Conciencia la Clave para Vivir en Equilibrio
"Dijo Heráclito:
Los hombres son tan olvidadizos y descuidados
de lo que ocurre a su alrededor
en sus momentos de vigilia
como cuando están
dormidos.
Tontos, aunque oyen
son como los sordos.
A ellos se les aplica el adagio
de que cuando están presentes
están ausentes.
Uno no debería actuar ni hablar
como si estuviera dormido.
Los despiertos tienen un mundo en común,'
los durmientes tienen un mundo privado cada uno.
Lo que vemos cuando
estamos despiertos es la muerte;
cuando estamos dormidos, vemos sueños.
Heráclito aborda el problema más grave del hombre: que aun cuando está
despierto, está completamente dormido. Estás dormido cuando duermes, pero también estás dormido cuando estás
despierto. ¿Qué significa esto? Porque esto es lo que dice Buda, lo que dice
Jesús, lo que dice Heráclito. Pareces completamente despierto, pero es solo
apariencia; en el fondo de tu ser, el sueño continúa.
Incluso en este momento estás soñando por dentro. Mil y un pensamientos
siguen su curso, y tú no eres consciente de lo que está ocurriendo, no eres
consciente de lo que estás haciendo, no eres consciente de quién eres. Te
mueves como se mueve la gente en sueños.
Seguro que has conocido a alguien que se mueve, hace tal o cual cosa y
después vuelve a quedarse dormido. Es una enfermedad llamada sonambulismo.
Mucha gente se levanta de la cama por la noche; tienen los ojos abiertos,
pueden moverse. Van a la cocina, comen algo y vuelven a meterse en la cama. Y
si les preguntas a la mañana siguiente, no saben nada del asunto. Como máximo,
si se esfuerzan por recordar, verán que tuvieron un sueño esa noche, que soñaron
que se despertaban e iban a la cocina. Pero fue un sueño, eso como máximo; incluso
eso resulta difícil de recordar.
Mucha gente ha cometido crímenes; muchos homicidas declaran ante el
tribunal. que no saben nada, que no recuerdan haber hecho tal cosa. No es que
estén mintiendo al tribunal, no. ¡Los psicoanalistas han acabado por descubrir
que no están mintiendo, no ¡están intentando engañar; son absolutamente
sinceros. Cometieron el homicidio -lo cometieron cuando estaban profundamente
dormidos como en un sueño. Este sueño es más profundo que el sueño normal.
Este sueño es como estar borracho: puedes moverte un poco, puedes hacer unas
pocas cosas, puedes también estar un poco consciente... pero estás borracho.
No sabes lo que está ocurriendo con exactitud. ¿Qué has hecho en el pasado?
¿Puedes recordarlo exactamente, por qué hiciste lo que hiciste? ¿Qué te
ocurrió? ¿Estabas alerta cuando ocurría? Te enamoras sin saber por qué; te
pones de mal humor sin saber por qué. Por supuesto, encuentras excusas; racionalizas
todo lo que haces... pero la racionalización no, es conciencia. Conciencia significa
que eres completamente consciente de cualquier cosa que esté ocurriendo en ese
momento. Tú estás presente.
Si tú estás presente cuando surge la ira, la ira
no puede surgir. Solo puede ocurrir cuando estás completamente dormido. Cuando
estás presente, se inicia inmediatamente una transformación en tu ser, porque
cuando tú estás presente, consciente, muchas cosas simplemente no son
posibles. Así pues, de hecho solo existe un pecado, que es la inconsciencia.
El significado original de la palabra pecar es faltar. No significa
hacer algo que está mal, significa simplemente faltar, estar ausente. La
raíz hebrea de la palabra pecado
significa faltar. También ocurre en
algunas palabras inglesas construidas sobre la
partícula miss: misconduct, misbehavior. faltar significa no estar ahí,
hacer algo sin estar presente: este es el único pecado. ¿Y la única virtud?
Estar completamente alerta cuando haces algo. Lo que Gurdjieff llama recordarse
uno mismo, lo que Buda llama estar correctamente atento, lo que Krishna-murti
llama conciencia, lo que Kabir ha llamado surau: ¡Estar ahí! Eso es lo único
que hace falta, y nada más.
No necesitas cambiar nada, y aunque intentaras cambiar algo no podrías.
Ya has intentado cambiar muchas cosas en ti. ¿Lo has conseguido? ¿Cuántas veces
has decidido no volver a enfurecerte? ¿Qué ocurrió con tus propósitos? Cuando
llega el momento, vuelves a caer en la misma trampa; te pones furioso, y cuando
la furia ha pasado, te arrepientes. Se ha convertido en un círculo vicioso:
incurres en la ira, te arrepientes y quedas listo para volver a incurrir.
Recuerda que aunque te arrepientas no estás ahí: ese arrepentimiento
también forma parte del pecado. Por eso no ocurre nada. Sigues intentándolo
una y otra vez, y tomas muchas decisiones y te haces muchos propósitos, pero no
ocurre nada. Sigues igual. Eres exactamente igual que cuando naciste, sin que
se haya producido en ti ni el más mínimo cambio. No es que no lo hayas
intentado, no es que no te hayas esforzado, lo has intentado una y otra vez. Y
fracasas porque no es cuestión de esfuerzo. Esforzarte más no te servirá de
nada. Es cuestión de estar alerta, no de esfuerzo.
Conciencia la Clave para Vivir en Equilibrio - Osho |
Si estás alerta, muchas cosas simplemente desaparecen; no necesitas
deshacerte de ellas. En estado consciente, ciertas cosas no son posibles; Y
esta es mi definición, no existe otro criterio. Si estás consciente no puedes
enamorarte; por lo tanto, caer enamorado es un pecado. Puedes amar, pero eso no
es como una caída, es como una ascensión. ¿Por qué [en inglés] se usa la
expresión «caer enamorado» (falling in love)? Es una caída; estás cayendo, no
estás ascendiendo. Cuando estás consciente, no es posible caer... ni siquiera
en el amor. No es posible, simplemente no lo es.
Con la conciencia no es
posible; asciendes en el amor. Y ascender en el amor es un fenómeno totalmente
diferente del enamoramiento. Estar enamorado es un estado onírico. Por eso a
la gente que está enamorada se le nota en los ojos; es como si estuvieran más
dormidos que los demás, intoxicados, soñando. Se les nota en los ojos porque
sus ojos tienen una ensoñación. Las personas que ascienden en el amor son
totalmente diferentes. Se nota que ya no están soñando, que están afrontando
la realidad y eso las hace crecer.
Al enamorarte sigues siendo un niño; al ascender en el amor, maduras y
en poco tiempo, el amor deja de ser una relación; se convierte en un estado de
tu ser. Entonces ya no se-puede decir que ames a este y no ames a aquel, no;
simplemente, amas. Es algo que compartes con cualquiera que se acerque a ti.
Ocurra lo que ocurra, tú das tu amor. Tocas una piedra y la tocas como si
estuvieras tocando el cuerpo de tu persona amada. Miras un árbol y lo miras
como si miraras el rostro de tu amado. Se convierte en un estado del ser. No
es que estés enamorado, es que eres amor. Esto es ascender, no caer.
El amor es hermoso cuando asciendes por él, y se convierte en algo sucio
y feo cuando desciendes por él. Y tarde o temprano descubrirás que resulta
venenoso, que se convierte en un cautiverio. Has quedado atrapado, tu libertad
ha sido aplastada; te han cortado las alas, ya no eres libre. Al caer enamorado
te conviertes en una posesión; tú posees y permites que alguien te posea a ti.
Te conviertes en un objeto, y tratas de convertir en un objeto a la persona de
la que te has enamorado.
