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Jaiva Dharma - Srila Bhaktivinoda Thakura - parte 3 - Vedanta

El dharma causal es imperfecto, inconsistente, efímero y ha sido adulterado.


Capitulo III


 En la asamblea de las personas espiritualmente iluminadas, cualquiera está en la posición de realizar el significado de las palabras de los Shāstras. Así que no es necesario que explique el significado de los textos del Bhāgavatam. Sin embargo, me gustaría añadir que la disposición del varna (clase social) y el āśrama (clase espiritual) son las bases para llevar una vida de obediencia para con los mandatos de Dios. La irreligión prevalece en una nación proporcionalmente a la ausencia de esta organización de varna y āśrama.

 Consideremos la naturaleza y aplicación de los términos nitya y naimittika con respecto al karma. Si analizamos el significado profundo de los Shāstras, no podemos resistirnos ante la conclusión de que estos términos en su aplicación al karma no son utilizados en el sentido espiritual. Más bien se utilizan con referencia al karma en una connotación transferida o mundana. Los términos nitya dharma (deber eterno), nitya karma (actividad eterna), nitya satya (verdad eterna), solo pueden ser utilizados en forma apropiada y única, con referencia a la condición espiritual pura del alma.

 Por lo tanto, cuando el término nitya es utilizado con referencia al karma (actividad material) como medio para un fin, debemos comprender que el karma es apenas indicativo de la verdad eterna en este mundo, y es llamado nitya, únicamente con base a tal referencia, ya que el karma nunca es nitya o eterno. Sólo cuando el karma a través del método de karma-yoga es utilizado en la búsqueda del jñana, y este a su vez se encamina hacia el bhakti, entonces al karma y al jñana se les considera como nitya en un sentido de transferencia. 

 Cuando un brāhmana lleva a cabo adoración tres veces al día, a esta se le llama Nitra karma solo por ser un mandato védico establecido como medio para alcanzar la realización de nuestra función eterna, y no porque en sí misma sea nitya, sino para regular las actividades de nuestro cuerpo físico; distando mucho de la actividad bhakti que sí es eterna. Tal aplicación es conocida como upacara.

 Krishna prema es en realidad la única función eterna del alma. Su naturaleza ontológica puede ser establecida como la actividad del principio puro cognoscitivo. Aquellas actividades que se utilizan para obtener la realización de la función espiritual, son ejecutadas para alcanzar el mismo fin. Por lo tanto, no existen discrepancias al prescribirse como eternas en este sentido. Pero desde el punto de vista absoluto es mejor denominarlas a estas como naimittika en vez de nitya. La distinción entre nitya y naimittika como es aplicada a diferentes variedades del mismo karma, es para su conveniencia, y no tiene una significación eterna.


Srila Bhaktivinoda Thakura - Vedanta
Srila Bhaktivinoda Thakura - Vedanta 

 En consideración respecto a la verdadera entidad de las cosas, el ejercicio del principio cognoscitivo sin mezcla es admisible por ser la única función natural eterna del alma individual. Cualquier otra función es accidental. El varna āśrama (los deberes de la organización social y espiritual), el astanga yoga (el proceso óctuple del yoga), el astanga jñana (el sendero del conocimiento material) y la tapasya (el ascetismo), son todas funciones accidentales. No habría necesidad de todas estas funciones si el alma individual no se encontrara atrapada por Māyā. Debido a esta cautividad en Māyā, el estado infatuado que se produce es en sí mismo una causa accidental. Todas estas funciones producto de ese accidente (cautividad), se han convertido en deberes para el alma que desde el punto de vista absoluto, son en su totalidad accidentales.

 La condición superior de un brāhmana, sus actividades fruitivas, como las prácticas rituales de adoración diaria y plegarias, junto con la aceptación de la orden monástica de sannyāsῑ, son todas funciones accidentales y naturales. Estos deberes son considerados en gran estima por los dharma Shāstras (códigos de deberes sociales), y son las más de las veces consistentes en los estados apropiados del discipulado espiritual. Sin embargo, no se les puede equiparar desde el punto de vista de la fe como en igualdad con la función espiritual eterna. El Bhāgavatam menciona: “Incluso un candala que se alimenta de los despojos de los perros es mejor que un brāhmana que aun cuando posee las doce buenas cualidades, experimenta aversión al servicio de los pies de loto de Śrῑ Krishna.

