Tao
Capítulo 1
Chu’i el delineante trazaba circunferencias
más perfectas a pulso que con la ayuda de un compás.
Sus dedos creaban formas espontáneas salidas de la nada.
Mientras tanto, su mente permanecía libre y
despreocupada por lo que hacía.
No necesitaba aplicarse,
su mente era perfectamente simple y no conocía obstáculos.
Por ello, cuando el calzado es cómodo, se olvida uno del pie;
cuando el cinturón es cómodo, se olvida uno de la cintura;
y cuando el corazón está apaciguado, se olvida uno
de “a favor” y “en contra”.
Si no hay impulsos, compulsiones, necesidades ni atracciones,
entonces tus asuntos están bajo control.
Entonces eres un hombre libre.
Lo sencillo es lo adecuado.
Empieza bien y será fácil.
Continúa con sencillez y lo estarás haciendo bien.
El camino adecuado para ir de una manera sencilla
es olvidar que el camino es adecuado
y olvidar que se hace con facilidad.
CHUANG TZU es una de las flores más raras, incluso más que el Buda y Jesús, porque estos insistieron en el
esfuerzo y Chiang Tzu lo hizo en la ausencia de esfuerzo. Mediante el esfuerzo se puede hacer mucho, pero
todavía es más lo que puede hacerse a través de la ausencia de esfuerzo. Mediante la voluntad se puede conseguir
mucho, pero todavía es más lo que puede lograrse a través de la ausencia de
voluntad.
Y sea lo que fuere lo que
se logra mediante la voluntad, siempre será una carga, siempre será un
conflicto, una tensión interna, y podrás llegar a perderlo en cualquier
momento. Hay que mantenerlo y ocuparse
de ello continuamente, y para eso hace falta energía, y por ello, el mantenerlo te disipa.
Sólo aquello que se
obtiene a través de la ausencia de esfuerzo no representará nunca una carga, y
solo aquello que no es una carga puede ser eterno. Solo aquello que no es antinatural puede
permanecer contigo para siempre.
Chuang Tzu dice que lo real, lo divino, lo
existencia, hay que alcanzarlo perdiéndose completamente en ello. Incluso el esfuerzo de alcanzarlo se
convierte en una barrera, por lo tanto no puedes abandonarte a ello. El esfuerzo por abandonarte también se
convierte en una barrera.
¿Cómo es posible hacer un
esfuerzo para abandonarse? Todo esfuerzo
nace del ego, y el ego se refuerza a través del esfuerzo. El ego es la enfermedad. Así que hay que abandonar todo esfuerzo por
completo, no hay nada que hacer; hay que abandonarse por completo a lo
existencial. Uno tiene que convertirse
de nuevo en un niño pequeño, en un recién nacido, sin saber lo que es correcto
ni equivocado, sin saber de distinciones.
Una vez que aparecen las distinciones, una vez que se sabe esto es
correcto y eso es erróneo, ya estás enfermo, y cada vez te alejas más de la
realidad.
Un niño vive de manera
natural: es total. No hace ningún
esfuerzo, porque realizar un esfuerzo significa luchar contra uno mismo. Una parte de ti está a favor y otra parte en
contra, de ahí proviene el esfuerzo.
En este mundo se puede
conseguir mucho a través del esfuerzo porque el esfuerzo es agresión, el
esfuerzo es violencia, el esfuerzo es competición. Pero en el otro mundo no se puede lograr nada
a través del esfuerzo, y quienes empiezan mediante el esfuerzo acaban también
por dejarlo.
El Buda se esforzó
durante seis años, meditando continuamente, y concentrándose se convirtió en un
asceta. Hizo todo lo que un ser humano
podía hacer, no dejó una piedra sin remover, ni un palmo de su ser sin
examinar. Pero se trataba de un
esfuerzo, el ego estaba presente; fracasó.
Nada fracasa tanto como el ego en lo esencial; nada triunfa tanto como
el ego en este mundo. En el mundo de la
materia nada triunfa tanto como el ego; en el mundo de la conciencia nada
fracasa tanto como el ego. Es justo lo
opuesto, y tiene que ser así porque la dimensión es justo la opuesta.
El Buda fracasó de manera
absoluta. Al cabo de seis años estaba
totalmente frustrado, y cuando digo
totalmente, quiero decir completamente.
No le quedaba ni un pequeño fragmento de esperanza; se
desesperanzó. Y en esa desesperanza
abandonó todo esfuerzo. Ya había
abandonado el mundo, ya había abandonado su reino; todo eso pertenece al mundo
visible que había abandonado, al que
había renunciado.
Y ahora, al cabo de seis años de un esfuerzo agotador, también
abandonaba todo lo que pertenece al otro mundo.
Se hallaba en un vacío completo: vacío.
Esa noche su sueño fue de una naturaleza diferente porque no había ego;
surgió un silencio de una naturaleza diferente porque no había esfuerzo; esa
noche tuvo lugar en él una naturaleza de ser diferente porque no había
ensoñación.
Si no hay esfuerzo, no
hay nada incompleto, por lo tanto no hay necesidad de soñar: un sueño siempre
es completar algo: algo que ha quedado incompleto durante el día será
completado en un sueño porque la mente tiene una tendencia a completarlo
todo. Si no se completa, entonces la
mente se sentirá incómoda. Se pone
esfuerzo en muchas cosas y, si quedan incompletas es necesario soñar. Cuando existe el deseo también existe el
sueño, porque desear es soñar, soñar es solamente una sombra de desear.
Esa noche, en la que no
había nada que hacer –ese mundo ya era fútil, y ahora el otro también se
convirtió en fútil-, había cesado todo motivo para iniciar un movimiento. No había ningún sitio al que ir, ni nadie que
tuviese que ir a parte alguna. Esa noche
el sueño se convirtió en samadhi, en satori; se convirtió en lo esencial que
puede sucederle a un hombre. El Buda
floreció esa noche y por la mañana estaba iluminado. Abrió los ojos, miró al lucero del alba en el
cielo, y allí estaba todo. Siempre había
estado allí, pero lo había deseado tanto que no lo había podido ver. Siempre estuvo allí, pero se movió tanto hacia
el futuro impelido por el deseo que no pudo ver el aquí y ahora.
Esa noche no hubo deseo,
ni objetivo, ni ningún lugar al que ir, no nadie que debiese ir; cesó todo
esfuerzo. De repente se hizo consciente
de sí mismo, de repente se hizo consciente de la realidad tal cual es.
Chuang Tzu dice desde el
principio: No hagas ningún esfuerzo. Y
tiene razón, porque nunca conseguirás realizar un esfuerzo tan total como el
del Buda. Nunca llegarás a estar tan
frustrado como para que el esfuerzo se desplome por sí mismo; siempre será
incompleto. Y tu mente siempre podrá ir
diciendo: “Un poco más y sucederá algo, solo un poco más… El objetivo está cerca, ¿por qué te
desanimas? Solo hace falta un poco más
de esfuerzo, porque el objetivo está cada día más cerca”.
Como nunca llegarás a
realizar un esfuerzo tan absoluto, nunca llegarás a desesperanzarte por
completo. Y podrás continuar realizando
ese esfuerzo poco entusiasta durante muchas más vidas, que es lo mismo que has
estado haciendo en el pasado. No es la
primera vez que apareces ante mí. Esta
no es la primera vez que haces un cierto esfuerzo para realizar la verdad, lo
real. Lo habéis hecho ya muchísimas
veces, más de un millón de veces en el pasado, pero seguís esperanzados.
Chuang Tzu dice: Es mejor soltar el esfuerzo desde el principio. Tiene que soltarse; o lo sueltas desde el
principio o deberás soltarlo al final.
¡Pero el final puede que no esté cercano! Así que existen dos opciones: o hacer el
esfuerzo total, tan total que acabe con toda esperanza y llegues a realizar que
no hay nada que alcanzar mediante el esfuerzo, de manera que en el inconsciente
no quede ni el mínimo fragmento que pueda susurrar: “Haz un poco más y lo
lograrás”.
O haces un esfuerzo total y este acaba
cayendo por sí mismo, o no hagas ningún esfuerzo. Compréndelo.
No tienes ni que acercarte a ello.
Recuerda una cosa: no
podrás salirte si es incompleto; una vez
entrado hay que completarlo. Ya
que la mente cuenta con una tendencia a finalizarlo todo; no solo la mente humana, también la
mente animal. Si dibujamos un
semicírculo, incompleto, y llega un gorila y lo ve y encuentra por allí un
pedazo de tiza, lo completará de inmediato.