Mira una pareja de marido y mujer. Los dos se han convertido en objetos,
ya no son personas. Los dos intentan poseer al otro. Solo las cosas se pueden
poseer, no las personas. ¿Cómo puedes poseer una persona? ¿Cómo puedes dominar
a una persona? ¿Cómo puedes convertir a una persona en una posesión?
¡Imposible! Pero el marido está intentando poseer a la esposa; la esposa
intenta lo mismo. Se produce un choque, y los dos acaban por convertirse básicamente
en enemigos. Son destructivos el uno para el otro.
Sucedió que el mulá Nasruddin entró en la oficina de un cementerio y se quejó al encargado:
-Sé que mi esposa está
enterrada en este cementerio, pero no
encuentro su tumba.
El encargado consultó su registro y preguntó:
-¿Cómo se llama?
-Señora del mulá Nasruddin -dijo el mulá.
El encargado volvió a mirar y dijo:
-No hay ninguna señora del
mulá Nasruddin, pero sí que hay
un mulá Nasruddin. Lo siento, parece que ha habido un error en el
registro.
-No hay ningún error-dijo
Nasruddin-.
¿Dónde está la tumba del mulá Nasruddin?
Porque todo está a mi nombre. ¡Incluso la tumba de su
mujer!
Posesión... todos se
empeñan en poseer al ser amado, al amante. Ya no hay amor. De hecho, cuando
posees a una persona, odias, destruyes, matas; eres un asesino. El amor debería
dar libertad; el amor es libertad. El amor hace al ser amado cada vez más
libre, el amor da alas, el amor abre la inmensidad del cielo. No puede convertirse
en una prisión, en un encierro. Pero ese amor tú no lo conoces, porque solo se
da cuando estás despierto; esa calidad de amor solo aparece cuando hay
conciencia. El amor que tú conoces es un pecado, porque se genera en el sueño.
Y lo mismo ocurre con todo lo que haces. Aunque intentes hacer algo
bueno, haces daño. Fíjate en los reformadores visionarios: siempre hacen daño
y son las personas más dañinas del mundo. Los reformadores sociales, los
llamados revolucionarios, son la gente más dañina. Pero es difícil ver el mal
que hacen porque son muy buenas personas, siempre están haciendo el bien a los
demás... esa es su manera de crear una prisión para los otros. Si les dejas que
te hagan algún bien, pasarán a poseerte.
Empezarán por darte I masaje en los
pies, y tarde o temprano te encontrarás con que te han echado las manos al
cuello. Empiezan por los pies y terminan por el cuello, porque son
inconscientes; no saben lo que están haciendo. Han aprendido un truco: si
quieres poseer a alguien, haz el bien. Ni siquiera son conscientes de que han
aprendido ese truco. Pero hacen daño, porque cualquier cosa-cualquier cosa-
que intente poseer a otra persona, sea cual sea su nombre o forma, es
irreligiosa, es un pecado.
Vuestras iglesias, vuestros templos, vuestras mezquitas, todos han
cometido pecados contra vosotros, porque todos se han convertido en
poseedores, todos se han convertido en dominadores.
Todas iglesias están
contra la religión, porque la religión es libertad. Entonces, ¿por qué ocurre
esto? Jesús pretende darte libertad, darte alas. ¿Qué es lo que ocurre
entonces, cómo aparece esta, iglesia? Ocurre porque Jesús vive en un plano de
existencia totalmente diferente, el plano de la conciencia. Y los que le
escuchan, los que le siguen, viven en el plano del sueño. Oigan lo que oigan,
lo interpretan a través de sus propios sueños. Y todo lo que construyen tiene
que ser un pecado. Cristo te da religión, y después una gente que está
profundamente dormida lo convierte en una iglesia.
Se dice que en cierta ocasión, Satanás, el demonio, estaba sentado bajo
un árbol, muy triste. Pasó un santo, miró a Satanás y le dijo:
-Hemos oído decir que
tú nunca, descansas, que siempre estás haciendo alguna maldad en alguna parte.
¿Qué haces ahí, sentado bajo ese árbol?
Satanás estaba absolutamente deprimido.
-Parece que de mi trabajo se encargan ahora los sacerdotes, y yo no
tengo nada que hacer -dijo-. Me he quedado sin trabajo. A veces me entran
ganas de suicidarme, porque los sacerdotes lo están haciendo muy bien.
Los sacerdotes lo hacen tan bien porque han convertido la libertad en
encarcelamiento, han convertido la verdad en dogmas... han convertido todo lo
que se origina en el plano de la conciencia al plano del sueño.
Intenta comprender lo que es exactamente este sueño, porque si eres
capaz de sentir lo que es, ya has empezado a estar alerta, ya estás en el
camino de salida. ¿Qué es este sueño? ¿Cómo se produce? ¿Cuál es su mecanismo?
¿Cuál es su modus operandi?
La mente siempre está en
el pasado o en el futuro. No puede estar en el presente, es absolutamente
imposible para la mente estar el
presente. Cuando estás en el presente, la mente ya no está ahí, porque mente
equivale a pensar.
¿Cómo puedes pensar en el presente? Puedes pensar en el
pasado; ya se ha convertido en parte de la memoria y la mente puede trabajar
con ello. Puedes pensar en el futuro; todavía no está aquí y la mente puede
soñar con ello. La mente puede hacer dos cosas: puede moverse hacia el pasado,
donde hay espacio de sobra para moverse, el vasto espacio del pasado, en el
que puedes seguir y seguir penetrando; o puede moverse hacia el futuro, donde
también hay un espacio infinito, en el que puedes imaginar y soñar sin límites.
Pero ¿cómo va a funcionar la mente en el presente? En el presente no hay
espacio para que la mente haga ningún movimiento.
El presente es solo una línea divisoria, nada más. Separa el pasado del
futuro, no es más que una línea divisoria. Puedes estar en el presente, pero
no puedes pensar en él; para pensar se necesita espacio. Los pensamientos
necesitan espacio, son como los objetos. Recuérdalo: los pensamientos son
cosas materiales, muy sutiles, pero son
materiales.
No puedes pensar en el presente. En el instante en que empiezas a
pensar, ya es pasado. Ves salir el sol y dices: «Qué bello amanecer.» Cuando
lo dices ya es el pasado. Cuando el sol está saliendo no hay espacio suficiente
ni siquiera, para decir «Qué bonito», porque cuando pronuncias esas dos
palabras, «qué bonito», la experiencia ya se ha convertido en pasado. La mente
ya lo ha archivado en la memoria; Pero en el momento exacto en que sale el sol,
el momento exacto en que el sol apareé sobre la línea, ¿cómo puedes pensar?
¿Qué puedes pensar? Puedes estar con el sol que sale, pero no puedes pensar.
Hay espacio suficiente para ti, pero no para los pensamientos.
Ves una hermosa flor en el jardín y dices: «Qué bonita rosa.» En ese
momento ya no estás con la rosa; es ya un recuerdo. Cuando la flor está ahí y
tú estás ahí, los dos presentes ante el otro, ¿cómo podrías pensar? ¿Qué
podrías pensar? ¿Cómo va a ser posible el pensamiento? No hay espacio para él.
El espacio es tan estrecho -de hecho, no hay nada de espacio- que tú y la flor
no podéis ni siquiera existir como dos seres, porque no hay espacio suficiente
para dos; solo puede existir uno.
Por eso, en una presencia profunda, tú eres la flor y la flor se
convierte en ti. Cuando no hay pensamiento, ¿quién es la flor y quién es el
observador? El observador se convierte en observado. De pronto, desaparecen las
fronteras. De pronto, te encuentras con que has penetrado en la flor y la flor
ha penetrado en ti. De pronto: ya no sois dos; solo existe uno.
