EN REALIDAD, NO HAY EMANCIPACIÓN NI ABSORCIÓN EN EL YO
CAPÍTULO VI
1. Tal como el espacio ilimitado soy, igual a una vasija este mundo es, forjado en la materia. Este es el conocimiento. No existe el apego, la renuncia ni la absorción.
2. Soy el gran océano donde el mundo es una ola. Este es el conocimiento. No existe el apego, la renuncia, ni la absorción.
3. Soy esa madreperla sobre la que se superpone este mundo cual si fuera plata. Este es el conocimiento. No existe el apego, la renuncia ni la absorción.
4. Estoy en todos los seres y todos los seres están en mí. Este es el conocimiento. No existe el apego, la renuncia ni la absorción.
COMPRENSIÓN DEL YO EN LA VIDA MUNDANAL
CAPÍTULO VII
1. En Mí, el océano ilimitado, la barca del mundo se agita de uno a otro lado, impelida por el viento de la muerte, mas eso no Me afecta.
2. En mí, el océano ilimitado, la obra del mundo se yergue y desvanece, mas eso no aumenta ni disminuye mi caudal.
3. En Mí, el océano ilimitado, el mundo, tan sólo se superpone. En extremo calmo, sin forma Soy; así he de permanecer.
4. El Yo no está en lo visible, ni lo visible en lo que es ilimitado y sin mácula.
5. ¡ Ah! La Inteligencia misma soy. El mundo es el espectáculo de un mago ¿Cómo se puede, entonces, abrigar ideas de aceptación o de renuncia?
LA NATURALEZA DE LA LIBERACIÓN Y DE LA ESCLAVITUD
CAPÍTULO VIII
1. Esto es la esclavitud: la mente que todo lo desea, que por todo se aflige, que se aferra a todo, que de todo se apodera, que se siente desdichada por todo, y por todo siente ira.
2. Esto es la liberación: la mente que nada desea, que por nada se aflige, que no se aferra a nada, que de nada se apodera, que por nada se siente desdichada, ni dichosa ante nada.
3. Esto es la esclavitud: la mente que se apega a la condición que fuere. Esto es la liberación: la mente que no se apega a ninguna condición, sea la que fuere.
4. Donde no hay ego reina la liberación; donde hay ego, la esclavitud reina. En posesión de este conocimiento, no tomes ni evites nada de la vida.
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LA IMPASIBILIDAD
CAPÍTULO IX
1. Las cosas obradas y no obradas, y los pares de opuestos, ¿cuándo alcanzan el reposo y para qué? En posesión de este conocimiento, aun cuando en este mundo permanezcas, a través de la impasibilidad, emprende el renunciamiento y libérate de los votos.
2. ¿Quién, hijo mío, es el afortunado que, de puro mirar el espectáculo del mundo, ha hecho que el anhelo vital, el amor por el gozo y la sed de conocimiento alcancen el reposo?
3. Impermanente es todo esto, socavado por la triple miseria, carente de esencia, cargado de máculas, apto para ser desechado.
4. ¿Qué es el tiempo, qué la edad, cuándo los opuestos no existen para el hombre? No prestándoles atención, haciendo lo que surge en el momento, el hombre logra la perfección.
5. Múltiples son las doctrinas de los grandes sabios, y también las de santos y ascetas. Una vez que las ha comprendido, llegando a la impasibilidad, ¿qué hombre no alcanzará la paz?
6. El que ha obtenido la comprensión completa de la Esencia Consciente mediante la práctica de la impasibilidad y la ecuanimidad, siendo un maestro excelente, se transforma en un sabio del mundo.
7. Tan pronto veas que las modificaciones de los elementos nada son en verdad, sino únicamente elementos básicos, en ese mismo instante, liberado de la esclavitud, morarás en tu propia naturaleza.
8. El mundo nada es, sino impresiones mentales: dispérsalas. La renuncia a aquél precede a la renuncia a éstas. Puesto que tu condición es el ahora, aquí permanece.
LA QUIETUD
CAPÍTULO X
1. Una vez dejado de lado el deseo, el enemigo, el funesto deseo de riquezas y también el deber, causa de ambos, deja de lado el apego y muéstrate indiferente ante todo.
2. Sabe que amigos, tierras, bienes, esposas y riquezas nada son sino imágenes de sueño o espectáculos de un mago cuya duración no excede los tres o cinco días.
