Culto al sexo tantrico
El hatha yoga, la versión “psicofísica” del yoga, de la cual parten la mayoría de las disciplinas en Occidente, nació de una rama del tantrismo, en la que los devotos “buscaban fusionar los aspectos masculinos y femeninos del cosmos en un estado de conciencia extática”, explica William J. Broad, autor del libro The Science of Yoga: The Risks and the Rewards.
El tantrismo, como término que circula en la cultura, se asocia casi siempre con el sexo. Según Broad, el hatha se originó como una forma de acelerar los procesos tántricos, usando “posturas, respiración profunda y actos estimulantes —incluyendo relaciones sexuales— para incrementar el rapto místico”.
El yoga, a través de diferentes asanas y especialmente de bandhas (candados), trabaja los músculos pélvicos que permiten que una mujer tenga más y mayores orgasmos y que un hombre pueda controlar su eyaculación.
De acuerdo a los expertos, esta técnica ofrece salud y claridad mental, por lo que el ser humano puede convertirse en una auténtica máquina sexual, capaces de controlar el orgasmo hasta límites insospechados. Al realizar el coito de manera consciente se incrementa la sensibilidad de los individuos y se focaliza toda la energía en una satisfacción mutua.
Los seguidores del sexo tántrico, que comparte muchos de sus principios con el yoga, señalan que una pareja puede lograr una unión física y espiritual tan intensa, que los orgasmos llegan a sentirse en cada nervio del cuerpo. Por esta razón, se dice que el Tantra es el culto del éxtasis.
El corazón del sexo tántrico
Por otro lado la escritora Diana Richardson insiste en que es fundamental conectarse con el presente para disfrutar de cada paso: "Nuestro estado de conciencia se ve afectado por nuestro propio interés por el clímax, al concentrar nuestra atención en algo que está por llegar, lo cual hace que nos perdamos el maravilloso momento presente", dice.
Primer paso del sexo tántrico, evitar la eyaculación.Los tantristas consideran que la eyaculación es un derroche de energía, por lo que creen que con una vez al mes es suficiente. De esta manera se "acumula energía sexual". En parejas que perdieron el interés, esta "abstinencia" logra increíbles resultados para revivir la pasión.
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Claves para una sesión tántrica
Los seguidores de esta técnica sugieren hacer un templo del amor en la habitación, es decir, ilumina el ambiente con velas blancas y perfumadas, coloca flores frescas en jarrones y utiliza aceites y bálsamos para masajes.
También es importante escoger una música suave que favorezca la relajación y prepara una bandeja con fruta y agua, para los momentos de "descanso". Es importante que antes de iniciar la sesión evites las interrupciones como el teléfono o el timbre, así que desconecta o apaga estos aparatos.
En el Tantra, el ritmo de la relación lo marca la respiración, así que sobran las palabras. Las caricias y los besos son indispensables, por lo que muchos tantristas sugieren masajear el cuerpo de la pareja con movimientos lentos y suaves; primero circulares y luego, de arriba hacia abajo, se explora todo el cuerpo y se deja al último el busto y los genitales. Acaríciense durante 15 minutos, luego descansen y vuelvan a comenzar.
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Cómo hacer la penetración tántrica
Para tener éxito, el secreto está en el descanso y la respiración pausada. En esta disciplina, el hombre no hace el amor a la mujer sino que son dos universos que se conectan y abren paso. El ritual tántrico describe a la penetración como un paso más del acercamiento de los cuerpos, no como una meta, por eso en la primera etapa la ésta debe ser estática, al quedarse inmóvil el pene dentro de la vagina, mientras la pareja continúa acariciándose suavemente.
Después de cierto tiempo, la mujer comenzará a notar cómo sus genitales se relajan por completo. Por su parte, el pene también tiene su propia autonomía y se mueve, como absorbido por la vagina. Este paso dura por lo menos 30 minutos. Cuando la erección es muy fuerte y se acerca la eyaculación, la pareja tienen que realizar ejercicios de respiración y acariciarse suavemente. Una forma de evitar esta fase es apretar con dos dedos la zona del perineo, que se encuentra entre el escroto y el ano.
Tras dos o tres horas de caricias tántricas, los dos cuerpos estarán sumidos en el punto más alto de excitación, que sentirán que forman un solo cuerpo. Así, al dejarse llevar por las sensaciones placenteras podrán encarar finalmente el coito, de una forma lenta y suave, hasta que se produzca el orgasmo y éste los llene de placer, de los dedos de los pies hasta la punta de la cabeza.
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Otros beneficios relacionados con la excitación y la potencia sexual se han demostrado en diversos estudios:
2. Científicos checos han mostrado cómo algunas de las poses del yoga generan picos en la actividad de las ondas cerebrales similares a los que ocurren en personas enamoradas.
3. Investigadores de la Universidad de British Columbia han registrado que la respiración veloz, conocida como respiración de fuego o agni prasana, puede incrementar el flujo sanguíneo a los genitales.
4. Una nueva investigación en la Universidad de Rutgers estudia cómo el yoga puede fomentar “el éxtasis autoerótico” —al parecer algunos individuos se pueden llevar a estados de rapto sexual e incluso al orgasmos sólo con la mente.
Si a esto se le suma el sudor, los cuerpos torneados, la ropa ajustada, el sentimiento de relajación y expansión, y demás factores comunes a una clase del yoga, no debería de ser extraño que algunas personas busquen practicarlo sólo por la atracción sexual que les genera.
Fuente: http://sexualidad.salud180.com/
Fuente: http://relajacionparavivir.blogspot.com.ar/
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