Si empiezas a pensar, os convertís de nuevo en dos. Si no piensas,
¿dónde está la dualidad? Cuando existes con la flor, sin pensar, es un diálogo. No un duólogo, sino un
diálogo.
Cuando existes con tu amante, es un diálogo, no un duólogo, porque allí
no hay dos. Sentado aliado de tu amante, cogiéndole de la mano, simplemente
existes. No piensas en los días ya pasados; no piensas en el futuro que vendrá.
Estás aquí y ahora es tan hermoso estar aquí y ahora, y tan intenso, que
ningún pensamiento puede penetrar en esa intensidad.
Y la puerta es estrecha. La puerta del presente es estrecha. Por ella no
pueden entrar dos juntos, solo uno. En el presente no es posible pensar, no es
posible soñar, porque soñar-no es sino pensar con imágenes. Las dos cosas son
materiales.
Cuando estás en el presente
sin pensar, eres espiritual por primera vez. Se abre una nueva dimensión, la
dimensión de la conciencia. Como no has conocido esa dimensión, Heráclito dice
que estás dormido, que no eres consciente. La conciencia significa estar en el
momento de un modo tan total que no hay movimiento hacia el pasado ni hacia el
futuro. Todo el movimiento se detiene.
Eso no significa que te quedes estático. Se inicia un nuevo movimiento,
un movimiento con profundidad. Hay dos tipos de movimiento, y ese es el significado
de la cruz de Jesús: muestra dos movimientos, un cruce de caminos. Uno de los
movimientos es lineal: te mueves siguiendo una línea, de una cosa a otra, de un
pensamiento a otro, de un sueño a otro sueño. De A pasas a B, de B a C, de C a
D. De ese modo te mueves en una línea horizontal. Este es el movimiento del
tiempo; es el movimiento de los que están completamente dormidos. Puedes ir
como una lanzadera, adelante y atrás; la línea está ahí. Puedes ir de B a A o
puedes ir de A a B; la línea está ahí. Hay otro movimiento, que tiene lugar en una dimensión totalmente diferente.
Este movimiento no es horizontal, es vertical. No vas de A a B y de B a C; vas
de A a un A más profundo, de Al a A2, A3, A4, cada vez más abajo... o más
arriba.
Cuando el pensamiento cesa, comienza el nuevo movimiento. Ahora caes a
las profundidades, como si cayeras en un abismo. Las personas que meditan
profundamente llegan tarde o temprano a ese
punto; entonces les entra miedo, porque les parece que se ha abierto un
abismo sin fondo... sientes vértigo, tienes miedo. Te gustaría agarrarte al
antiguo movimiento porque era algo conocido; esto se parece a la muerte.
Ese es el significado de la cruz de Jesús: es una muerte. Pasar de la horizontal a la vertical es la muerte, es la verdadera muerte. Pero
solo es muerte vista desde un lado; vista por el otro lado es resurrección. Es
morir para nacer; es morir en una dimensión para nacer en otra dimensión. En
horizontal eres Jesús; en vertical te has convertido en Cristo.
Si te mueves de un pensamiento a otro, sigues estando en el mundo del
tiempo. Si te mueves hacia dentro del momento, no del pensamiento, te mueves
hacia la eternidad. No estás estático; no hay nada estático en este mundo, nada
puede ser estático. Surge un nuevo movimiento, un movimiento sin motivación.
Recuerda estas palabras. En la línea horizontal, te mueves por motivaciones.
Tienes que alcanzar algo: dinero, prestigio, poder o a Dios, pero tienes que
conseguir algo. Hay una motivación.
El movimiento motivado equivale a dormir, El movimiento sin motivación
significa conciencia. Te mueves porque moverse es un puro placer, te mueves
porque el movimiento es vida, te mueves porque la vida es energía y la energía
es movimiento. Te mueves porque la energía es placer, y por nada más. No hay
ningún objetivo, no intentas conseguir nada. De hecho, no vas a ninguna parte,
no estás «yendo», estás simplemente gozando de la energía. No hay ningún
objetivo fuera del movimiento mismo. El movimiento tiene su propio valor
intrínseco, no tiene valor extrínseco.
Un buda también vive. Un Heraclito vive. Yo estoy aquí, viviendo,
respirando, pero con un tipo diferente de movimiento, no motivado.
Hace unos días,
alguien me preguntó:
-¿Por qué ayudas a la gente con la meditación?
-Es un placer para mí -le dije-. No hay un porqué. Simplemente,
disfruto con ello.
Es como cuando una persona disfruta plantando semillas en el jardín,
esperando que salgan las flores. Cuando tú floreces, yo gozo. Es jardinería; cuando
alguien florece, es un puro placer. Y yo lo comparto. No existe ningún
objetivo. Si fracasas, yo no voy a sentirme frustrado. Si no floreces, pues
muy bien, porque el florecimiento no se puede forzar. No puedes abrir un
capullo a la fuerza; puedes hacerlo, pero entonces lo matas. Puede parecer un
florecimiento, pero no es un florecimiento.
El mundo entero se mueve, la existencia se mueve dentro de la eternidad.
La mente se mueve en el tiempo. La existencia se mueve hacia las profundidades
y las alturas, y la mente se mueve hacia adelante y hacia atrás. La mente se
mueve horizontalmente; eso es el sueño. Si puedes moverte verticalmente, eso es
la conciencia.
Vive en el momento. Incorpora todo tu ser al momento. No dejes que el
pasado interfiera y no dejes que el futuro se entrometa. El pasado ya no
existe, está muerto. Y, como dice Jesús, «dejad que los muertos entierren a sus
muertos» El pasado ya no existe. ¿Por qué te preocupa? ¿Por qué sigues
rumiándolo una y otra vez? ¿Es que estás loco? Ya no existe; solo está en tu
mente, es solo un recuerdo. El futuro no existe todavía. ¿Qué haces pensando en
el futuro? Si todavía no existe, ¿cómo puedes pensar en ello? ¿Qué puedes
planear? Hagas lo que hagas, no va a ocurrir, y entonces te sentirás frustrado,
porque la totalidad tiene su propio plan. ¿Por qué te empeñas en hacer tus
propios planes en contra de los suyos?
La existencia tiene sus propios planes, es más sabia que tú. El todo
tiene que ser más sabio que la parte. ¿Por qué finges ser tú el todo? El todo
tiene su propio destino, su propio cumplimiento. ¿Por qué te molestas con eso?
Hagas lo que hagas, será un pecado, porque te perderás el momento, este
momento. Y si eso se convierte en un hábito -que se convierte-, si empiezas a
perderte, se convierte en una forma habitual; y entonces, cuando el futuro
llegue, te lo perderás también, porque cuando llegue ya no será un futuro, será
un presente Ayer estabas pensando en hoy, porque entonces hoy era mañana; ahora
es hoy y tú estás pensando en mañana, y cuando llegue el mañana se habrá
convertido en hoy, porque todo lo que existe, existe aquí y ahora; no puede
existir de otro modo y si tienes un
modo fijo de funcionar, de manera que tu mente siempre mira al mañana, ¿cuándo
vives? El mañana nunca llega. Te seguirás perdiendo, y eso es pecado. Ese es,
el significado pe la raíz hebrea de «pecar».
En el momento en que entra el futuro, entra el tiempo. Has pecado
contra la existencia, te has perdido. Y esto se ha convertido en una pauta
fija; como un robot, sigues estando perdido.
Conciencia la Clave para Vivir en Equilibrio - Osho |
A mí han acudido personas de países muy lejanos. Cuando están allí,
piensan en mí y se excitan mucho pensando en mí, y leen y piensan y sueñan.