3. Sabe que el mundo existe cuando hay deseo. Aplícate al firme no-apego, y así, al verte libre del deseo, serás feliz.
4. La esclavitud es el deseo, su destrucción la libertad. El no-apego a lo visible conduce gradualmente a la dicha que sigue a la comprensión del Yo.
5. Tú eres Uno, Inteligente y Puro; el mundo está desprovisto de inteligencia y es falso. La ignorancia misma nada es; ¿qué puede significar para ti la sed de conocimiento?
6. Reinos, hijos, esposas, cuerpos y placeres, todo has ido perdiendo, nacimiento tras nacimiento, aun cuando a ellos te apegabas.
7. Cesa ya, entonces, el amor por las riquezas, el deseo y aún las buenas obras. En ninguna de ellas la mente encuentra reposo en la selva del mundo.
8. ¿Durante cuántas encarnaciones te arrebató la acción en cuerpo, mente y palabra, acabando todo en molestia y confusión? Cesa entonces ahora de obrar.
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LA SABIDURÍA
CAPÍTULO XI
1. La existencia y la no-existencia y sus modificaciones, todo es debido a la naturaleza de las cosas. En la segura posesión de este conocimiento, imperturbable y libre de dolor, el hombre encuentra, sin dificultades, la paz.
2. Ishvara es el creador de cuanto existe. No hay otro. En la segura posesión de este conocimiento, en reposo el deseo interior, el hombre encuentra la paz, y a nada se apega.
3. Las acciones pasadas traen riqueza y miseria en sucesión implacable. Domínate al saberlo; pues al tener los órganos de los sentidos gobernados, ya nada se desea, no se siente dolor por nada.
4. Placer y dolor, nacimiento y muerte, a las pasadas acciones se deben. En la segura posesión de este conocimiento y la capacidad de mantenerlo, libre de ansiedad, el hombre no sufre máculas, aun cuando se empeñe en la acción.
5. El cuidado produce dolor, no otro obrar trae. En la segura posesión de este conocimiento, el hombre se eleva por sobre el cuidado y la felicidad, y encuentra la paz y la libertad de todo apego.
6. "No soy este cuerpo, ni este cuerpo es mío. Soy la conciencia misma". El que posee con seguridad este conocimiento alcanza la unión, sin recordar ya lo que ha hecho o no ha hecho.
7. "Desde Brahma hasta una hoja de hierba, en verdad, soy todo esto": el que posee con seguridad este conocimiento, libre se halla de pensamientos contradictorios, encontrándose puro, en paz e indiferente a lo que se logra y lo que no se logra.
8. “Este mundo múltiple y maravilloso, en verdad nada es". En posesión de este conocimiento, libre de deseos y conocimientos específicos, el hombre encuentra el reposo.
LA COMPRENSIÓN DE LO MISMO POR EL DISCÍPULO
CAPÍTULO XII
1. Al principio no me sentí propenso al obrar corporal; luego a sostener el discurso, y por último, al obrar de la mente. En ese estado me hallo.
2. El sonido, las formas, los olores, los gustos y objetos táctiles han dejado de ser motivo de conocimiento; los sentidos han dejado de distraer mi mente, que permanece en una libre firmeza. En ese estado me hallo.
3. La práctica que conduce al samadhi borra igualmente la distracción causada por la superposición mundanal y lo demás. En posesión del conocimiento de que esta es la regla, me encuentro. En ese estado me hallo.
4. Nada tengo que ganar ni que perder; no tengo alegría ni tengo pena. ¡Oh conocedor de Brahman, así me hallo!
5. Las reglas de la orden, la condición de quienes han dejado la orden, la meditación y el renunciamiento a lo adquirido, todo ello significaba distracciones para mí. En posesión del conocimiento de que esto es así, habito en mi propio Yo.
6. La realización de las acciones se debe tanto a la ignorancia como su cesación. En la firme posesión de este conocimiento me encuentro. En ese estado me hallo.
7. Meditar en lo que no es objeto de meditación conduce al hombre a ejecutar una acción mental. He renunciado a esta idea, e inconmovible me hallo donde me encuentro.
8. El que obra así ha alcanzado cuanto debe ser alcanzado. ¿Qué puede necesitar quien por naturaleza es así?
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