues ya se habrá aburrido, esperándote y esperándote. Si tiene sentido común se habrá suicidado... esperando.


Fuente:  Yoga La ciencia del alma/Editorial Gulaab/Osho/

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