Cuando llegan aquí, empiezan a pensar en sus casas; en el momento de llegar,
ya están regresando! Empiezan a pensar en sus hijos, en sus mujeres, en sus
trabajos, en esto y en aquello, en mil y una cosas. Y yo veo toda esa
insensatez. Después regresarán allí y se pondrán a pensar en mí. Han faltado, y
eso es pecado.
Mientras estás aquí conmigo, debes estar aquí conmigo. Totalmente aquí
conmigo, para que puedas aprender un nuevo modo de movimiento, para que puedas
moverte en la eternidad, no en el tiempo.
El tiempo es el mundo y la eternidad es Dios. Lo horizontal es el mundo
y lo vertical es Dios. Los dos se encuentran en un punto: ahí es donde Jesús
está crucificado. La horizontal y la vertical se encuentran en un punto, y ese
punto es aquí y ahora. Desde aquí y ahora puedes emprender dos viajes: un viaje
por el mundo, hacia el futuro, y otro viaje hacia Dios, hacia las
profundidades.
Vuélvete cada vez más consciente, vuélvete cada vez más alerta y
sensible al presente. ¿Qué vas a hacer? ¿Cómo puede hacerse posible? Porque estás tan dormido
que también puedes convertir eso en un sueño. Puedes convertirlo en un objeto
de pensamiento, en un proceso de pensamiento. La cuestión puede ponerte tan
tenso que solo por eso ya no puedes estar en el presente. Si piensas demasiado
en cómo estar en el presente, tanto pensar no te ayudará. Si sientes demasiada
culpa... si a veces te mueves hacia el pasado... irás al pasado. Es una rutina
que ha durado mucho tiempo. Y a veces empezarás a pensar en el futuro... e
inmediatamente te sentirás culpable de haber cometido otro pecado.
No te sientas culpable. Comprende el pecado, pero no te sientas
culpable. Esto es muy, muy delicado. Si te sientes culpable, te lo has perdido
todo. La vieja pauta comienza otra vez de un modo nuevo. Ahora te sientes
culpable porque te has perdido el presente. Ahora estás pensando en el pasado,
porque ese presente ya no es presente; es pasado, y tú te sientes culpable por
ello. Sigues estando perdido.
Así pues, recuerda una cosa: cada vez que te des cuenta de que te has
ido al pasado o al futuro, no te crees problemas por ello. Simplemente, vuelve
al presente, sin crearte problemas. ¡No pasa nada! Simplemente, recupera tu
conciencia. La perderás millones de veces; no te va a salir ahora mismo,
inmediatamente. Puede suceder, pero no puede suceder por tu causa. Es un modo
de conducta fijo desde hace tanto, tantísimo tiempo, que no lo puedes cambiar
de buenas a primeras. Pero no te preocupes, la existencia no tiene ninguna
prisa. La eternidad puede esperar eternamente. No crees tensiones por ello.
Cada vez que sientas que te has perdido, vuelve; eso es todo. No te
sientas culpable; eso es un truco de la mente, que está otra vez jugando a sus
juegos. No te arrepientas: «¡He vuelto a olvidarme!» Simplemente, cuando
pienses, vuelve a lo que estuvieras haciendo. Si estás tomando un baño, vuelve;
si estás comiendo la comida, vuelve; si estás dando un paseo, vuelve. En el
momento en que sientas que no estás aquí y ahora, vuelve... simplemente,
inocentemente, No crees culpa. Si te sientes culpable, no has entendido nada.
Hay pecado, pero no hay culpa... pero eso es difícil para ti. Si sientes
que algo está mal, te sientes inmediatamente culpable. La mente es muy astuta.
Si te sientes culpable, el juego ha empezado, de nuevo... en un nuevo campo,
pero el juego es muy antiguo. La gente acude a mí y dice: «Nos seguimos
olvidando.» Se ponen muy tristes cuando dicen: «Nos seguimos olvidando. Lo
intentamos, pero solo nos acordamos durante unos segundos. Nos mantenemos
alerta, recordándonos, pero enseguida nos perdemos. ¿Qué hacer?» ¡No se. puede
hacer nada! No es cuestión de hacer. ¿Qué podrías hacer? Lo único que se puede
hacer es no crear culpa. Simplemente, vuelve.
Por muchas veces que tengas que volver... simplemente, recuerda. No con
la cara muy seria, no con mucho esfuerzo... simplemente, inocentemente, sin
crear un problema por ello. Porque la eternidad no tiene problemas; todos los
problemas existen en el plano horizontal; este problema también existe en el
plano horizontal. El plano vertical no conoce problemas. Es puro gozo, sin nada
de ansiedad, sin nada de angustia, sin ninguna preocupación, sin ninguna culpa,
sin nada. Sé simple y vuelve.
Te perderás muchas veces, dalo por seguro. Pero no te preocupes por
ello. Así son las cosas. Te perderás muchas veces, pero eso no importa. No
prestes atención al hecho de que te hayas perdido muchas veces, presta mucha
atención al hecho de que te has reincorporado muchas veces. Recuerda esto: no
hay que darle importancia al hecho de haberse perdido muchas veces, lo que
importa es que te has vuelto a acordar muchas veces. Siéntete feliz por ello.
Que te pierdas es algo natural. Eres humano, has vivido en el plano horizontal
durante muchísimas vidas, así que es natural. Lo estupendo es que has
regresado muchas veces. Has hecho lo imposible; siéntete feliz por ello.
En veinticuatro horas te perderás veinticuatro mil veces, pero te
reincorporarás otras veinticuatro mil veces. Y ahora empieza a funcionar un
nuevo modo. Has regresado un montón de veces; ahora se empieza a abrir una
nueva dimensión, poco a poco. Cada vez serás más capaz de mantenerte
consciente, cada vez serán menos las idas y venidas. El recorrido de ida y
vuelta se irá acortando cada vez más. Cada vez te olvidarás menos, cada vez te
acordarás más; estás entrando en la vertical. De pronto, un día, la horizontal
desaparece. La conciencia gana intensidad y la horizontal desaparece.
A esto es a lo que se
refieren Shankara, el Vedanta y los hindúes al decir que este mundo es
ilusorio. Porque cuando la conciencia se hace perfecta, este mundo, este mundo
que has creado a partir de tu mente, simplemente desaparece. Y otro mundo se te
revela. El Maya desaparece, la ilusión desaparece... la ilusión está ahí a
causa de tu sueño, de tu inconsciencia.
Es como un sueño. Por la noche te mueves en sueños, y cuando el sueño
está ahí, es muy real. ¿Alguna vez has pensado en sueños «esto no es posible»?
En los sueños ocurre lo imposible, pero a ti no se te ocurre dudar de ello. En
los sueños tienes esa clase de fe; en los sueños nadie es escéptico, ni siquiera
un Bertrand Russell. No, en un sueño todo el mundo es como un niño, que se cree
todo lo qué ocurre. En un sueño ves a tu mujer acercar y de pronto se
convierte en un caballo. Ni se te ocurre pensar: «¿Cómo puede ser posible
esto?»
El sueño es confianza, es fe. En un sueño no se puede dudar. En cuanto
empiezas a dudar en un sueño, se rompen las reglas. En cuanto dudas, el sueño
empieza a desaparecer. Si puedes recordar, aunque sea una sola vez, que esto es
un sueño, eso provoca un choque Y el sueño se hace pedazos Y tú te despiertas.
Este mundo que ves a tu alrededor no es el mundo real. No es que no
exista: sí que existe, pero lo estás viendo a través de un velo de sueño. Entre
tú Y él está la inconsciencia; lo miras, lo interpretas a tu manera, eres como
un borracho.