Por ello, la tendencia de
la mente a completar todo lo que está incompleto ocasiona tensión. Si querías llorar y no has podido, habrá
tensión. Por eso te has convertido en
una larga enfermedad; todo está incompleto.
Nunca te has reído totalmente, nunca has llorado totalmente, nunca te
has enfurecido totalmente, nunca has odiado totalmente, nunca has amado totalmente. No se ha hecho nada totalmente, y siempre
tienes muchas cosas en la cabeza. Nada
es total. Todo persiste, y siempre
tienes muchas cosas en la cabeza. Por
eso enfermas con tanta facilidad; nunca te sientes en casa.
Chuang Tzu dice: Es mejor no empezar, porque una vez que se empieza hay
que completarlo. Compréndelo y deja de
moverte en un círculo vicioso. Por eso
he dicho que Chuang Tzu era una flor rara, más rara que un Buda o un Jesús,
porque él lo logró simplemente comprendiéndolo.
Para Chuang Tzu no hay
ningún método, ninguna meditación. Lo
que él dice
es: sólo tienes que comprenderlo.
Has nacido. ¿Qué esfuerzo
realizaste para nacer? Creciste. ¿Qué esfuerzo realizaste para crecer? Respiras.
¿Qué esfuerzo realizas para respirar?
Todo se mueve por sí mismo, entonces, ¿para qué preocuparse? Que la vida fluya por sí misma y entonces
estarás en un continuo soltar. No luches
y no trates de ir contracorriente, ni siquiera intentes nadar; solo tienes que
fluir con la corriente y dejar que esta te lleve allí donde se dirija. Sé una nube blanca moviéndose en el cielo…
sin objetivo, sin ir a ninguna parte, solo flotando. Este flotar es la flotación esencial.
Así que lo primero para
comprender a Chuang Tzu antes de que entremos en sus sutras es: sé
natural. Hay que evitar todo lo
antinatural. No hagas nada que sea
antinatural. La naturaleza es
suficiente, no puedes mejorarla, pero el ego dice: no, sí que puedes mejorar la
naturaleza; esa es la razón de la existencia de la cultura. Cualquier esfuerzo por mejorar la naturaleza
es cultura, y toda la cultura es como una enfermedad; cuando más culturizado
está un hombre, más peligroso es.
He oído que un cazador, un cazador europeo, se perdió en una selva de
África. De repente encontró unas pocas
cabañas. Nunca había oído que allí, en
aquella densa jungla, existiese ningún poblado; no aparecía en ningún
mapa. Así que se acercó al jefe del poblado,
y le dijo: “Es una pena que estén perdidos para la civilización”.
El jefe le contestó: “No,
no es una pena. Siempre tememos que nos
descubran; una vez que llegue la civilización estaremos perdidos”.
La naturaleza se pierde cuando se hace el esfuerzo de mejorarla; eso
significa que se está tratando de mejorar la obra de Dios. Eso es lo que intentan todas las religiones:
mejorar la obra de Dios. Chuang Tzu no
está a favor de eso. Él dice que la
naturaleza es esencial y no puede mejorarse.
Si tratas de mejorarla, la fastidias; así es como lisiamos a todos los
niños.
Todos los niños nacen en
el Tao, después los lisiamos con la sociedad, la civilización, la cultura, la
moralidad, la religión… Los lisiamos por todas partes. Luego viven, pero no están vivos.
He oído que una chiquilla
iba a una fiesta, a la fiesta de cumpleaños de una amiga. Era muy pequeña, solo tenía cuatro años. Le preguntó a su madre: “¿Cuando tú estabas
viva también había fiestas y bailes así?”.
Cuando más culturizado y civilizado, más muerto. Si quieres ver hombres totalmente muertos y
no obstante vivos, vete a ver a los monjes en los monasterios, vete a ver a los
sacerdotes en las iglesias, vete a ver al Papa en el Vaticano. No están vivos: tienen tanto miedo a la vida,
tanto miedo a la naturaleza, que la han suprimido por todas partes. Es como si ya estuviesen en sus tumbas. Se pueden pintar las tumbas, construir
panteones de mármol, pero los hombres que las ocupan están muertos.
Un borracho pasó por un
cementerio y se fijó en una hermosa tumba de puro mármol blanco. Miró la tumba, leyó el nombre. La tumba era del famoso Rothschild. Se rió y dijo: “¡Esos Rothschild sí que saben
vivir!”.
La cultura os mata, la cultura es una asesina, la cultura es un veneno
lento, es un suicidio. Chuang Tzu y su
viejo maestro, Lao Tse, están contra la cultura. Ellos están por la naturaleza, por la pura
naturaleza. Los árboles están mejor que
tú… incluso las aves, los peces en el río, también están en una posición mejor
porque están más vivos, danzan al ritmo de la naturaleza. Te has olvidado totalmente de lo que es la
naturaleza. La has condenado por
completo.
Y si se quiere condenar
la naturaleza hay que empezar por condenar el sexo, porque toda la naturaleza
proviene de él. Toda la naturaleza es un
rebosan de energía sexual, de amor. Los
pájaros cantan, los árboles florecen… todo ello es energía sexual en ebullición. Las flores son símbolos sexuales, el canto de
los pájaros es sexual, todo el Tao no es más que energía sexual; la naturaleza
se propaga a sí misma, se ama a sí misma, alcanza éxtasis más profundos de amor
y existencia.
Si se quiere destruir la
naturaleza, se condena el sexo, se condena el amor y se crean conceptos morales
alrededor de la vida. Esos conceptos
morales por muy hermosos que puedan parecer, serán como tumbas de mármol, y
vosotros estaréis en su interior. Puede
que algún borracho piense que sepáis
vivir pero cualquiera que sea consciente no considerará ni siquiera que estáis
vivos. Vuestra moralidad es una especie
de muerte; antes de que muerte os mate ya os mata la sociedad.
Por eso el mensaje de
Chuang Tzu es uno de los más peligrosos, el más revolucionario, el más
rebelde. Porque dice: ¡Acepta la
naturaleza! Y no le otorgues ningún
objetivo. ¿Quién eres tú para crear
objetivos y propósitos? Solo una parte
diminuta, una célula atómica. ¿Quién
eres tú para forzar a que el todo se mueva diciendo tus dictados? Eso es muy peligroso para aquellos que se
sienten religiosos: para los puritanos moralistas, este es un mensaje de lo más
peligroso. Significa: rompe todas las
barreras, permite que la naturaleza haga erupción. Es peligroso.
He oído que una
supervisora mostraba el hospital a una nueva enfermera, que acababa de salir de
la escuela. La llevaba de una
dependencia a otra. Por las diversas
salas: la de cáncer, la de tuberculosis, y otras más. Luego llegó a una gran sala y dijo:
-Fíjate y recuerda bien. Esta es
la sala más peligrosa de todas… es la sala peligrosa.
La enfermera nueva miró,
pero no vio de qué se trataba. Así que
preguntó:
-¿De qué se trata? ¿Por qué es la sala más peligrosa? En la sala de cáncer no hizo mención de
peligro alguno.
La supervisora rió y
dijo:
Estas personas están casi
sanas. Por eso es la más peligrosa. Así que ten cuidado, la salud siempre es
peligrosa.
Los sacerdotes tienen
miedo de la salud porque la salud es inmoral a sus ojos. Puede que hayas oído hablar de uno de los
pensadores de este siglo, de un pensador alemán, muy famoso en su tiempo, el
conde Keyserling. Se le consideraba un
filósofo religioso, y escribió en su diario: “La salud es lo más inmoral”,
porque la salud es energía, y la energía es deleite, la energía es disfrute, la
energía, debilita y eclípsala. De ahí
tanto ayunar: para destruir la energía, para evitar que toda esa energía surja
y empiece a desbordarse.
Las personas religiosas
han creído que la salud era peligrosa.
Por ello, ser enfermizo se convierte en un objetivo espiritual.
Lo repito de nuevo: Chuang Tzu es muy rebelde. Dice: Basta con la naturaleza, con la
energía, con el éxtasis que proviene del desbordamiento, y el equilibrio que
sucede de forma espontánea. No hay
necesidad de esforzarse. En la
naturaleza ya tiene lugar mucha belleza sin necesidad de ningún esfuerzo: una
rosa puede ser hermosa sin esfuerzo alguno, un cuclillo canta sin esfuerzo. Mira el ciervo, vivo, lleno de energía,
rápido. Mira a la liebre, tan alerta,
tan atenta, que incluso un buda podría sentirse celoso.