 Esto es porque si la mente, las palabras, actividades y el uso que una persona le da a su dinero, están dedicados a Śrῑ Krishna, por ello se santifica tanto su familia como su vida, mientras que un brāhmana aunque posea inmenso honor dentro de la sociedad puede no llevar a cabo las actividades de servicio antes mencionadas debido a su aversión a Śrῑ Krishna”.

 Un brāhmana se distingue por encima de las otras órdenes, por poseer las siguientes doce buenas cualidades, las cuales son: la veracidad, el control de los sentidos, la austeridad, la ausencia de malicia, la paciencia, la carencia de envidia, el ofrecimiento de sacrificios y de caridad, constancia, estudio de los Vedas y la ejecución de trabajos piadosos solemnes. Un brāhmana que posee estas doce buenas cualidades, ciertamente atrae la reverencia de todas las personas en este mundo. Pero sin importar que posea todas estas cualidades, si sucede que no tiene una aptitud devocional por Śrῑ Krishna el todo atractivo Señor Supremo, entonces incluso a un comedor de perros o candala se le debe considerar superior a él en todo sentido, si es que posee la inclinación para servir a Śrῑ Krishna.

 El verdadero significado de este slōka, establece que sin importar el nacimiento de una persona dentro de una familia candala, si esta se dedica al cultivo de su naturaleza espiritual, la cual es la función eterna de todas las almas puras (jῑvas), a través de la purificación obtenida con la constante asociación de los sadhus (santos), por esto, se le considera superior a un brāhmana que aun cuando haya nacido en una familia piadosa asidua practicante de las funciones accidentales prescritas, no practica la función eterna de cultivar su naturaleza espiritual pura.

 En este mundo se encuentran dos tipos de personas: aquellas en las cuales el sentido de lo correcto y lo incorrecto se ha despertado a la actividad, y aquellas en las cuales este sentido se encuentra dormido. Se puede decir que el mundo está casi lleno de esta última clase. Las personas cuyo juicio ético se encuentra dormido, consideran que la adoración diaria y las plegarias que son deberes apropiados para los que poseen la disposición de los brāhmanas, es también, entre otras funciones, la más elevada que ejecutan este tipo de personas. Las personas en las cuales el sentido moral se ha despertado en forma apropiada hasta el estado de actividad, son también conocidas como vaishnavas.

 La conducta de los vaishnavas debe presentar necesariamente puntos de diferencia con la conducta de las personas cuyo sentido acerca de lo correcto y lo incorrecto se encuentra dormido. Pero aun cuando la conducta de los vaishnavas es diferente, esta no se opone al espíritu de las reglas establecidas para guiar a las personas que poseen un sentido ético dormido (smarta). El espíritu que alienta las regulaciones de los Shāstras, es el mismo en cada caso. 

 Las personas cuyo sentido moral se encuentra dormido están sujetas a permanecer confinadas en una porción particular de las provisiones elementales de los Shāstras. Las personas que poseen un sentido moral activo, extienden su amigable bienvenida al espíritu de los Shāstras. No existe ninguna diferencia en cuanto al espíritu a pesar de la diferencia en los actos. Para las personas que son elegibles, la conducta de las personas poseedoras de una consciencia despierta les parece estar en oposición con la conducta de las personas en general, mas es un hecho que el significado encubierto incluso de tales aparentemente diferentes conductas es uno y lo mismo.

 A juicio de las personas que poseen las facultades éticas despiertas en forma apropiada, es correcto enseñar la función accidental a las personas en general. Pero la función temporal es, sin embargo, verdaderamente imperfecta y adulterada, con ingredientes inconsistentes que no permanecen.

 La función accidental no atenta a la cultura dirigida por nuestra propia naturaleza espiritual. Y será siempre aceptada en sus formas compatibles con la cultura espiritual. Así, tal función se considera como un medio para alcanzar como fin a la apropiada cultura espiritual. Claro que los medios dejan de ser seguidos cuando se alcanzan los fines. Por esta razón los medios en sí mismos no se consideran como completos. Los medios son únicamente una sección aparte de la verdad de la cosa, que es el fin.