Ocurrió que el mulá Nasruddin llegó corriendo. Estaba completamente
borracho Y el ascensorista estaba a punto de cerrar la puerta, pero él
consiguió colarse. El ascensor estaba repleto. Todos se dieron cuenta de que
Nasruddin estaba muy borracho. Le olía el aliento. Él intentó disimular,
mirando hacia la puerta, pero no veía nada; también sus ojos estaban borrachos
y adormilados. Intentó mantenerse en pie, pero tampoco le era posible. Y
entonces se sintió muy avergonzado, porque todos le estaban mirando y todos
pensaban que estaba completamente borracho. Lo notaba. Sin saber qué hacer,
dijo de pronto: «Se preguntarán ustedes por qué he convocado esta reunión.»
Por la mañana estará bien. Se reirá, como os estáis riendo vosotros...
Todos los budas han reído al despertar. Su risa es como el rugido de un
león. No se ríen de ti, se ríen de todo el chiste cósmico. Habían vivido en un
sueño, dormidos, completamente intoxicados por el deseo, y contemplaban la
existencia a través del deseo. Y por eso, aquella no era la verdadera
existencia; proyectaban su propio sueño en ella.
Te tomas toda la existencia como una pantalla, y después proyectas tu
propia mente en ella. Ves cosas que no están ahí, y no ves cosas que sí están.
Y la mente tiene explicaciones para todo. Si planteas una duda, la mente
explica. Crea teorías, filosofías, sistemas, con el único propósito de sentirse
cómoda, de sentir que nada va mal. Todas las filosofías existen para hacer
cómoda la vida, para que todo parezca ir bien y nada vaya mal... pero todo va
mal cuando estás dormido.
Un hombre acudió a mí. Estaba preocupado; es el padre de una hija
preciosa.
Estaba muy preocupado y me dijo:
-Todas las mañanas se siente un poco mareada, pero he consultado a
todos los médicos y dicen que no tiene nada. ¿Qué puedo hacer?
-Ve al mulá Nasruddin -le
dije-. Él es el sabio de esta región y lo sabe todo, porque nunca le he oído
decir: «No lo sé.» Ve a él.
Así lo hizo. Yo le seguí para ver qué decía Nasruddin. Nasruddin cerró
los ojos, examinó el problema, volvió a abrir los ojos y preguntó:
-¿Le das leche por las
noches, antes de acostarla?
El hombre dijo que sí, y
Nasruddin dijo:
-Ya he resuelto
el problema. Si le das leche a un niño, el niño da vueltas en la cama toda la
noche, de derecha a izquierda, de izquierda a derecha, y de tanto batirla, la
leche se convierte en cuajada. Después, la cuajada se transforma en queso, y
el queso se transforma en mantequilla, la mantequilla se transforma en grasa y
la grasa se transforma en azúcar, y por fin el azúcar se transforma en
alcohol... y naturalmente, por la mañana tiene resaca.
Esto es lo que son todas las
filosofías: explicaciones de cosas, explicaciones de cosas que no se pueden explicar,
fingiendo saber algo que no se sabe. Pero hacen la vida cómoda. Puedes dormir
mejor, son como tranquilizantes.
Recuerda: esta es la diferencia entre religiosidad y filosofía. La filosofía
es un tranquilizante, la religiosidad es un choque; la filosofía te ayuda a
dormir bien, la religiosidad te saca del
sueño. La religiosidad no es una filosofía, es una técnica para sacarte de tu
inconsciencia. Y todas las filosofías son técnicas para ayudarte a dormir bien;
te dan sueños, utopías.
La religiosidad te quita todos los sueños, todas las utopías. La religiosidad
te proporciona la verdad, y la verdad solo es posible cuando no estás soñando.
Una mente que sueña no puede ver lo verdadero. Una mente que sueña convertirá
también la verdad en un sueño.
¿Te has fijado? Pones el despertador; quieres levantarte a las cuatro
de la mañana, porque tienes que coger un tren. Por la mañana suena el
despertador y tu mente crea un sueño: estás sentado en un templo y las campanas
del templo están tocando. Entonces todo queda explicado. El despertador ya no
es un problema, ya no puede despertarte. Al explicarlo, te has librado de él.
¡Inmediatamente!
La mente es sutil. Y ahora los psicoanalistas están muy intrigados por
cómo sucede esto, cómo la mente crea explicaciones inmediatamente, tan
inmediatamente. ¡Con lo difícil que es! La mente debe proyectarlo de antemano.
¿Cómo es que de pronto te encuentras en una iglesia o en un templo donde
suenan las campanas? Suena el despertador y al instante tienes una explicación
dentro del sueño. Estás intentando librarte del despertador. No quieres levantarte,
no quieres levantarte en una noche de invierno tan fría. La mente dice: «Esto
no es el despertador, es un templo que estás visitando.» Todo queda explicado
y tú sigues durmiendo.
Esto es lo que hacen siempre las filosofías, y por eso existen tantas
filosofías, porque cada uno necesita una explicación diferente. La explicación
que ayuda a dormirse a otra persona no !e ayudará a ti. Yeso es lo que
Heráclito dice en este pasaje.
Procura entenderlo. Esto es lo que dice: Los hombres son tan olvidadizos y descuidados de lo que ocurre a su
alrededor en sus momentos de vigilia como cuando están dormidos.
Cuando estás dormido no eres consciente de lo que ocurre a tu alrededor,
pero en tus horas de vigilia, ¿eres consciente de lo que ocurre a tu alrededor? Se ha investigado mucho sobre esto. El noventa y ocho por ciento de los
mensajes que te llegan, tu mente no los deja entrar. ¡El noventa y ocho por
ciento! Solo se permite la entrada a un dos por ciento, y ese dos por ciento
también es interpretado por la mente. Yo digo una cosa y tú oyes otra. Digo
algo diferente, y tú lo interpretas de manera que no perturbe tu sueño. Tu
mente te da inmediatamente una interpretación.
Encuentras en tu mente un lugar
donde encajarlo, y la mente lo absorbe; se convierte en parte de la mente. Por
eso te pierdes a los Budas, Cristos; Heráclitos y demás. Ellos te siguen hablando;
te siguen diciendo que han encontrado algo, que han experimentado algo, pero
cuando te lo dicen tú lo interpretas inmediatamente. Tienes tus propios
trucos. A Aristóteles le perturbaba mucho Heráclito. Llegó a la conclusión de
que aquel hombre tenía que tener algún defecto de personalidad. ¡Asunto
concluido! Lo has descalificado porque no está de acuerdo contigo, porque te
perturbaba.
Heráclito debía de darle muchos quebraderos de cabeza a
Aristóteles, porque Aristóteles se mueve en la línea horizontal, es el maestro
de ese movimiento, y este tal Heráclito está intentando empujarle al abismo.
Aristóteles se mueve en el terreno llano de la lógica, y este Heráclito está
tratando de empujarle al interior del misterio.
Es necesaria alguna explicación.
Así que Aristóteles dice: «Este hombre tiene algún defecto: biológico,
fisiológico, "de personalidad", pero algún defecto. De lo contrario,
¿por qué tanto insistir en la paradoja? ¿Por qué tanto insistir en el misterio?
¿Por qué tanto insistir en que existe una armonía entre los contrarios? Los
contrarios son contrarios; no hay armonía. La vida es la vida y la muerte es la
muerte, hay que decir las cosas claras, no confundirlas. Este hombre parece un
liante.» Lao Tzu era igual.
Lao Tzu decía: “Todos parecen ser sabios, menos yo. Todos parecen muy listos, menos yo.Yo soy tonto”. Lao Tzu es una de las personas
más grandes y más sabias que han existido, pero entre vosotros se siente tonto.
