Medita también sobre el conocimiento que te llega durante el sueño.
Segunda Parte:
Y el soñar puede aportarte mucho conocimiento porque es tu casa de los tesoros, tu almacén de muchas, muchas vidas. Y has estado acumulando allí muchas cosas. Trata primero de ser consciente mientras estás despierto, mientras estás en estado de vigilia, y luego, por sí misma, la consciencia se convertirá en algo tan poderoso que no importará en qué actividad te encuentres implicado; no habrá diferencia entre caminar de verdad o caminar en sueños.
Y cuando por primera vez te duermas siendo consciente, verás cómo cambia
tu mecanismo. Incluso sentirás el click del instante en que desaparece el
estado de vigilia, de la mente que se apaga; comienza otro reino. El ser ha
cambiado de marcha. Entre esas dos marchas hay un pequeño punto muerto. Porque
siempre que cambias de marcha, has de pasar por el punto muerto. Poco a poco,
te irás volviendo consciente no sólo del cambio de marcha, sino del espacio entre
las dos y en ese espacio alcanzarás tu primer vislumbre del superconsciente.
Cuando la mente consciente cambia al inconsciente, tan sólo durante un
ínfimo instante, serás capaz de contemplar el superconsciente. Pero ése es un
capítulo posterior de la historia; lo menciono sólo de pasada. Primero, tendrás
que ser consciente del inconsciente y eso supondrá un tremendo cambio en tu
vida.
Cuando empieces a observar tus sueños, descubrirás que existen cinco
tipos de sueños. La primera clase de sueños es pura basura. Y muchos miles de
psicoanalistas están trabajando en esa basura. No sirve de nada. Aparece porque
con el transcurso del día, trabajando durante todo el día, acumulas mucha
basura. Es igual que cuando el cuerpo se ensucia y necesitas un baño, necesitas
limpiarte.
De la misma forma, la mente acumula suciedad. Y no existe un medio para poder limpiar la mente, de forma que la mente posee un mecanismo automático para librarse de toda la basura, de toda la suciedad. El soñar no es nada más que la nube de polvo que levanta la mente al limpiarse; la primera clase de sueños. Y ésa es la clase más numerosa de sueños; casi el noventa por ciento. Casi el noventa por ciento de sueños son simplemente polvo que es limpiado; no les prestes mucha atención. Y, poco a poco, a medida que tú consciencia vaya creciendo, serás capaz de ver que es suciedad.
De la misma forma, la mente acumula suciedad. Y no existe un medio para poder limpiar la mente, de forma que la mente posee un mecanismo automático para librarse de toda la basura, de toda la suciedad. El soñar no es nada más que la nube de polvo que levanta la mente al limpiarse; la primera clase de sueños. Y ésa es la clase más numerosa de sueños; casi el noventa por ciento. Casi el noventa por ciento de sueños son simplemente polvo que es limpiado; no les prestes mucha atención. Y, poco a poco, a medida que tú consciencia vaya creciendo, serás capaz de ver que es suciedad.
La segunda clase de sueños es una especie de satisfacción de tus
necesidades. Existen muchas necesidades—necesidades naturales—pero los
sacerdotes y los mal llamados maestros religiosos han envenenado tu mente. No
te permiten ni siquiera satisfacer tus necesidades fundamentales. Las han
condenado por completo. Y esa condena ha penetrado en ti, de modo que suspiras
por satisfacer muchas de esas necesidades. Esas necesidades insatisfechas
demandan cumplimiento. Y la segunda clase de sueños no es nada más que una
satisfacción de esas necesidades. Sea lo que sea lo que hayas negado a tu
ser—debido a los sacerdotes y a los envenenadores—en sueños la mente trata de
satisfacerlo de una u otra forma.
El otro día un joven vino—muy sensible, muy sensitivo—y me preguntó, «He
venido para plantearte una pregunta muy importante, pues toda mi vida depende
de ella. Mis padres me están obligando a casarme y yo no veo que eso sea
importante, de forma que he venido para preguntar: ¿Es importante o no es
importante el matrimonio? ¿Debería o no debería casarme?» Yo le dije, «Cuando
tienes sed, ¿preguntas si el beber es o no es importante? ¿He de beber o no he
de beber agua?» La pregunta de si es importante, no surge. La pregunta es si
estás o no estás sediento.
Puede que el agua y el beber sean importantes, pero eso es irrelevante. Lo importante es si tú tienes o no tienes sed. Y sé que aunque bebas una y otra vez, volverás a tener sed. De modo que la mente puede decir, «¿Qué importancia tiene, cuál es su propósito: beber una y otra vez y tener sed siempre? Parece ser simplemente una rutina. Parece que no contiene significado alguno».
Puede que el agua y el beber sean importantes, pero eso es irrelevante. Lo importante es si tú tienes o no tienes sed. Y sé que aunque bebas una y otra vez, volverás a tener sed. De modo que la mente puede decir, «¿Qué importancia tiene, cuál es su propósito: beber una y otra vez y tener sed siempre? Parece ser simplemente una rutina. Parece que no contiene significado alguno».
Ésta es la forma en que la mente consciente ha estado intentando
controlar todo tu ser, porque la importancia de algo pertenece a la mente
consciente. La mente inconsciente no sabe de importancias. Sabe lo que es el
hambre, sabe lo que es la sed, sabe lo que es una necesidad; no sabe si son
importantes. De hecho, la vida no tiene ningún significado. Si lo preguntas,
vas camino del suicidio. La vida carece de significado; simplemente es, y
existe de una forma tan hermosa sin significado que no tiene porque tenerlo.
