Ponte en forma volando
De todos son conocidos los múltiples beneficios del yoga o del pilates, pero ¿y si a ellos les sumásemos los beneficios de practicar estas disciplinas en suspensión? El AeroYoga o el Antigravity Yoga son dos de las disciplinas aéreas que han causado una auténtica revolución en el mundo del fitness. ¡Te lo contamos todo para que eches a volar!
El Antigravity Yoga es una disciplina aérea creada por el gimnasta y bailarín norteamericano Christopher Harrison que fusiona el yoga con la gimnasia acrobática, el Pilates y la danza. Se practica con la ayuda de una hamaca desde la que el alumno puede desafiar las leyes de la gravedad. Los Clubs de Fitness DIR tienen la exclusiva para España de esta disciplina que está causando furor en Estados Unidos, donde cuenta ya con miles de practicantes.
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El AeroYoga se trata de un nuevo método de fitness holístico desarrollado en 2006 por Rafa Martínez, director del centro madrileño Espacio Creativo. “Durante un viaje a EEUU descubrí el columpio yoga swing e inmediatamente visualicé todo mi trabajo su aplicación en mi trabajo”, explica Martínez.
¿Qué beneficios aportan estas disciplinas al cuerpo y a la mente?
Mónica Mateo, responsable de nuevas tendencias de la cadena de gimnasios Dir, nos explica que “los beneficios del Antigravity Yoga para el cuerpo son múltiples ya que, a lo largo de la clase, se realizan ejercicios de fuerza, de equilibrio, estiramientos, posturas invertidas… que hacen que salgamos de la sesión con la sensación de haber trabajado todo el cuerpo de forma general. A nivel mental, esta disciplina consigue que venzamos miedos al ponernos en posturas invertidas, lo que nos da una sensación de euforia, alegría y vitalidad que se refleja también como buen humor y confianza en uno mismo”.
Beneficios similares a los del AeroYoga y Aeropilates, que “tonifican y descongestionan todas las zonas 'conflictivas' de nuestro cuerpo a nivel físico, como son las cervicales, las lumbares o las articulaciones, gracias a los movimientos oscilatorios”, tal y como explica Rafa Martínez. Asimismo, ambas disciplinas cuentan con “propiedades beneficiosas para el sistema nervioso y neuronal gracias a la tonificación de la mente que se consigue gracias al uso de técnicas como los mudras (gestos de las manos o de la cara) o la meditación”.
¿Y contraindicaciones? ¿Podemos hacernos daño, caer, etc.?
Aunque los riesgos son nulos siempre y cuando se sigan las instrucciones del monitor, el Antigravity Yoga, como toda actividad física, tiene sus contraindicaciones, “especialmente por las posturas invertidas”, explica Mónica Mateo. Además, “no está recomendado para las mujeres embarazadas ni para las personas con glaucoma o hipertensión”.
El AeroYoga “es más seguro que montar en bicicleta”, asegura Rafa Martínez, por lo que los accidentes son raros. “De todas formas, aconsejamos siempre consultarlo con su médico antes para evitar problemas”, añade.
¿Cómo discurre exactamente una clase de Antigravity Yoga y de AeroYoga?
Una vez regulada la altura de las hamacas, estamos listos para comenzar la clase de Antigravity Yoga. Los ejercicios de calentamiento dejan paso a los de cardio, a los estiramientos y a los ejercicios de fuerza combinados entre sí mediante posturas invertidas, balanceos y volteretas; para terminar con un ejercicio de relajación dentro de la hamaca.
La clase de Aeroyoga comienza colgando cada alumno su propio columpio. “De esta manera, el alumno se familiariza con el instrumento y se siente más seguro”, explica Martínez. Tras un primer calentamiento dentro del columpio, la clase prosigue con 45 minutos de ejercicios que van poco a poco subiendo en intensidad. “Los últimos 15 minutos se dedican a la postura de la “Crisálida”, que produce un efecto de sedación casi instantáneo”. Es ahí donde entran la fitoterapia (piedras calientes) y la aromaterapia, que van a intensificar esa sensación de relajación profunda.
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Fuente: Via bienestar.doctissimo.es