Lao Tzu dice: “Todos parecen pensar con tanta claridad, y yo ¡estoy todo
confuso” Lo que Aristóteles dice de Heráclito, Lao Tzu lo dice de sí mismo.
Lao Tzu dice: «Cuando alguien escucha
mis enseñanzas sin la mente, se ilumina. Si alguien escucha mis enseñanzas a
través de la mente, lo único que encuentra son sus propias explicaciones, que
no tienen nada que ver conmigo. Y cuando alguien escucha sin escuchar -hay
personas que escuchan sin escuchar-, cuando alguien escucha como si estuviera
escuchando pero sin escuchar, se ríe de mis tonterías. Y el tercer tipo de
mente es la mayoría. Dice Lao Tzu: Si la mayoría no se ríe de ti, ten cuidado,
porque puedes estar diciendo algo equivocado. Si la mayoría se ríe, entonces
es que estás diciendo algo que es verdad. Cuando la mayoría piensa que eres
tonto, existe alguna posibilidad de que seas un sabio; de lo contrario, no hay
ninguna posibilidad.
Heráclito le parece
confuso a Aristóteles. También a ti te lo parecerá, porque Aristóteles se ha
hecho el amo de todas las universidades y todos los colegios del mundo entero.
Ahora en todas partes te enseñan lógica, no misterio. En todas partes se te
enseña a ser racional, no místico. A todos se les adiestra para que hagan
definiciones claras. Si quieres definiciones claras, tienes que moverte en la
horizontal. Allí, A es A, B es B, y A nunca es B. Pero en el misterioso abismo
de la vertical, las fronteras se borran y se funden unas con otras. El hombre
es mujer, la mujer es hombre; lo bueno es malo, lo malo es bueno; la oscuridad
es la luz, la luz es la oscuridad; la vida es muerte, la muerte es vida. Todas
las fronteras se borran y funden.
Por eso Dios es un misterio, no un silogismo. Los que aportan pruebas de
la existencia de Dios están haciendo algo imposible. No se pueden presentar
pruebas de Dios. Las pruebas existen en la horizontal.
Ese es el significado de la confianza: caes al abismo, experimentas el
abismo; desapareces en él... y sabes. Solo llegas a saber cuando la mente no
está, nunca antes.Tontos, aunque oyen son como los sordos. A ellos se les aplica el adagio de que cuando están
presentes están ausentes.
Cuando estás presente en algún sitio, ese es exactamente el sitio del
que estás ausente. Puedes estar en alguna otra parte, pero no ahí donde estás.
Dondequiera que estés, ahí no estás.
Se dice en las antiguas escrituras tibetanas que Dios acude muchas
veces a ti, pero que nunca te encuentra allí donde estás. Llama a tu puerta,
pero el habitante no está; siempre está en algún otro sitio. ¿Estás en tu casa,
en tu hogar, o en alguna otra parte? ¿Cómo te va a encontrar Dios? No necesitas
ir tú a él, solo hace falta que estés en casa y él te encontrará. Te está
buscando del mismo modo que tú lo buscas a él. Basta con que estés en casa,
para que cuando él llegue te encuentre. Ha venido y ha llamado millones de
veces, ha esperado a tu puerta, pero tú nunca estás.
Dice Heráclito:
Tontos, aunque oyen son como los sordos.
A ellos se les aplica el adagio
Eso es estar dormido: estar ausente, no estar presente en el momento
presente, estar en alguna otra parte.
Sucedió que el mulá Nasruddin estaba sentado en un café, hablando de lo
generoso que era. Y cuando hablaba exageraba mucho, como hace todo el mundo,
porque se olvida de lo que está diciendo. Entonces alguien le preguntó:
-Nasruddin, si eres tan
generoso, ¿por qué nunca nos invitas a tu
casa? No nos has invitado a comer ni una sola vez. ¿Qué dices a eso?
Nasruddin estaba tan
excitado que se olvidó por completo de su esposa y dijo:
-Venid ahora mismo.
A medida que se acercaba a
la casa, se le iba pasando la borrachera. Entonces se acordó de su mujer y se
asustó. ¡Treinta invitados! A la puerta de la casa, dijo:
-Esperad. Ya sabéis que tengo esposa. También vosotros tenéis esposas y
sabéis cómo es esto. Así que esperad. Dejad que entre primero y la convenza, y
luego os llamo.
Entró y desapareció. Los invitados esperaron y esperaron y siguieron
esperando, y él no aparecía, así que llamaron a la puerta. Nasruddin le había
contado a su mujer exactamente lo que había ocurrido: que había hablado
demasiado de generosidad y le habían pillado. Su mujer dijo:
-Pero no tengo comida para treinta personas y no hay nada que hacer a
esta hora de la noche. '
-Haz una cosa -le dijo
Nasruddin-. Cuando llamen ve a la puerta y diles simplemente que Nasruddin no
está en casa.
De modo que cuando llamaron, la mujer abrió y dijo: -Nasruddin no está
en casa.
-No puede ser -dijeron ellos-, porque hemos venido con él, ha entrado y
no le hemos visto salir, y aquí estamos los treinta, esperando a la puerta.
Tiene que estar. Entra y búscalo. Tiene que estar escondido en alguna parte.
La mujer entró y preguntó:
-¿Qué hacemos?
Nasruddin se excitó mucho y le dijo:
«¡Espera!» Salió a la calle y les dijo a
los invitados:
-¿Cómo que no? ¡Puede haberse
marchado por la puerta de atrás!
Esto es posible, esto te
está ocurriendo a ti todos los días Se olvidó por completo de sí mismo. Eso es
lo que le ocurrió: con tanta lógica se olvidó de sí mismo. La lógica es correcta,
el argumento es correcto, pero... «¿Cómo que no? Vosotros estáis esperando en
la puerta delantera; él ha podido salir por la puerta de atrás.» La lógica es
correcta, pero Nasruddin se ha olvidado por completo de que es él, mismo quien
lo está diciendo. Tú no estás presente.
No estás en el presente ni para el mundo ni para ti mismo. Esto es estar
dormido. ¿Cómo puedes oír así? ¿Cómo puedes ver así? ¿Cómo puedes sentir así?
Si no estás presente aquí y ahora, todas las puertas están cerradas.
Eres una
persona muerta, no estás vivo. Por eso Jesús repite una y otra vez a los Que
le oyen y escuchan: «El que tenga oídos, que me oiga; el que tenga ojos, que me
vea.»
HerácIito debió de encontrar mucha gente que escuchaba pero no oía, que
miraba pero no podía ver porque sus casas estaban completamente vacías. El
dueño de la casa no está. Los ojos miran, los oídos oyen, pero el dueño de la
casa no está presente dentro. Los ojos no son más que ventanas; no pueden ver a
menos que tú veas por medio de ellos. ¿Cómo va a ver una ventana? Tienes que
ponerte tú en la ventana, y solo entonces puedes ver. ¿Cómo? Es solo una
ventana, no puede sentir. Si tú estás ahí, entonces la cosa es completamente
diferente.
El cuerpo entero es como una
casa y la mente está de viaje; el dueño
está siempre de viaje por alguna otra
parte, y la casa está siempre vacía. Y
la vida llama a tu puerta... puedes llamarlo Dios o como prefieras llamarlo, el
nombre no importa; llámalo existencia... llama a la puerta, está llamando
continuamente, pero no te encuentra en casa. Eso es estar dormido.
Uno no debería actuar ni hablar como si estuviera dormido.
Actúa, habla, con plena conciencia, y descubrirás un tremendo cambio en
ti. El hecho mismo de que estés consciente cambia tus actos. Entonces no
puedes cometer pecados. No es que tengas que controlarte, no. El control es un
mal sucedáneo de la conciencia, un sustituto muy malo; no sirve de mucha ayuda.