Observa la naturaleza:
todo es perfecto. ¿Se puede mejorar una
rosa? ¿Se puede mejorar la naturaleza de
alguna manera? Solo el hombre parece
haberse equivocado. Si la rosa es hermosa
sin ningún esfuerzo por su parte, ¿por
qué no puede serlo el hombre? Si las
estrellas son hermosas sin ningún esfuerzo, sin ninguno de los yoga sutras de
Patanjali. ¿Por qué no puede serlo el hombre?
El hombre es parte de la naturaleza, igual que las estrellas.
Por eso Chuang Tzu dice:
Sé natural, y florecerás. Si te penetra
esta comprensión, cada vez más profundamente, entonces todo esfuerzo deja de
tener sentido. Dejarás de preocuparte
constantemente por el futuro, y vivirás aquí y ahora… este momento lo es todo,
este momento es eternidad. Y la budeidad
ya es, porque ya eres un buda. Lo único
que ocurre es que no le das ninguna oportunidad de que florezcan porque estás
muy ocupado en tus propios proyectos.
Una flor florece sin ningún esfuerzo porque la energía no se disipa en ningún proyecto; la flor no hace planes para el futuro, la flor está aquí y ahora: sé como una flor, sé como un pájaro, como un árbol, como un río, o como el océano, pero no seas como un hombre. Porque el hombre se ha equivocado en algún momento. La esencia de la enseñanza que va a proporcionarte Chuang Tzu es la naturaleza y el ser natural, natural sin esfuerzo, espontáneamente.
Una flor florece sin ningún esfuerzo porque la energía no se disipa en ningún proyecto; la flor no hace planes para el futuro, la flor está aquí y ahora: sé como una flor, sé como un pájaro, como un árbol, como un río, o como el océano, pero no seas como un hombre. Porque el hombre se ha equivocado en algún momento. La esencia de la enseñanza que va a proporcionarte Chuang Tzu es la naturaleza y el ser natural, natural sin esfuerzo, espontáneamente.
Ahora entraremos en su
sutra. Escucha cada una de sus palabras
tan profundamente como puedas, porque tu mente creará barreras no permitiéndote
escuchar. La mente es la sociedad en tu
interior. La sociedad es muy astuta: no
solo está fuera de ti, también ha penetrado en tu interior. Eso es la mente, y por eso todos los que
saben están en contra de la mente y a favor de la naturaleza, porque la mente
es una cosa artificial, implantada en cada uno de vosotros por la sociedad.
Así que cuando escuches a
Chuang Tzu, tu mente creará barreras. A
la mente no le gusta escuchar porque lo que él dice va contra la mente. Si permites que penetre en ti, entonces el
acto de escuchar se convierte en meditación, el escuchar te transformará. No hay nada más que hacer, solo escuchar.
Chuang Tzu cree en la
comprensión, no en la meditación. Y si
digo que hay que meditar solo es porque creo que el comprender es algo que
resulta difícil. La meditación no te
llevará hasta el objetivo, ningún método puede llevarte hasta allí. No existe ningún método, ninguna
técnica. La meditación sólo te ayudará a
comprender. No te conducirá a la verdad;
solo destruirá la mente, de manera que podáis ver la verdad allí donde esté.
Chu’i el delineante, trazaba circunferencias
Más perfectas a pulso que con la ayuda de un compás.
Chuang Tzu habla acerca
de un delineante de nombre Chu’i, que podía trazar círculos más perfectos a
pulso que con la ayuda de un compás. En
realidad, el compás es necesario porque tienes miedo. Si no estuvieses asustado, podrías trazar un
círculo perfecto sin ninguna ayuda.
En la naturaleza hay
círculos por todas partes: todo se mueve en un sentido circular. El círculo es el fenómeno más simple de la
naturaleza, y no se necesita ningún compás.
Las estrellas no consultan un mapa; no llevan un compás para moverse en
círculo. Si les dieras compases y mapas,
estoy seguro de que se perderían; no sabrían dónde ir ni qué hacer.
Seguro que ya conocéis la
historia del ciempiés.
Un ciempiés camina con
cien patas. Una rana, que era un
filósofo, vio al ciempiés, lo observó y empezó a preocuparse. Con lo difícil que ya resulta caminar con
cuatro patas, y ese ciempiés lo hacía con cien: ¡es un milagro! ¿Cómo decidirá el ciempiés qué pata mover
antes y cuál después, y cuál después de ésta?
¡Y así hasta cien! Así que la
rana paró al ciempiés y le hizo una pregunta:
-Soy un filósofo y tú me
dejas pasmado. Eso me ha provocado un
problema que no puedo resolver. ¿Cómo
caminas? ¿Cómo te las arreglas? ¡Parece
algo imposible!
El ciempiés dijo:
-He andado toda mi vida pero nunca he pensado en ello. Ahora que lo dices, me lo pensaré y ya te
contestaré.
El pensamiento entró por
primera vez en la conciencia del ciempiés.
En realidad, la rana tenía razón: ¿qué pierna tenía que moverse
primero? El ciempiés se quedó allí
durante unos cuantos minutos, sin poder moverse, trastabiló y cayó. Y le dijo a la rana:
-Por favor, no le hagas
esa pregunta a ningún otro ciempiés. He
caminado toda mi vida y nunca había sido un problema, y ahora me has
matado. No puedo moverme. ¡Y tengo que mover cien paras! ¿Cómo me las arreglaré?
La vida se mueve realizando un
círculo perfecto… la vida se mueve de forma perfecta, no hay ningún
problema. Chuang Tzu dice que Chu’i
puede trazar circunferencias más perfectas a pulso que con un compás. Necesitas un compás porque no tienes
confianza en la vida; necesitas morales,
preceptos, principios, biblias, coranes, gitas, para dirigirte porque no tienes confianza en la fuerza interior. Así es tu vida. Y todas esas biblias, coranes y gitas han
provocado la misma situación en vosotros que la rana creó en el ciempiés.
Demasiados preceptos que
seguir, demasiados principios por los que regirse, demasiados conceptos
morales. Os habéis impuesto tantas cosas
que vuestra vida interior no puede ser espontánea. Os habéis extraviado, no a causa de ninguna
fuerza maléfica, sino a cuenta de los bienintencionados. No es un demonio el que os conduce hacia el
error, son vuestros sacerdotes, vuestros líderes, esos a los que denomináis
santos.
Esto es muy difícil. Es muy fácil creer en un demonio así que
cargas toda la responsabilidad sobre el demonio. Pero te digo que no hay demonio. Y eso es lo que también dice Chuang Tzu.
Cuando el Calzado es Cómodo - Osho |
Chuang Tzu dice: No hay Dios, no hay demonio: sólo
existe la vida. Los sacerdotes crearon a
Dios y ellos también dieron vida al demonio porque los sacerdotes crean la
distinción entre correcto y erróneo. Y
una vez que esa distinción penetra en la mente, nunca se está en lo
correcto. La naturaleza es
correcta. Una vez que entre en la mente
la distinción de que existe erróneo y correcto, nunca se está en lo correcto,
nunca estarás tranquilo, nunca estarás relajado, siempre estarás tenso. Y todo lo que puedas hacer será erróneo
porque la distinción crea confusión. La
vida es tan silenciosa y tan meditativa… ¿por qué necesitas hacer tanto
esfuerzo? A causa de la distinción.
Chu’i, el delineante, trazaba circunferencias
Más perfectas a pulso que con la ayuda de un compás.
Si no se es
autoconsciente, la vida se mueve de manera automática. El compás es la autoconciencia; si todo se
hace de manera autoconsciente, surgen los problemas. Hablas, os pasáis todo el día hablando con
los amigos y no hay ningún
problema. Pero si pidiese a uno de
vosotros que viniese aquí para hablar desde esta silla a unos amigos que se han
reunido aquí, estaría en la misma situación que el ciempiés. Y eso que habría estado hablando toda su vida
sin ningún problema.
¿Por qué surge este
problema? El problema aparece porque
ahora eres autoconsciente. Ahora hay
tantas personas que te miran y que te observan que no puedes estar suelto y ser
espontáneo. Ahora proyectas, ahora
quieres planificar, ahora quieres gustar a la gente. Digas lo que digas, quieres impresionarlos:
ahora eres autoconsciente.
Por otra parte, todo el
mundo es muy hablador. A la gente le
encanta hablar y no parece que eso sea un problema. Pero una vez que los colocas en un púlpito y
les dices que tienen que hablar ante una audiencia, hay algo que de repente no
funciona. ¿Qué es? No ha cambiado nada, pero ha penetrado la
autoconciencia, y ese es el problema.
Sus dedos creaban formas espontáneas salidas de la nada.
Mientras tanto, su mente
permanecía libre
Y despreocupada por lo
que hacía.
No necesitaba aplicarse, su mente
Era perfectamente simple
y no conocía obstáculos.