 Por lo tanto, la función accidental nunca puede ser perfecta. Por ejemplo, los deberes diarios de adoración y plegarias que efectúa un brāhmana son temporales y dependientes de la observancia de las reglas apropiadas; y precisamente de la misma forma en que lleva a cabo sus otros deberes seculares. Tales actividades no proceden de su disposición natural y espiritual. Después de que la persona se acostumbra al curso de tales actividades reguladas por un amplio período y llega a sentir un gusto por la cultura espiritual dirigida en la forma de cantar el nombre de Śrῑ Hari, purificando su mente a través de la asociación activa con devotos puros, los deberes de diaria adoración y plegarias en la forma de ocupaciones seculares, ya no son necesarios. La ejecución del canto del nombre de Śrῑ Hari es la cultura espiritual más completa. El llevar a cabo la adoración y las plegarias prescritas, en forma periódica, es el único medio para alcanzar el fin antes mencionado. Tales actividades nunca alcanzan las características de una actividad completa.


Srila Bhaktivinoda Thakura - Vedanta
Srila Bhaktivinoda Thakura - Vedanta 

 La función accidental se encuentra adulterada con factores indeseables, sin embargo, es un hecho que esta merece ser estimada por apuntar hacia el verdadero fin. El principio espiritual es el único consistente. La materia y su asociación son inconsistentes para el alma individual. La función accidental contiene una gran porción del principio material. Tal función trae consigo una profusión de resultados irrelevantes que atrapan al alma entre ellos. Por ejemplo, es ciertamente algo bueno para un brāhmana el que adore a Dios, pero un falso egotismo en la forma de creencias como: “Yo soy un brāhmana y otras almas son inferiores a mí”, pueden acarrear consecuencias indeseables para su adoración. 

 Similarmente, un subproducto objetable de la función del sendero óctuplo del yoga que comúnmente es llamado bibhuti (poderes místicos) es extremadamente dañino para el alma individual. Bhukti (disfrute mundano) y mukti (liberación) son compañeros inevitables de la función accidental. Una persona puede salvarse de las ataduras de estos falsos enemigos si tiene la oportunidad de alcanzar la función espiritual apropiada, la cual es el objeto fundamental de tales actividades. Pero debemos tener presente que dentro de la función accidental, respecto al verdadero propósito del alma individual, el factor indeseable es preponderante.

 La función accidental es intermitente. No permanece en todas las ocasiones, ni en todas las condiciones de la jῑva. Por ejemplo, el brahma de un brāhmana, el kshatra de un kshatriya, etc., son accidentes; estos desaparecen tan pronto su causa termina. Una persona puede nacer como un candala sin importar que en su nacimiento previo lo hiciera en una familia brahmānica. En su segunda vida la función accidental correspondiente al varna como brāhmana ya no es más su función apropiada o suadharma (deberes propios). El término suadharma utilizado con referencia a la función accidental, tiene también un significado de transferencia. Después de cada nacimiento, la función apropiada y específica o suadharma sufre un cambio. Pero la función eterna de la jῑva nunca cambia en ningún nacimiento. Solo la eterna función es verdaderamente el suadharma de la jῑva. Y la función accidental es temporal.

 Por lo tanto, cuando tú preguntas: “¿Qué es la religión vaishnava o cuál es la función de un vaishnava?”. La respuesta es que la función de un vaishnava o la religión vaishnava es la eterna función de la jῑva. Ella en su estado libre de las ataduras de la energía material, practica el amor a Śrῑ Krishna en su forma espiritual pura. La jῑva al despertar a su función apropiada en el estado condicionado, acepta agradecida cada forma que obtiene como entidad material junto con las relaciones mundanas que la conducen a su cultivo espiritual, y rechaza aquellas que van en detrimento de la misma. Ella no lleva a cabo mecánicamente los mandatos y tabúes de los Shāstras, sino que le da la bienvenida al mandato shāstrico que la conduce al servicio de Dios, despreciando al que se opone al mismo. La actitud de un vaishnava respecto a las prohibiciones de los Shāstras es también exactamente la misma. El vaishnava es la única verdadera entidad y la esencia de toda la bondad en el mundo, y por eso, el mejor amigo de este, así como la única fuente de bienestar para él.