Si estás consciente, no necesitas controlar la ira; estando consciente, la ira
nunca surge., No pueden existir al mismo tiempo, no hay coexistencia para las
dos cosas. Estando consciente, nunca surgen los celos. Estando consciente,
muchas cosas simplemente desaparecen: todas
las cosas que son negativas.
Es como una luz. Cuando hay luz
en tu casa, ¿cómo Puede existir en ella la oscuridad? La oscuridad símplemente
escapa. Cuando tu casa está iluminada, ¿cómo puedes tropezar? ¿Cómo puedes chocar
con la pared? La luz está encendida, y tú sabes dónde está la puerta;
simplemente vas a la puerta y entras o sales. Cuando está oscuro, tropiezas,
andas a tientas, te caes. Cuando estás inconsciente andas a tientas,
tropiezas, caes. La íra no es sino tropezar; los celos no son más que andar a
tientas en la oscuridad. Todo lo que está mal no está mal por sí mismo, sino
porque tú vives en la oscuridad.
Si Jesús quiere enfurecerse, puede hacerlo; lo puede utilizar. Tú no
puedes utilizarlo, tú eres utilizado por la ira. Si Jesús siente que será bueno
y servirá de ayuda, puede utilizar cualquier cosa. Es un maestro. Jesús puede
estar furioso sin estar furioso.
Mucha gente trabajó con Gurdjieff, y era un
hombre terrible. Cuando se enfurecía, se ponía terriblemente furioso, parecía
un asesino. Pero aquello no era más que un juego, solo era una situación para
ayudar a alguien. E inmediatamente, sin un solo instante de intervalo, miraba a
otra persona y estaba sonriendo. Y volvía a mirar a la misma persona con la que
se había mostrado irritado, y otra vez tenía un aspecto furioso y terrible. Es posible. Cuando estás consciente puedes utilizar cualquier cosa.
Hasta el veneno se convierte en elixir cuando estás despierto. Y cuando estás
dormido, hasta el elixir se convierte en veneno, porque todo depende de si
estás alerta o no. Los actos no significan nada. Los actos no importan. Lo que
importa eres tú, tu conciencia, el que estés consciente. Lo que hagas no tiene
importancia.
Ocurrió lo siguiente:
Había un gran maestro, un maestro budista llamado Nagarjuna. Un ladrón
acudió a él. El ladrón había quedado prendado del maestro porque nunca había
visto una persona tan bella, con tan infinita gracia. Le preguntó a Nagarjuna:
-¿Existe alguna posibilidad de que yo también crezca? Pero tiene que
quedarte clara una cosa: soy un ladrón. Y otra cosa: no puedo dejarlo, así que
por favor no me pongas esa condición. Haré cualquier cosa que digas, pero no
puedo dejar de ser ladrón. Lo he intentado muchas veces, pero nunca da
resultado, así que he renunciado a ello. He aceptado mi destino, que siempre
seré un ladrón y seguiré siéndolo, así que no me hables de eso. Que quede claro
desde el principio.
Nagarjuna dijo:
-¿Por qué tienes miedo? ¿Quién te va a hablar de que eres un
ladrón?
-Es que cada vez que acudo a un monje, a un sacerdote o a un santo
religioso, siempre me dicen: «Lo primero es que dejes de robar» -dijo el
ladrón.
Nagarjuna se echó a reír y
dijo:
-Entonces debes de haber
acudido a ladrones.
Si no, ¿por qué habría de importarles?
A mí no me importa.
El ladrón se puso muy
contento y dijo:
-Pues entonces, de acuerdo.
Parece que ahora podré ser discípulo.
Eres el maestro
adecuado.
Nagarjuna le aceptó y dijo:
-Ahora puedes irte y hacer lo que quieras. Solo tienes que cumplir una
condición: sé consciente. Ve y asalta casas, entra y coge cosas, roba. Haz lo
que te parezca, a mí no me importa porque yo no soy 1adrón. Pero haz lo con
plena conciencia.
El ladrón no se daba cuenta de
que estaba cayendo en la trampa y dijo:
-Entonces, todo está muy bien. Lo intentaré.
Al cabo de tres semanas, regresó y dijo:
-Eres un tramposo. Porque si me hago consciente no puedo robar. Si robo,
la conciencia desaparece. Estoy en un buen lío.
Nagarjuna le dijo:
-Ya basta de hablar de robar y de que eres ladrón. A mí eso no
me importa, yo no soy ladrón. Ahora decide tú. Si quieres conciencia,
tú decides. Si no la quieres, también decides tú.
-Pero es que ahora es difícil -dijo el hombre- Lo he probado un
poquito, y es tan hermoso... Lo dejaré todo, haré lo que tú digas. -y siguió
diciendo- La otra noche, por primera vez, conseguí entrar en el palacio del
rey. Abrí el tesoro. Podría haberme convertido en el hombre más rico del mundo,
pero tú me ibas siguiendo y tuve que ser consciente. Cuando me hice consciente,
perdí de pronto toda motivación, todo deseo.
Cuando me hice consciente, los
diamantes me parecían simples piedras, piedras vulgares. Cuando perdí la
conciencia, el tesoro estaba allí. Esperé y lo volví a hacer muchas veces. Me
volvía consciente y era como un buda, y no podía ni tocar el tesoro porque todo
el asunto me parecía una tontería, una estupidez... simples piedras. ¿Qué estoy
haciendo? ¿Perderme por unas piedras? Pero entonces perdía la conciencia y
volvían a parecerme preciosas, toda la ilusión volvía. Pero al final decidí que
no valían la pena.
Cuando has conocido la conciencia, nada compensa perderla. Has conocido
la mayor bendición de la vida. De pronto, muchas cosas simplemente
desaparecen; se convierten en estupideces, se convierten en tonterías. La
motivación ha desaparecido, el deseo ha desaparecido, los sueños han cesado.
Uno no debería actuar ni hablar como si estuviera dormido.
Esa es la única clave.
Los despiertos tienen un mundo en común;
los dormidos tienen un mundo privado cada uno.
Los sueños son privados, absolutamente privados. Nadie puede entrar en
tus sueños. No puedes compartir un sueño con tu amado. Marido y mujer duermen
en una misma cama, pero sueñan por separado. Es imposible compartir un sueño,
porque no es nada. ¿Cómo puedes compartir
una nada? Es como una burbuja, es absolutamente no existencial; no puedes
compartirlo, tienes que soñar solo.
Por eso, a causa de los durmientes, de los numerosísimos durmientes,
existen tantos mundos. Tú tienes tu mundo propio; si estás dormido, vives
encerrado en tus propios pensamientos, conceptos, sueños, deseos. Cuando te
encuentras con otra persona, dos mundos chocan. Mundos en colisión... esa es la
situación. ¡Vigila! Mira cómo conversan un marido y su mujer. No están conversando
en absoluto. El marido está pensando en su oficina, en su salario; la mujer
está pensando en sus vestidos para Navidad.
Por dentro tienen sus propios
mundos privados, pero sus mundos privados se encuentran -más bien chocan- en
alguna parte, porque los vestidos de la mujer dependen ¡del salario del
marido, y el salario del marido tiene que financiar los vestidos de "la
mujer. La mujer dice «cariño», pero detrás de la palabra cariño hay vestidos;
es en lo que está pensando. Ese «cariño» no significa lo que está escrito en el
diccionario, porque cada vez que esta mujer dice «cariño» es solo una fachada,
y el marido se asusta inmediatamente. No da muestras de ello, por supuesto,
porque cuando alguien dice «cariño» uno no se muestra asustado. Dice: «¿Qué,
querida?», pero está asustado porque está pensando en su sueldo y sabe que la
Navidad se acerca y que hay peligro.