Sus dedos creaban formas
espontáneas
Salidas de la nada.
De la nada significa de todas partes, de la nada significa el vacío
esencial; de la nada significa el origen esencial, el auténtico terreno de la
vida.
¿Cómo respiras con tanta
perfección? Chuang Tzu dice que no respiras,
sino que más bien “ello” te respira a ti.
Tú no respiras, porque, ¿qué tienes que ver con ello? Nada.
“Estoy respirando” es una noción falsa.
Sería mejor decir: “La naturaleza me respira”. Entonces cambia toda la configuración. Entonces todo el énfasis recae en la
naturaleza, no sobre ti, no sobre el ego, sino en “ello”, en lo casto, lo
infinito que te rodea, la base, la auténtica base, que “te” respira.
Cuando te enamoras, ¿eres
realmente tú quien se enamora, o es “ello” lo que se enamora a través de
ti? Cuando te irritas, ¿eres tú el que
se irrita? Porque cuando hay irritación
tú no eres; cuando hay amor, tú no eres.
En la ira, en el amor o en
cualquier emoción apasionada, tú no eres.
Desapareces en cualquier cosa viva.
Entonces existe “ello”, el Tao.
Así pues, un hombre del
Tao es alguien que ha comprendido que el “yo” es la cosa más inútil. Sólo crea problemas, así que lo suelta. En realidad no hay necesidad de soltarlo; una
vez que comprende, cae, deja de haber “yo”.
Entonces, vive, come, ama, duerme, pero no hay “yo”. “Ello” vive a través de él. Entonces no existe carga, ni tensión, ni
ansiedad; entonces se convierte en un niño, su mente es libre, sin
preocupaciones. No puedes hacer nada sin
preocupaciones. El ego, la preocupación,
se manifiesta en cualquier cosa que hagas, y también la ansiedad.
Observa este fenómeno: un
cirujano se dedica a operar, se trata de un cirujano perfecto. Pero si su esposa es la que está en la mesa
de operaciones, entonces ya no puede operar; le tiembla el pulso. En otras ocasiones trabaja como un mecanismo
de precisión, pero cuando su esposa es la que ocupa la mesa de operaciones,
entonces no puede hacer nada: necesita a otro cirujano.
¿Qué ha pasado? Ha
aparecido la preocupación. Con otros
pacientes no había preocupación, estaba desapegado. No le preocupaba esto o lo otro, simplemente
era un cirujano, una fuerza de la naturaleza operando. La mente no estaba allí; era perfecto. Pero ahora ahí está su esposa y la
preocupación ha hecho acto de presencia.
¿Tendrá éxito la operación?
¿Podrá salvar a su esposa? Ahora
han aparecido esos problemas, su mente está preocupada y sus manos tiemblan.
Toda tu vida tiembla
porque llevas a cuestas demasiadas preocupaciones; y ahora no puedes trazar una
circunferencia perfecta. Cualquier cosa
que escribas…
Existe una ciencia para
leer la escritura y, a través de ella, la mente. Cuanta con una buena base, porque cuando
escribes, tu temblor permea tu escritura.
Y cuando firmas con tu nombre estás de lo más preocupado. Aparece el temblor, un temblor que podría
observarse, detectarse, con una lupa.
Ese temblor dice mucho acerca de ti porque cualquier cosa que
hagáis, eres tu quien la haces. Te lleva en ella, lleva indicaciones
acerca de ti. Con solo ver la escritura de cada uno se
pueden conocer muchas cosas acerca de la personalidad.
Si un buda firma, será una cosa absolutamente diferente. No existirá temblor porque no hay
preocupación. Y a través de la firma
también puede decirse si pertenece a un buda o no. El temblor te seguirá como una sombra, hagas
lo que hagas. ¿Quién crea ese temblor?
Vienes hasta aquí y dices: “No estoy en paz; mi mente no está
en silencio”. ¿Cómo podrías estarlo a menos
que soltases tu preocupación? Quieres
tener la mente tranquila, quieres que tu mente sea silenciosa, clara,
transparente. Eso es imposible sin
soltar la preocupación porque el temblor seguirá persistiendo.
Lo único que puede
hacerse sin cambiar la preocupación es suprimir todo el temblor interior. Así que si observas sentirás que en la
superficie todo es plácido, tranquilo, pero que en las profundidades estáis
temblando, continuamente. En lo más
profundo continúan el miedo y el temblor.
Ambos nacen de la preocupación.
¿Y cuál es esa
preocupación? Es la preocupación acerca
de cómo impresionas a los demás. ¿Pero
por qué te preocupan tanto los demás, tanto que eso no te deja vivir? Todo el mundo se pregunta qué piensan de
ellos los demás; le ocurre a todo el mundo.
A ellos les preocupas tú, y a ti te preocupan ellos.
En una ocasión, el mulá
Nasrudín caminaba por un sendero. Se
trataba de un sendero solitario, el sol se había puesto, por lo que empezaba a
oscurecer. De repente sintió temor
porque vio acercarse a un grupo de varias personas, y pensó: “Deben ser
ladrones… y no hay nadie más aparte de mí”.
Así que saltó un muro y fue a parar a un cementerio. Encontró una tumba recién cavada y se metió
en ella, logró calmarse, cerró los ojos, y esperó que pasase aquella gente para
poder ir a casa. Pero ellos también lo
habían visto saltar. El mulá había
saltado repentinamente, así que ellos también se asustaron: ¿qué significaba
todo aquello? ¿Se había escondido
alguien por allí para perpetrar alguna maldad?
Así que también saltaron el muro.
El mulá estuvo entonces
seguro: “Estaba en lo cierto, son gente peligrosa. Ahora ya no puedo hacer nada más; debo
hacerles creer que estoy muerto”. Así
que lo pretendió. Dejó de respirar
porque no se puede robar ni matar a un muerto.
Pero aquella gente lo
había visto saltar el muro y se preocuparon.
¿Qué estaba haciendo? Lo
rodearon, miraron al interior de la tumba y preguntaron: “¿Qué significa todo
esto? ¿Qué está haciendo ahí? ¿Por qué está ahí?”
El mulá abrió los ojos,
los miró y se dio cuenta de que no corría ningún peligro. Rió y dijo: “Ahora tenemos un problema, un
problema muy filosófico. Vosotros me
preguntáis que qué hago aquí, y a mí me gustaría preguntar por qué estáis
vosotros ahí. ¡Yo estoy aquí por causa
vuestra, y vosotros estáis aquí por mi causa!”.
Es un círculo vicioso:
estáis asustado de los demás, y los demás te temen, y toda la vida se convierte
en una porquería. Suelta todas esas
tonterías, sal del círculo vicioso, no te preocupes de los demás. Ya tienes bastante con tu propia vida, no te
preocupes de los demás. Y te aseguro que
si pudieras vivir despreocupado, entonces tu vida florecerá, y entonces habrá
otros que puedan compartirla. Querrás
compartir, y podrás ofrecer mucho a los demás, pero primero debes dejar de
pensar en los demás y acerca de lo que
piensan de ti.
Este “acerca” es muy
peligroso. Nadie está tranquilo, nadie
se siente seguro. A causa de los demás,
todo el mundo anda a la caza de los demás,
y por ello la vida se ha convertido en un infierno.
Sus dedos
creaban formas espontáneas
Salidas de la
nada.
Mientras tanto,
su mente permanecía libre
Y despreocupada
por lo que hacía.
¡Haz! No te preocupes de lo que haces. Hazlo de todo corazón, de manera que el hacerlo se convierta en un
gozo. Y no pienses en grandes cosas; no
existen tales cosas, ni grandes ni pequeñas.
No pienses que vas a hacer grandes cosas, que tocarás una música
estupenda, que pintarás cuadros fantásticos, que te vas a convertir en un
Picasso o un Van Gogh, o en cualquier otra cosa, en un gran escritor, en un
Shakespeare o un Milton. No hay nada, ni
grandes cosas, ni cosas pequeñas. Hay
grandes hombres y hombres pequeños, pero las cosas no son ni grandes ni
pequeñas.
Un gran hombre es alguien
que manifiesta su grandeza en casa cosa pequeña que hace: como de manera
espléndida, camina de manera espléndida, duerme de manera espléndida. Manifiesta la cualidad de grandeza en
todo. ¿Y qué es grandeza? ¡Naturaleza!
Nada es más grande que la naturaleza.
Comer como un emperador. Eso no
depende de la calidad de los alimentos, depende del comensal, de la manera en
que lo celebra. Aunque solo sea con pan,
mantequilla y sal, podéis ser como emperadores.