 Con toda humildad te he planteado lo que puedo decir ante los vaishnavas reunidos aquí hoy. Imploro sinceramente su bondadoso perdón para todas mis ofensas.

 Al concluir su discurso, Vaishnava dāsa ofreció sus reverencias respetuosas a la asamblea de los vaishnavas; acto seguido volvió a su asiento que se encontraba al fondo, mientras todos los devotos conmovidos y con lágrimas en los ojos se lo agradecieron unánimemente.
Los bosques de Śrῑ Godruma también respondieron con la ofrenda de su gratitud.

 El brāhmana que había presentado la pregunta y que era un cantante consumado, pudo también percibir la verdad más profunda en el curso de la exposición, aunque experimentara a su vez cierto grado de duda respecto a algunos de sus puntos. Sin embargo, la semilla de la firme convicción acerca de la veracidad respecto a la religión vaishnava implantada en su corazón, fue rápidamente vigorizada en forma vital, por lo que había escuchado. A continuación y con las manos juntas el brāhmana dijo: “Grandes devotos, yo no soy un vaishnava, pero me he convertido en uno por escuchar el nombre de Hari, si ustedes se complacen en instruirme a su gusto y debido a su misericordia, despejarán mis dudas que son muchas”.

 Śrῑ Prema dāsa Bābaji Mahārāja, dio su agraciada respuesta: “Te pido que te asocies para tu conveniencia con Śrῑmad Vaishnava dāsa; él es muy versado en todos los Shāstras. Tras recibir la orden de sannyas, residió en Benarés después de estudiar profundamente el Vedanta Shāstra. El querido Señor de nuestras vidas, Śrῑ Krishna Caitanya, al manifestar su inconmensurable misericordia, le ha traído aquí a Nāvadwipa. Ahora se ha vuelto muy versado en los principios de la religión vaishnava desarrollando un profundo amor por el Śrῑ Hari-Nāma”.

 El que hacía estas preguntas era Śrῑ Kālidas Lahiri. Después de escuchar estas palabras de Bābaji Mahārāja, mentalmente él aceptó a Vaishnava dāsa como a su maestro espiritual preceptor (guru). Y pensó para sí mismo: él nació dentro de una familia brahmānica y ha aceptado sannyas, por lo tanto, está capacitado para instruir a un brāhmana. Además, encuentro que posee un gran conocimiento acerca de los principios vaishnavas. Puedo con toda confianza esperar de él gran cantidad de luz respecto al vaishnavismo“. Con esta clase de pensamientos en su mente, Lahiri Mahasaya ofreció sus reverencias respetuosas a los pies de Śrῑ Vaishnava dāsa y le dijo: “Reverendo señor, tenga misericordia de mí”. Vaishnava dāsa le respondió, después de devolverle las reverencias a Lahiri Mahasaya: “Si usted se complace siendo misericordioso conmigo, el deseo de mi corazón podrá efectuarse”.

 En el transcurso del atardecer a la noche, todas las personas reunidas ese día, partieron a sus respectivos hogares. El lugar en donde Lahiri Mahasaya vivía se encontraba oculto en un lugar apartado de la aldea. Era también una arboleda (kunja), cuyo centro estaba ocupado por un huerto de mādhavis y una plataforma para Śrῑ Vrindadevi (Tulasῑ). Su casa constaba solo de dos cuartos uno junto al otro. El patio se encontraba delimitado por plantas de cita. Un árbol de bela y otro de nim, aunados con plantas florales, le daban cierto encanto al bosquecillo.

 Mādhava dāsa Bābaji, era el vicario (adhikari) del kunja. Este bābaji al principio había sido en verdad una buena alma. Pero su naturaleza vaishnava había sufrido un gran deterioro debido a los efectos negativos de malas asociaciones. Sus prácticas devocionales se habían visto grandemente impedidas a causa de vicios contraídos por las compañías equivocadas. Así mismo, la intolerable comodidad en su forma de vivir le trajo dificultades monetarias que le impedían desahogar sus gastos. Solía practicar la mendicidad indiscriminadamente (prohibido por las escrituras) y alquilaba uno de sus cuartos para tener más dinero. Lahiri Mahasaya era el inquilinoque le arrendaba.