La mujer del mulá Nasruddin le decía:
-¿Qué ha ocurrido? Últimamente lloro y sollozo y me caen lágrimas por
la cara, y tú ni siquiera preguntas: «¿por qué lloras?».
-Ya basta! dijo Nasruddin- Preguntar
cuesta demasiado caro y en el pasado he cometido ese error demasiadas-veces,
porque esas lágrimas no son simples lágrimas. Son vestidos, una casa nueva,
muebles nuevos, coche nuevo. Hay muchas cosas ocultas tras esas lágrimas. Esas
lágrimas son solo el comienzo.
No hay diálogo posible porque dentro hay dos mundos privados. Solo es
posible el conflicto.
Los sueños son privados, la verdad no es privada. La verdad no puede ser
privada; la verdad no puede ser ni mía ni tuya, la verdad no puede ser
cristiana o hindú, la verdad no puede ser india o griega. La verdad no puede
ser privada. Los sueños son privados. Recordad que cualquier cosa que sea
privada tiene que pertenecer al mundo de los sueños. La verdad es un cielo
abierto; es para todos, es una sola.
Por eso, cuando Lao Tzu habla, el idioma puede ser diferente; cuando
habla Suda, el idioma es diferente; cuando habla Herác1ito, el idioma es
diferente... pero todos dicen lo mismo, todos están indicando lo mismo. No
viven en mundos privados. El mundo privado ha desaparecido con sus sueños y sus
deseos... con la mente. La mente tiene un mundo privado, pero la conciencia no
tiene mundos privados. Los despiertos tienen un mundo en común... Todos los
que están despiertos tienen un mundo en común, que es la existencia. Y todos
los que están dormidos y soñando tienen sus propios mundos.
Tienes que renunciar a tu mundo; es la única renuncia que te pido. No te
digo que dejes a tu mujer, no te digo que dejes tu trabajo, no te digo que
renuncies a tu dinero ni a ninguna de tus cosas, no. Simplemente te digo que
abandones tu mundo de sueños privados. Eso es para mí el sannyas. El antiguo
sannyas consistía en abandonar este mundo, el visible. Uno se iba al Himalaya,
dejando a su mujer e hijos... pero no se trata de eso. No es ese el mundo que
hay que abandonar. ¿Cómo podrías abandonarlo? Incluso el Himalaya pertenece a
este mundo. El mundo real al que hay que renunciar es la mente, el mundo de
sueños privado. Si renuncias a él, aunque estés sentado en el mercado estarás
en el Himalaya. Si no renuncias a él, incluso en el Himalaya crearás un mundo
privado a tu alrededor.
¿Cómo puedes escapar de ti mismo? Vayas donde vayas estarás contigo.
Vayas donde vayas, te comportarás de la misma manera. Las situaciones podrán
ser diferentes, pero ¿cómo vas a poder ser diferente tú? Seguirás dormido en el
Himalaya. ¿Qué diferencia hay entre dormir en Pune o en Boston, entre dormir en
Londres o en el Himalaya? Estés donde estés, estarás soñando. ¡Deja de soñar!
Ponte más alerta, de pronto, los sueños desaparecen, y con los sueños
desaparecen todos los sufrimientos.
Lo que vemos cuando estamos despiertos es la muerte, cuando estamos
dormidos, sueños.
Esto es verdaderamente bello. Cuando estás dormido ves sueños,
ilusiones, espejismos... tus propias creaciones, tu propio mundo privado.
Cuando estás despierto, ¿qué ves? Dice Heráclito que «cuando estás despierto
ves muerte a todo tu alrededor».
Es posible que sea por eso por lo que no quieres ver. Puede que sea por
eso por lo que sueñas y creas una nube de sueños a tu alrededor, para no tener
que afrontar el hecho de la muerte. Pero recuerda: un hombre se vuelve
religioso solo cuando se enfrenta a la - muerte, no antes.
Cuando te encuentras con la muerte, cuando la ves cara a cara, cuando no
la evitas, cuando no la esquivas, cuando no huyes, cuando no creas una nube a
tu alrededor... cuando te encuentras y haces frente al hecho de la muerte... de
pronto te haces consciente de que la muerte es vida. Cuanto más profundices en
la muerte, más te adentrarás en la vida, porque, como dice Heráclito, los
contrarios se tocan y se mezclan; son
una sola cosa.
Si estás intentando escapar de la muerte, recuerda que también estás
escapando de la vida. Por eso pareces tan muerto. Esta es la paradoja: huye de
la muerte y seguirás muerto; afróntala, enfréntate a ella y cobrarás vida. En
el momento en que hagas frente a la muerte tan a fondo, tan intensamente que
empieces a sentir que estás muriendo -cuando sientes y tocas la muerte no solo
a tu alrededor, sino también por dentro-, llega la crisis. Esta es la cruz de
Jesús, la crisis de la muerte. En ese momento, mueres para un mundo -el mundo
de la horizontal, el mundo de la mente- y resucitas en otro mundo.
La resurrección de Jesús no es un fenómeno físico. Los cristianos han
creado innecesariamente un montón de hipótesis acerca de ella. No es una
resurrección de este cuerpo, es una resurrección en otra dimensión de este
cuerpo; es una resurrección en otra dimensión de otro cuerpo que nunca muere.
Este cuerpo es temporal, el otro cuerpo es eterno. Jesús resucita en otro
mundo, el mundo de la verdad. El mundo privado ha desaparecido.
En el último momento, Jesús dice que está preocupado, angustiado.
Incluso un hombre como Jesús está preocupado al morir; así tiene que ser. Llora
y le dice a Dios: «¿Qué me estás haciendo?» Le gustaría aferrarse a la
horizontal, le gustaría agarrarse a la vida... incluso un hombre como Jesús.
Así que no te sientas culpable si te pasa. A ti también te gustaría
aferrarte. Este es el lado humano de Jesús, que es más humano que Buda o
Mahavira. Este es el Jesús humano: el hombre se encuentra cara a cara con la
muerte y está asustado, y llora, pero no retrocede, no cae inmediatamente se
hace consciente de lo que está preguntando, y entonces dice: «¡Hágase tu
voluntad!», se relaja, se deja llevar. Al instante; la rueda gira: Jesús ya no
está en la horizontal; ha penetrado en la vertical, en la profundidad. Y así
resucita para la eternidad.
Muere para el tiempo y resucitarás en la eternidad. Muere para la mente
y vivirás en la conciencia. Muere para el pensamiento y nacerás en la
conciencia.
Dice Heráclito: «Lo que vemos cuando estamos despiertos es la muerte...»
Por eso vivimos dormidos, en sueños, con tranquilizantes, narcóticos,
intonxicantes... para no afrontar el hecho. Pero es un hecho que hay que
afrontar. Si le haces frente, el hecho se convierte en la verdad; si huyes de
élvives en la mentira. Si afrontas el hecho, se convierte en la puerta de la
verdad. El hecho es la muerte; eso hay que afrontarlo. Y la verdad será la
vida, la vida eterna, vida en abundancia, vida que nunca termina. Osho
Aqui te dejo unos vídeos de Osho sobre El Miedo y la Culpabilidad y otro sobre la Conciencia en esta entrada a mi blog lo quiero compartir con vos espero que te sirva de algo para un mayor crecimiento espiritual. Namaste!
Fuente: Texto extraído del libro/Osho/Conciencia la Clave para Vivir en Equilibrio
Fuente: Video www.youtube.com
Fuente: Video www.youtube.com