Resulta que Epicuro tenía
un jardín cerca de Atenas. También él era un hombre muy singular, como Chuang
Tzu. No creía en Dios, ni en nada,
porque creer es un desatino. Solo los
tontos creen. Un hombre de entendimiento
tiene fe, no creencias. La fe es
diferente. Fe significa confiar en la
vida, confiar de manera tan absoluta que se está dispuesto a ir con ella, a
cualquier parte.
Cuando el Calzado es Cómodo - Osho |
Epicuro tenía un pequeño
jardín donde vivía con sus discípulos.
La gente lo consideraba un ateo, un inmoral. No creía en Dios, ni en las escrituras, ni en
ningún templo; era ateo, aunque no tenía nada, aunque eran todos muy
pobres. El rey oyó hablar de ellos y
quiso ver cómo vivían, y cómo podían ser felices sin creencias. Si uno no puede ser feliz ni siquiera creyendo
en Dios, ¿cómo es posible que esa gente sea feliz sin Dios?
Así que una noche fue a
visitar el jardín de Epicuro. Lo que vio
le sorprendió, le asombró; se trataba de un milagro. No tenían de nada, casi nada, pero vivían
como emperadores. Como dioses. Toda su vida era una celebración.
Cuando iban al torrente
para tomar su baño, no se trataba simplemente de un baño; era una danza con el
río, era sintonizar con el río. Cantaban
y bailaban, nadaban y saltaban y se sumergían en sus aguas. Sus comidas eran celebraciones, fiestas, y
eso que no tenían nada, solo pan y sal, ni siquiera mantequilla. Pero estaban tan agradecidos que ser les era
suficiente; no era necesario nada más.
El emperador se sintió muy impresionado, y le preguntó a Epicuro:
-La próxima vez que venga
por aquí me gustaría traer algunos regalos.
¿Qué te gustaría?
-Dadnos tiempo para
pensar. Nunca creímos que nadie podría
regalarnos nada, y ya contamos con tantos presentes de la naturaleza… Pero si insistís,
entonces traed un poco de mantequilla; nada más. Eso bastará –respondió Epicuro.
La vida puede convertirse
en una celebración si sabes vivir sin preocupaciones. De otra forma, la vida se convierte en una
larga y prolongada enfermedad, en una dolencia que solo culmina en la muerte.
Mientras tanto,
su mente permanecía libre y
Despreocupada
por lo que hacía
No necesitaba
aplicarse, su mente
Era
perfectamente simple y no conocía obstáculos.
Necesitas aprenderlo todo
porque has olvidado completamente tu naturaleza. Ahora los psicólogos proponen que hay que
entrenarse para el amor porque las personas se han olvidado de cómo se
ama. Ha aparecido mucha literatura al
respecto: “El arte de amar”, “Cómo
amar”. Las personas han olvidado por
completo el orgasmo sexual, el éxtasis
sexual. “Los animales no necesitan
ningún entrenamiento.” Incluso los
árboles parecen ser más inteligentes que tú.
Todo tiene que ser
enseñado, incluso lo más básico de la vida.
Eso significa que estamos desenraizados.
Hemos perdido contacto con la naturaleza; se ha abierto una brecha.
Y si te enseñan cómo amar, entonces tu amor será falso. El auténtico amor debe ser espontáneo. ¿Cómo se puede enseñar a amar? Si se te tiene que enseñar, entonces actuarás
según las reglas y el flujo natural nunca estará presente.
La naturaleza no fluye
según tus reglas; cuenta con las suyas propias.
Lo único que tienes que hacer es permanecer en ellas y entonces todo
empieza a funcionar. No está muy lejos
el día en que habrá que enseñar a la gente a respirar. Ahora te ríes, pero si volviésemos atrás y le
preguntásemos a Epicuro si creía que llegaría un momento en que tendrían que
enseñarle a la gente cómo alcanzar el orgasmo, se habría reído. Porque los animales lo alcanzan sin que se
les enseñe; no necesitan ningún Masters
y Johnson, ni ningún informe Kinsey. Los
animales solo aman; el amor sucede de forma natural.
Ahora existen clínicas en los Estados Unidos
en las que enseñan a la gente a lograr el orgasmo. Pero recuerda, si aprendes a alcanzar el
orgasmo a través del aprendizaje y la formación, entonces no es lo
auténtico. Porque entonces lo estás
manipulando, controlándolo, forzándolo de alguna manera, y el orgasmo solo
tiene lugar al soltar, y el soltar no puede enseñarse.
No se puede enseñar cómo
dormir. Si tratas de hacerlo, entonces
perturbarás el sueño de esas personas, porque al intentarlo solo conseguirán
perturbarse. Lo único que hay que hacer
es poner la cabeza sobre la almohada y dormirse. Si haces algo, entonces ese hacer será un
deshacer. La vida es igual que dormir;
la vida es lo mismo que respirar.
No necesitaba aplicarse, su mente era
perfectamente
simple y no conocía obstáculos.
Cuando la mente está
despejada tiene claridad, no es necesario seguir regla alguna. No es necesario llevar las escrituras en la
cabeza, lo único que hay que hacer es mirar.
Todo es transparente, porque uno está despejado.
Por ello, cuando el calzado es cómodo, se olvida uno del pie;
cuando el cinturón es cómodo, se olvida uno de la cintura;
cuando el cinturón es cómodo, se olvida uno de la cintura;
y cuando el corazón
está apaciguado, se olvida uno
de “a favor” y
“en contra”.
Recordar, este es uno de
los más grandes mantras: “Cuando el
calzado es cómodo, se olvida uno del pie”.
Cuando estás sano, no
sabes nada del cuerpo, te olvidas del cuerpo.
Cuando aparece alguna enfermedad, es cuando no puedes olvidarte de
él. ¿Tienes conciencia de la cabeza sin
dolor de cabeza? Cuando se tiene dolor
de cabeza no te puedes olvidar de la cabeza.
Cuando el calzado aprieta, entonces no es cómodo. ¿Dónde está la cabeza cuando no hay dolor de
cabeza? Te olvidas totalmente de ella.
Todo lo que está sano es olvidado, mientras
que todo lo enfermo es recordado; se está sano es olvidado, mientras que todo
lo enfermo es recordado; se convierte en una anotación continua en la mente, en
una tensión constante en la mente.
Un perfecto hombre del Tao se desconoce a sí mismo; tú te conoces porque estás enfermo. El ego es la enfermedad, una dolencia grave, porque continuamente tienes que recordar que eres alguien. Eso demuestra que estás muy desasosegado. El desasosiego crea el ego; un hombre perfectamente saludable se olvida completamente. Es como una nube, como una brisa, como una roca, como un árbol, como un pájaro; pero nunca como un hombre. No lo es, porque solo la enfermedad, como una herida, es recordada.
Un perfecto hombre del Tao se desconoce a sí mismo; tú te conoces porque estás enfermo. El ego es la enfermedad, una dolencia grave, porque continuamente tienes que recordar que eres alguien. Eso demuestra que estás muy desasosegado. El desasosiego crea el ego; un hombre perfectamente saludable se olvida completamente. Es como una nube, como una brisa, como una roca, como un árbol, como un pájaro; pero nunca como un hombre. No lo es, porque solo la enfermedad, como una herida, es recordada.
Recordar es un mecanismo
de seguridad: si te clavas una espina en el pie, tienes que acordarte. La mente se dirigirá una y otra vez a ese
lugar porque hay que sacar la espina. Si
lo olvidas, la espina continuará allí y se convertirá en un peligro porque
podría envenenar todo el cuerpo. Cuando
existe dolor de cabeza, el cuerpo te dice, al recordártelo, que tienes que
hacer algo. Si te olvidas, el dolor de
cabeza puede convertirse en un peligro.
El cuerpo te muestra
cuándo existe alguna enfermedad, algo erróneo; atrayendo tu atención. Pero cuando el cuerpo está sano te olvidas de
él; te conviertes en “incorpóreo”. Y esa
es la única definición de salud: la salud es cuando no hay conciencia
corporal. Si existe algún tipo de
conciencia, entonces esa parte no está sana.
Lo mismo ocurre con la
mente. Cuando la conciencia es
saludable, no hay ego, no sabes nada de ti mismo. No te recuerdas continuamente “yo soy algo”,
sino que te relajas. Eres, pero in
“yo”. Es un simple “soy”, y “es”, pero
no hay “yo”, no hay un ego cristalizado.
El yo no está.
Por ello:
Por ello:
…cuando el
calzado es cómodo, se olvida uno del pie;
cuando el
cinturón es cómodo, se olvida uno de la cintura;
y cuando el
corazón está apaciguado, se olvida uno
de “a favor” y
“en contra”.