Srila Bhaktivinoda Thakura - Vedanta
Srila Bhaktivinoda Thakura - Vedanta 

 El sueño de Lahiri Mahasaya fue interrumpido en medio de la noche por la ponderación que hacía acerca del discurso de Vaishnava dāsa, cuando un sonido se escuchó en el patio del bosquecillo.

 Al salir de su cuarto, Lahiri Mahasaya se encontró a Mādhava dāsa hablando con una mujer en el patio; al verlo, la mujer desapareció mientras Mādhava dāsa permaneció en silencio, evidentemente apenado por la presencia de Lahiri Mahasaya.
Este último habló primero: “Bābaji, ¿qué es lo que pasa?”

 Con los ojos llorosos, Mādhava dāsa le respondió: “Es mi destino fatal, ¿qué otra cosa necesito agregar? Lo que he sido en el pasado y lo que soy ahora. Me siento apenado incluso de acercarme a la presencia de usted”.

 Lahiri Mahasaya dijo: “Puedo entender su posición si tan solo me establece los hechos del asunto”.

 Mādhava dāsa dijo: “La mujer que acaba usted de ver, era mi esposa durante mi vida de casado; un corto tiempo después de aceptar la vida de renuncia, ella vino a Śrῑpat Shāntipur, uno de los lugares sagrados de los vaishnavas, refugiándose en una choza construida por ella misma para tal propósito a orillas del Ganges. Muchos días pasaron de esta manera. De casualidad fui a Śrῑpat Shāntipur y al encontrármela en la rivera del Ganges le pregunté el porqué de su renuncia a la vida familiar, por lo que me dijo pude comprender que su vida terrenal había cesado de tener alguna atracción para ella, y debido a esto ahora vivía mendigando en ese lugar sagrado, después de haber sido privada del servicio a mis pies.

 Sin prolongar más esta conversación regresé a Śrῑ Godruma y me establecí en la casa de un sad gopa, encontrándomela en un lugar diferente cada día. Entre más trataba de evitar su acoso, ella me presionaba para entablar relaciones íntimas. Ahora hasta posee un āśrama (un lugar de retiro piadoso para vivir) propio en ese lugar. Y se dedica con todas sus fuerzas a traerme la ruina, visitándome a altas horas de la noche. Mi mala fama se ha difundido por todas partes y el asociarme con ella se ha reflejado en la declinación de mis prácticas devocionales, las cuales han sufrido gran impedimento. Me he convertido en un renegado entre los sirvientes de Śrῑ Krishna Caitanya.

 Desde que el pequeño Haridas fue castigado, ahora yo me he convertido en el objeto idóneo para ser sujeto del castigo. Los bābajis de Śrῑ Godruma no lo han hecho debido a su gran misericordia, pero ya no confían en mí”.

 Después de escuchar su historia, Lahiri Mahasaya dijo: “Mādhava dāsa Bābaji, ten cuidado del devenir de la maldad”. Y regresó a su cuarto. El bābaji hizo otro tanto retornando a su gadi (asiento) de ermitaño.

 Lahiri Mahasaya no pudo conciliar más el sueño esa noche. Se decía para sí: “Mādhava dāsa Bābaji se ha arruinado al quebrantar sus votos de recluso respecto a la castidad. No es adecuado para mí permanecer aquí por más tiempo, pues aun cuando esta situación no llegue hasta el punto de una auténtica mala asociación, lo que puede producir es una grave y mala reputación. Los vaishnavas puros no me tratarán ya como alguien digno de su confianza”.

 Así, a la mañana siguiente se dirigió al Pradyumna kunja y después de saludar adecuadamente a Śrῑ Vaishnava dāsa, le imploró que le permitiera residir en un pequeño cuarto localizado en el kunja.

 Cuando Vaishnava dāsa le informó a Paramahansa Bābaji de su pedido, este último le ordenó que le asignara un refugio para su estancia en un extremo del kunja. Desde entonces Lahiri Mahasaya vivió en tal refugio e hizo arreglos para obtener comida que hubiera sido ofrecida a Vishnu en la casa de algún brāhmana.




Aqui te dejo unos vídeos de Srila Bhaktivinoda Thakura lo quiero compartir con tigo espero que te gusten Namaste! 











Fuente: Srila Bhaktivinoda Thakura /en.wikipedia.org/ 
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