¿Qué significado tiene la existencia de un árbol, o el sol que sale cada día
por la mañana, o la luna por la noche? ¿Cuál es el significado de un árbol
floreciendo? ¿Y cuál es el significado de los pájaros cantando por la mañana y
de los ríos fluyendo y de las olas—esas tremendas olas del océano—golpeando una
y otra vez contra las rocas? ¿Cuál es su significado?
El Todo carece de significado. El Todo existe de forma absolutamente
hermosa sin significado alguno. De hecho, si
tuviera un significado, el Todo no podría haber sido tan hermoso. Porque
con lo significativo se introduce el cálculo, con lo significativo se introduce
la astucia, con lo significativo se introduce la razón, con lo significativo se
introduce la división: eso es importante, esto no es importante; esto es más
importante, eso es menos importante. El Todo existe sin ninguna distinción.
Todo es absolutamente hermoso simplemente por estar ahí, no por tener algún
significado. Nada tiene un propósito.
De modo que le dije al joven, «Si preguntas sobre si es importante,
estás planteando una pregunta equivocada y eso te conducirá por un camino
equivocado»—ésa es la forma en que los sacerdotes se han vuelto tan poderosos:
haces preguntas equivocadas y ellos te proporcionan falsas respuestas.
Le dije, «Simplemente obsérvate a ti mismo. ¿Necesitas a una mujer para
sentirte satisfecho? ¿Suspira todo tu
ser por tener amor? Porque el amor es un hambre, una sed. Cuando ves a una
hermosa mujer pasando por tu lado, ¿sucede de repente algo en ti? ¿Una oleada,
algo invisible, un cierto cambio? ¿No sucede nada? Sigues caminando igual que
caminabas, como si la mujer no hubiera pasado. Si vas por una calle y una
hermosa mujer pasa junto a ti y tú sigues caminando de la misma forma que lo
hacías antes de que ella pasara, si nada ha sucedido, si en tu ser no ha aparecido
ni una sola oscilación, ni un murmullo, entonces no hay necesidad de que te
cases, pero no preguntes sobre su importancia.
Yoga Meditación |
Pero si algo sucede, si empiezas a caminar un poco más de prisa, si
empiezas a entonar una canción, si empiezas a mirar a esa hermosa mujer, o
empiezas a evitarla... si algo así sucede—no me refiero a si empiezas a ir en
la misma dirección en que va la mujer, o empiezas a correr en la dirección
opuesta; eso no es importante—si algo sucede, entonces tienes una necesidad y
esa necesidad ha de ser satisfecha. Porque una necesidad existe para ser
satisfecha. Puede que llegue un día en el que cruces la calle y el encontrarte
con una mujer carezca de importancia. También esto es bueno, pero también
aquello es bueno. Todo es sagrado y santo. Existe un momento para estar
enamorado y existe un momento para trascenderlo. Existe un tiempo para
relacionarse y disfrutar con la relación y existe un tiempo para estar solo
para disfrutar de la belleza del descanso. Y todo es bello».
Pero uno debería atender a la necesidad y no a la importancia. Lo
importante pertenece a la mente consciente; la necesidad pertenece al
inconsciente. Y de esta forma la segunda clase de sueños aparece: continúas
reprimiendo tus necesidades; entonces la mente las satisface en los sueños.
Puede que no te cases, que hayas leído grandes libros y te encuentres
envenenado por los pensadores y que ellos hayan moldeado tu mente según unas
determinadas pautas; entonces dejas de estar abierto a la Existencia misma; las
filosofías te han cegado. Entonces empiezas a reprimir tus necesidades. Y luego
estas necesidades emergerán, surgirán, durante el sueño, porque el inconsciente
no sabe de filosofías, el inconsciente no conoce ni propósitos, ni importancias. El inconsciente solamente sabe
una cosa: lo que necesita tu ser para sentirse satisfecho.
Entonces el inconsciente provoca su propia clase de sueños. Ésta es la
segunda clase de sueños. Es muy importante comprenderlos y meditar sobre ellos
porque el inconsciente está tratando de decirte «¡No seas tonto! Sufrirás por
ello. No hagas pasar hambre a tu ser. No seas un suicida y no vayas
suicidándote lentamente al eliminar tus necesidades».
Recuerda: los deseos pertenecen a la mente consciente; las necesidades
al inconsciente. Y comprender esa distinción es muy, muy importante, muy
significativo.
Pantanjali |
Los deseos pertenecen a la mente consciente. El inconsciente no sabe de
deseos, al inconsciente no le preocupan los deseos. ¿Qué es un deseo? El deseo
surge de tu pensar, de tu condiciona-miento, de tu adiestramiento. Te gustaría
ser presidente de un país; al inconsciente esto no le preocupa. El inconsciente
no está interesado en ser el presidente de una nación; el inconsciente
solamente está interesado en cómo ser una unidad orgánica satisfecha. Pero la
mente consciente dice, «Conviértete en
presidente. Y si para ser presidente has de sacrificar a tu mujer,
entonces sacrifícala. Si has de sacrificar tu cuerpo, sacrifícalo. Si has de
sacrificar tu descanso, sacrifícalo. Conviértete en el presidente de la
nación». O acumula riquezas; eso pertenece a la mente consciente. El
inconsciente no sabe de riquezas, el inconsciente solamente conoce lo natural.
Está incontaminado por la sociedad. Es como los animales, como los pájaros,
como los árboles. El inconsciente no ha
sido condicionado por la sociedad, por los políticos. Sigue siendo puro.
Atiende a los sueños de la segunda clase y medita sobre ellos y te
indicarán qué es lo que necesitas. Satisface las necesidades y no te preocupes
por los deseos. Si quieres ser realmente feliz, satisface tus necesidades y no
te preocupes por los deseos. Si quieres ser desgraciado, reprime tu necesidades
y persigue los deseos.
Fuente: Yoga La ciencia del Alma/ Editorial Gulaab/Osho