Esa es una de las cosas
más importantes que hay que recordar:
cuando el corazón está apaciaguado se olvida uno de “a favor” y “en
contra”.
Cuando el corazón está
equivocado, enfermo, entonces se lleva una carga, se está preocupado: eso es correcto y eso es
erróneo, hay que seguir lo correcto, hay que evitar lo erróneo. Toda la vida se convierte entonces en una
lucha para evitar lo erróneo y alcanzar lo correcto. ¡Pero no es modo de alcanzar lo
correcto! Esa es justamente la manera de
perderlo para siempre.
Mira… Tienes la ira, el
sexo, la avaricia. Si dices que la ira
es errónea, entonces te pasarás la vida en un estado iracundo. A veces sentirás ira, y a veces te sentirás
iracundo a causa de tu ira; esa será la única diferencia. A veces sentirás ira, y cuando la ira haya
desaparecido te sentirás iracundo a causa de tu ira. A eso le llamas arrepentimiento. Y cuando decidas no volver a sentir ira
contra alguien, o a veces sientes ira contra ti mismo porque sentiste ira.
Si estás en contra del
sexo y dices que es algo erróneo, como ha dicho todo el mundo, entonces te
sentirás culpable. En medio de esa
culpabilidad sopesarás y pensarás acerca del sexo una y otra vez, y se
convertirá en algo cerebral. Así que en
ocasiones serás físicamente sexual, y en otras cerebralmente sexual; a veces
sexual en el cuerpo y en otras ocasiones sexual en la mente.
Una vez que se realiza
una distinción, una vez que se crea un conflicto se está dividido.
En una ocasión estaba
visitando al mulá Nasrudín. Llegó una
viuda muy hermosa a pedirle consejo.
Ella le dijo:
-Estoy en dificultades y
tiene usted que ayudarme. Estoy
enamorada de un hombre muy apuesto, más joven que yo, pero es pobre. Y hay un hombre anciano que es muy rico y feo
pero que está enamorado de mí. ¿Qué debo
hacer? ¿Con quién debo casarme?
El mulá Nasrudín cerró
los ojos, caviló y dijo:
-Cásate con el rico y
pórtate bien con el pobre.
Así es como surge el
conflicto, así es como se eligen ambas alternativas. Entonces se está dividido. Siempre que afirmas que esto es correcto y
eso erróneo es que estás dividido, y toda tu vida será un conflicto, moviéndote
como un péndulo entre una polaridad y la otra.
No estés en contra de
nada. ¿Por qué? Pues porque siempre que se está contra algo
significa que en lo más profundo de ti estás a su favor, de otra forma, ¿por
qué estar en contra?
Un hombre que no siente
ira en lo más profundo de sí no estará en contra de la ira. ¿Por qué debería estarlo? Un hombre que no es avaricioso en lo más
profundo de sí no estará en contra de la avaricia. ¿Por qué debería estar en contra? Para él no hay problema, no se trata de una
elección, no ha creado ninguna distinción.
Recuerda, siempre son los avariciosos los que están contra la avaricia,
las personas sexuales las que están contra el sexo, las iracundas las que están
contra la ira, las violentas las que están contra la violencia. ¿Y qué hacen? Crean un objetivo opuesto.
Si eres violento, la no
violencia se convertirá en el objetivo.
¿Cómo puede un ser violento convertirse en no violento? ¿Qué hará?
Solo hay una posibilidad: será violento contra sí mismo, eso es
todo. ¿Qué otra cosa puede hacer? ¿Cómo puede ser no violento un hombre
violento? ¿Cómo puede vivir sin ira una
persona iracunda? Y si una persona
iracunda cultiva la carencia de ira, en su carencia de ira también habrá ira,
porque no se puede cultivar nada sin entrar en ello. La ira penetrará en la no ira; la violencia
permeará la no violencia.
Si miras a tu alrededor y observas
correctamente, no hallarás personas más violentas que aquellas cuyo objetivo es
la no violencia. Y no podréis hallar a
nadie más sexual, a gente más sexualmente pervertida que a los que cultivan
brahmacharya, la castidad, como su meta.
Chuang Tzu dice: No hagas distinciones, si no quieres estar
dividido. Una vez dividido, estarás
partido en dos.
Una persona dividida no
puede ser natural. La naturaleza existe
en la unidad, es una profunda armonía, no existe ningún tipo de conflicto. La naturaleza lo acepta todo, no hay
elección, es un soltar sin elección. No
elijas.
Y ese es el milagro: si
no eliges estar contra la ira, entonces, cuando llega la ira, estás simplemente iracundo. No elijas estar contra la ira. Cuando la ira surja, sé iracundo, y cuando la
ira desaparezca, déjala marchar. No te
arrepientas, no dejes que persista en la mente, no le des continuidad, no estés
contra ella. Cuando la ira surge,
¡surge! ¿Qué otra cosa puedes
hacer? ¡Cuando no surge, no surge! No hay elección.
Entonces tiene lugar un
milagro. Al carecer de elección, se está
tan alerta que las energías no se dividen.
Y cuando las energías no están divididas son tan poderosas, tan
tremendas, que la ira se convierte en algo imposible, porque la ira forma parte
de la debilidad. Recuérdalo. Cuanto más débil seas, más iracundo te
mostrarás, cuanto más fuerte seas, menos iracundo serás. Si eres totalmente fuerte no habrá lugar para
la ira. Recuérdalo: cuanto más débil
seas, más codicioso –el débil tiene que ser avaricioso para protegerse-, y
cuanto más fuerte, menos codicioso.
Cuando el Calzado es Cómodo - Osho |
Cuando la energía es
total, y no está dividida en tu interior, entonces sois una unidad. La codicia desaparece, porque pertenece a una
mente débil, a una mente dividida. Y cuando se está dividido surge la ira, y se
lucha contra ella, y cuanto más se luche, mayor será la división creada y más
energía se disipará. Y estarás lleno de
agitación interior, de anarquía, sin una sola nota de armonía. Todo estará destemplado.
Y cuantos más esfuerzos
hagas por afinarlo, más problemas surgirán, porque te habrás equivocado al dar
el primer paso, e iréis con el paso cambiado hasta llegar al último. El primer paso es que…cuando el corazón está
apaciguado, se olvida uno de “a favor” y “en contra”. ¿Qué se puede hacer? Olvidar “a favor” y “en contra” y dejar que
el corazón se apacigüe. Una cosa es
cierta: aunque hace mucho que luchas contra la ira, sigues siendo iracundo, así
que prueba con el camino de Chuang Tzu.
No tienes nada que perder.
Has intentado ser
asexuado y sigues siendo sexual, y por el contrario, eres aún más
pervertido. El sexo se ha envenenado,
así que prueba con Chuang Tzu; no tienes nada que perder. Sé sexual cuando surge el sexo. No hagas ninguna elección, no digas que es
erróneo. Es bueno. Acéptalo, es parte de la naturaleza. Y de repente llegará un momento en que seréis
una unidad y el sexo se transformará automáticamente en amor. Porque un hombre que está en unidad…
Trata de comprender lo
que significa esta unidad. Todo hombre y
toda mujer es bisexual; en su interior, todo hombre es tanto hombre como mujer. Nadie es solamente hombre o mujer; no puede
ser, porque uno de los padres fue hombre y el otro mujer, y llevas a ambos en
tu interior, medio y medio. Eres mitad
tu madre y mitad tu padre, y lo llevas en tu interior, así que eres varón como
hembra, mitad y mitad. Esa es la
profunda división. Y si creas todavía
más división, la división original se hará más y más grande. Suelta toda división, no crees ningún
conflicto, no elijas. ¡Sé iracundo! Y
acéptalo, se sexual y acéptalo, sé codicioso y acéptalo. ¿Qué otra cosa puedes hacer? La naturaleza te ha dado esas cosas, así que
acéptalas, y también sus consecuencias.
Si te muestras iracundo,
entonces alguien más se mostrará iracundo; acepta la ira y las
consecuencias. Entonces tu división
caerá y poco a poco tu bisexualidad interior se convertirá en una armonía; se
creará un círculo, tendrá lugar un orgasmo interior, tu varón y tu hembra
interiores se reunirán. Y cuando se unan
en tu interior te convertirás en uno; habrá nacido un nuevo ser. La sombra de esta unidad es el amor. No puedes amar; tu amor es solo una fachada, un
engaño. Tu amor es solo un truco para
lograr el sexo. Por eso, cuando logras
el sexo, desaparece el amor.
El amor desaparece una
vez que se tienen relaciones sexuales con una mujer o un hombre. La energía volverá al cabo de veinticuatro
horas; volverás a contar con energía, y de nuevo volverás a tener relaciones
sexuales, y de nuevo te mostrarás amoroso.
Por eso el amor es solo un medio para obtener relaciones sexuales, y de nuevo te mostrarás
amoroso. Por eso el amor es solo un
medio para obtener el sexo; por eso no puedes amar a tu propia esposa o esposo, es muy difícil. ¿Cómo puedes amar? La necesidad ha desaparecido. El amor es solo un cortejo, un juego
anticipatorio para convencer a la otra persona de que tenga relaciones
sexuales. No se necesita persuasión para
la esposa o el marido, se da por supuesto.
Un esposo puede exigir, una esposa puede exigir, así que no es necesario
persuadir. Por ello, el amor
desaparece. No hay necesidad de
cortejar. Es casi imposible saber cuánto
ama la esposa al marido, cuánto ama el marido a la esposa. Solo lo pretenden. Y esa pretensión le pasa a todo el
mundo. ¡Amor pretendido! Entonces sientes que la vida no tiene
sentido.
Por eso las personas se
involucran en relaciones extramatrimoniales: les devuelve un poco de energía,
un poco de amor, porque hay que volver a cortejar a la persona nueva. No se puede dar por sentado, hay que
persuadir. Antes de seducir se necesita
persuadir. Ese amor es solo
persuasión. No puede ser otra cosa, ya
que el amor solo tiene lugar cuando te has convertido en una unidad, no
antes. La palabra “sexo” es muy
hermosa. La raíz original de la palabra
“sexo” significa división; sexo quiere decir división.
Si estás dividido
interiormente, entonces el sexo estará ahí.
¿Qué es lo que sucede cuando sientes anhelo por una mujer o un
hombre? Tu parte anhela unirse a la otra
parte, pero tratas de hacerlo por fuera.
Podéis uniros durante un momento, pero de nuevo volveréis a estar solos,
porque en el exterior no puede darse una unión eterna. La relación sexual será momentánea porque el
otro es el otro.
Si encuentras a tu mujer
o tu hombre interior dentro de ti, entonces el encuentro puede ser eterno. Y esa unión sucede cuando desaparece toda división. Se trata de una transformación alquímica: el
hombre o la mujer internos y tú os convertís en uno. Y cuando se es uno, se es amor. El amor es una cualidad de un Buda, o de un
Cristo, o de un Chuang Tzu. Lo único que
haces ahora es jugar con monedas falsas, no puedes amar. Y cuanto más lo entiendas, mejor, porque
entonces no engañarás y no serás engañado.
Una vez seas una unidad, también te sucederá lo que dice Chuang Tzu, y:
…y cuando el corazón está apaciguado, se olvida uno
de “a favor” y “en contra”.
Ahora, en estos momentos,
tienes obsesiones, compulsiones, tienes que hacer ciertas cosas. Continuamente el cuerpo te fuerza, la mente
te fuerza ha hacerlas. Si no las haces,
te sientes incómodo; si las haces, te sientes culpable. Parece que no hay salida. Si entras en el sexo, te sientes culpable,
sientes que has cometido un error; si no tienes relaciones sexuales, te sientes
incómodo porque la energía se va acumulando y no puedes liberarla. Se mueve en tu interior y te fuerza, te
obliga. Tu vida está formada de
compulsiones y obsesiones. Y cualquier
cosa que hagas será igual de problemática, porque si entras en las relaciones
sexuales te sentirás frustrado; todos los sueños saltarán hechos pedazos, no
lograrás nada. Habías imaginado tanto,
habías proyectado tanto, pero lo real nunca tiene nada que ver que lo que se ha
soñado.
Cuanto más sueñas, más
frustrante resultará lo real, y entonces te dirás: ¿para qué desperdiciar
energía? ¿Para qué iniciar relaciones y
complejidades innecesarias? Porque
cuando se permite entrar al otro, este trae sus propios problemas. Así que toda relación se convierte en una
carga, no es libre, porque toda relación parte de compulsiones.
Solo un hombre cuyo
corazón esté apaciaguado y que se haya convertido en una unidad es
auténticamente libre. Eso no quiere
decir que tenga que irse al Himalaya o escapar al Tíbet. ¡No!
Estará aquí, pero de manera distinta.
Amará, será compasivo, tendrá relaciones, pero permanecerá libre. Ninguna relación será originada por la
obsesión, solo por su deseo de compartir, de compartir su ser. Tiene mucho, así que lo da. Y si aceptas su regalo, él se sentirá muy
agradecido. Mira, tu amor solo es una
técnica para obtener sexo; su amor no pretende lograr nada. Su amor no pretende nada de ti, su amor solo
es compartir. Él tiene, él tiene tanto
que da algo al resto. Y cuando más da,
más crece. Su ser se mueve en una
dimensión diferente.
Mirad… id al jardín y
fijaros. Si las flores se dejan en las
plantas, no podrán salir más flores. Las
he estado observando. Nunca he permitido
que nadie arrancase flores, pero si tenemos un rosal con cuatro o cinco
capullos de rosas ya crecidos y no los arrancamos, no podrán crecer más, y esos
cinco no tardarán en morir. Si
arrancamos los cinco, saldrán diez; si arrancamos diez, aparecerán veinte. Cuantos más arranquemos, más flores dará.
Lo mismo sucede cuando se
es una unidad: uno se ha convertido en un árbol en flor. Cuanto más se da, más llega. Cuanto más se comparte, más se tiene. El gozo es cada vez mayor, el éxtasis cada vez
más profundo; compártelo, porque si no se comparte, todo muere.
Pero lo principal es: no
estés “a favor” ni “en contra”; entonces
serás un hombre libre.
Lo sencillo es lo adecuado.
Pero para ti es justo lo contrario.
Siempre eliges lo difícil porque la dificultad representa un desafío y
el desafío alimenta al ego. La
dificultad es adecuada para ti; lo fácil o sencillo nunca es suficiente. Como en lo sencillo no hay conquista, el ego
no puede sentirse satisfecho. Cuanto más
difícil es una tarea, más se regocija el ego, más extático se siente. Tiene que conseguirse, el Everest debe
conquistarse, la luna debe conquistarse.
Alguien le preguntó a
Edmund Hillary, que fue el primero en llegar a la cima del Everest: “¿Para qué
tanto esfuerzo? Los hombres lo habían
intentado durante cien años y muchos habían muerto. Nunca regresaron. ¿Por qué ese deseo de escalar el
Everest? ¿Qué tiene?”. ¡No tiene nada!
A lo largo de cien años
fueron muchos los que murieron, los que perdieron sus vidas, los que nunca
regresaron; pero, no obstante, un año tras otro aparecía un nuevo grupo que lo
intentaba. Y esto es interesante: ningún
indio se atrevió nunca a hacerlo, y eso que el Everest está en la India. Ningún tibetano se preocupó nunca de hacerlo. ¡Y eso que el Everest está en la frontera del
Tíbet! ¿Para qué? Pero cada año llegan grupos de Occidente. Cuando Edmund Hillary lo escaló, al regresar
alguien le preguntó por qué. Dijo:
“Porque el Everest estaba allí, y a menos que fuese conquistado, no podía
sentirme tranquilo. Permanecía allí,
inconquistado como un desafío para el
ego. Tenía que ser conquistado porque
estaba allí”.
Lo difícil atrae. Cuanto más difícil, más te atrae. Se hace más valioso porque a través de ello,
si lo conquistas, también logras un ego más grande. Aunque fracases también lograrás un ego más
grande, porque al menos lo habrás intentado, mientras que otros ni siquiera se
atrevieron.
Si lo logras con
sencillez, con facilidad, es como si no se lograse nada, porque el ego no puede
sentirse más grande. Y si fracasas es
mucho lo que se pierde, porque todo el mundo dirá: “¿No has podido conseguir
algo tan fácil?” La dificultad atrae al
ego como un imán, pero lo sencillo es lo adecuado. Por ello el ego nunca se ve atraído hacia lo
adecuado, siempre es atraído hacia lo erróneo.
Una persona se convierte
en criminal porque el crimen es algo difícil, se convierte en político porque
la política es difícil, se vuelve loco por el dinero porque el dinero es
difícil. La gente se vuelve loca por
todo lo que es difícil. No por conseguir
nada, sino simplemente porque está ahí, como un Everest, como un desafío; tiene
que ser conquistado.
Mira a la gente que tiene
éxito, a los que han triunfado.
¡Míralos! ¿Qué han
conseguido? Puede que hayan logrado
ascender al Everest, vale, pero allí no
hay nada. Hay que regresar. Mira a los presidentes, primeros ministros,
Rockefellers: ¿qué han conseguido?
¡Nada! En su fuero más interno
saben que no han logrado nada. Pero una
cosa sí que han conseguido, la más difícil: la historia los recordará. La historia siempre recuerda a los
insensatos, porque
los insensatos hacen la historia
y los insensatos la escriben. Chuang Tzu
no hace historia porque es adecuado.
¿Cómo se puede hacer
historia si se es sencillo? Si ganáis
una guerra y matáis a millones de personas, entonces hacéis historia. Si os limitáis a cepillaros los dientes por
la mañana, ¿cómo podéis llegar a hacer historia? ¡Y lo sencillo es lo adecuado! Te das un baño, cantas un poco… ¿Cómo puedes llegar a hacer historia de esa
manera? Comes tus alimentos y te vas a
dormir en silencio sin sueños… ¿cómo puedes llegar a hacer historia así?
¡No! La historia no repara en
personas sencillas y naturales. La
historia repara en gente que está loca, obsesionada por algo, que crea
dificultades. Y lo difícil es erróneo,
lo fácil o sencillo es correcto; sé sencillo y no trates de pasar a la
historia. Deja eso para los insensatos y
los locos, pero tú permanece fuera.
Porque no puedes tener ambas cosas.
Puedes tener una vida, o puedes ser recordado por la historia. Si tienes una vida, solo serás un hombre
sencillo haciendo cosas sencillas y pequeñas, y nadie reparará en ti. Existirás como si nunca lo hubieras hecho. Eso significa sencillo: existir como si no
existieses, existir como si no fueras, sin meterte en el camino de nadie. Nadie sabrá de ti pero no hay necesidad. Disfrutarás; alcanzarás las cumbres del
éxtasis. Lo sencillo es lo adecuado.
Lo sencillo es lo adecuado.
Empieza bien y será fácil.
Y este es el criterio: si
al hacer cualquier cosa te sientes cómodo, haciéndolo, entonces es
adecuado. Si te sientes incómodo, es que
hay algo inadecuado. Si estás tenso,
significa que vives una vida desasosegada.
Si no puedes dormir, no puedes relajarte, no puedes soltar, eso significa
que vives una vida intranquila: persigues cosas difíciles, imposibles.
Cambia tu manera de vivir, estás en el camino equivocado. Empieza bien y siempre será fácil, empieza bien y siempre estarás descansado: ese es el criterio. Siempre que hagas algo, pon atención: si te tranquilizas, si te sosiegas, si te relajas, entonces es lo adecuado. Ese y solo ese es el criterio. Recuerda también que lo que es adecuado para ti puede que no lo sea para otro. Porque como lo que es fácil para ti puede no serlo para otro, habrá otra cosa diferente que le sea fácil. No hay ninguna ley universal al respecto. Cada individuo tiene que desarrollarla para sí mismo. ¿Qué es fácil para ti? No escuches al mundo, porque hay gente que querrá imponerte sus leyes. Son enemigos, criminales.
Cambia tu manera de vivir, estás en el camino equivocado. Empieza bien y siempre será fácil, empieza bien y siempre estarás descansado: ese es el criterio. Siempre que hagas algo, pon atención: si te tranquilizas, si te sosiegas, si te relajas, entonces es lo adecuado. Ese y solo ese es el criterio. Recuerda también que lo que es adecuado para ti puede que no lo sea para otro. Porque como lo que es fácil para ti puede no serlo para otro, habrá otra cosa diferente que le sea fácil. No hay ninguna ley universal al respecto. Cada individuo tiene que desarrollarla para sí mismo. ¿Qué es fácil para ti? No escuches al mundo, porque hay gente que querrá imponerte sus leyes. Son enemigos, criminales.
Nadie que haya entendido
la vida querrá imponerte nada.
Simplemente te ayudará a estar cómodo para que puedas encontrar lo que
es adecuado para ti.
Continúa con sencillez y lo estarás haciendo bien.
Y luego vive de tal
manera que estés siempre cómodo, con sencillez.
Como un niño pequeño que duerme feliz, come feliz, baila feliz, bullendo
de energía, cómodo. Recuerda, nadie se
fijará en ti.
La gente puede llegar a pensar que estás loco. Porque si eres serio pensarán que eres
valioso; pero si te ríes y conviertes tu vida en algo gracioso piensan que
estás loco. Deja que piensen lo que
quieran. Sé un loco, pero cómodo. No seas un sabio desasosegado, porque ninguna
sabiduría puede florecer en una vida sin sosiego. Esa sabiduría es falsa, es prestada. Sé sencillo.
No es difícil ser simple o estás cómodo.
Una vez que lo entiendas puedes hallar tu camino.
Continúa con sencillez y lo estarás haciendo bien.
¡Qué maravilla es Chuang Tzu, qué incomparable es Chuang Tzu, qué único
es Chuang Tzu! Porque dice: continúa con
sencillez y lo estarás haciendo bien. No
dice: no seas violento, entonces lo estarás haciendo bien: sé sincero, entonces
lo estarás haciendo bien; no te encolerices, o estarás equivocado, no seas
sexual… ¡No! ¡Nada de eso! Chuang Tzu dice: Continúa con sencillez y lo
estarás haciendo bien, y luego elige tu propio camino. Te ofrece la esencia, ninguna directriz en
particular, solo una verdad universal.
El camino adecuado para ir de una manera sencilla
es olvidar que el camino es adecuado…
Porque si te preocupas
demasiado por la manera correcta te sentirás desasosegado. Así que incluso con Chuang Tzu hay que estar
cómodo, ser fácil; de otra manera te sentirás desasosegado. Y tienes tanta práctica sintiéndote
desasosegado que incluso puedes convertir a Chuang Tzu en una locura.
El camino adecuado para ir de una manera sencilla
Es olvidar que el camino es adecuado…
Olvídate de ello. Sé sencillo, eso es todo.
Y olvidar que se hace con facilidad.
¡También eso! De otra manera te apegarás demasiado a la
facilidad, a la sencillez, a la comodidad, y la comodidad también acabaría
convirtiéndose en una roca sobre tu pecho que te aplastaría.
Si te presentases ante Chuang Tzu y le
dijeses: “Ahora soy sencillo, estoy cómodo”.
Él te diría: “¡Vete, tíralo! Todavía cargas con ello”.
Cuando se está cómodo, se está cómodo.
De esa condición no surge ningún concepto, ninguna noción. Cuando
se está cómodo, ¿por qué decirlo, por qué cargar con ello? Como cargas con ello, más pronto o más tarde
se convertirá en una herida. Un hombre
sencillo está simplemente cómodo y es olvidadizo.
No sabe que es sencillo, no sabe
que lo hace bien, no sabe si es valioso en algún sentido. Simplemente vive en su soltura.
Y siempre que uno se
encuentra a una persona que vive con soltura, con sencillez, sin ser
consciente, se puede oler. La tensión
tiene su propio olor y la soltura tiene el suyo propio; pero puede que no te
impresione.
Estás tan tenso, que
siempre te impresiona la gente tensa, los que actúan, los que se hallan
sentados en sus tronos, como estatuas.
Entonces te dejas impresionar; parece muy difícil. ¿Te impresiona un niño? ¿Miras jugar a los niños? ¡Nadie se impresiona por ello! Entonces Chuang Tzu no puede
impresionarte. Entonces no puede
impresionarte una persona realmente sencilla porque no puede crear ningún
impacto en ti.
Pero si comprendes,
podrás oler una vibración diferente en torno a una persona que está suelta,
cómoda. ¿Cómo lo notarás? ¿De qué manera?
Pues porque cerca de una persona
que está cómoda, tú también te sentirás cada vez más cómodo, más relajado.
Un hombre realmente
relajado te hace estar relajado; un hombre tenso te hace estar tenso. Con un hombre que vive de manera natural, te
sentirás como en casa; no te forzará en ningún sentido, no tratará de cambiarte
en modo alguno. Te aceptará, será
acogedor. A través de su aceptación puedes
aprender aceptación, y si puedes aceptarte a ti mismo, entonces la naturaleza
se encargará de todo. Y una vez que la
naturaleza se hace cargo de todo, el océano no está muy lejos; el río fluye
constantemente hacia él. Osho
Aqui te dejo unos vídeos sobre Los tres tesoros del Tao Osho y otro sobre El camino del Tao en esta entrada a mi blog lo quiero compartir con vos espero que te sirva de algo para un mayor crecimiento espiritual. Namaste!
Fuente: Texto extraído del libro/Osho/Tao/Cuando el Calzado es Cómodo
Fuente: Video www.youtube.com
Fuente: Video www.youtube.com
Fuente: Texto extraído del libro/Osho/Tao/Cuando el Calzado es Cómodo
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